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" el romance es una basura "
Quizá Changbin tenía razón, y enamorarse no era tan importante, en el amor le iba del asco y había intentado tantas veces tener algo serio pero nunca lo tomaban enserio. Chan se rindió hace mucho tiempo en buscar pareja para las fiestas y el resto del año.
Por ello ahora caminaba solo en la noche por las calles, habían muchas personas caminando, niños jugando con fuegos artificiales no tan peligrosos o hacían muñecos de nieve, parejas cenando en algún restaurante, era víspera de navidad ¿que más hacían las personas antes de ir a su casa a esperar a que sea veinticinco y abrir regalos? Él no tenía planes de regresar a su departamento temprano, igualmente no tenía nadie con quién pasar navidad, sus amigos estaban con sus familiares o en algunos casos con su respectiva pareja, y aún dudaba de aceptar la invitación de su vecina a la cena navideña que haría en su casa, esa señora era como una segunda madre para él.
Se detuvo frente a una iglesia, estaba cerrada, pero eso no fue lo que le llamó la atención, sino el chico que estaba sentado en las escaleras de entrada del edificio. Un chico albino que se abrazaba seguramente por el frío que había, la punta de su nariz y sus mejillas estaban rojas, y temblaba, ¿no tenía casa? Sin pensarlo dos veces se sacó el gran suéter que llevaba y se acercó a él. El chico se asustó que se encogió en si sitio abrazándose más fuerte y bajando la cabeza.
Chan sintió su corazón oprimirse con una sensación muy fea.
- Ten, es para que no te resfríes -le estiró el suéter. El albino lo miró unos segundos antes de recomponerse y tomar la prenda, colocándosela rápidamente ya que estaba que no soportaba un poco más el frío, sentir la suavidad y lo calentito que era el gran suéter lo hizo sonreír inconscientemente. Chan también lo hizo al verlo así.
Era muy bonito, su cabello era un poco más largo atrás y su flequillo tapaba un poco sus ojos, estos eran de un bonito verde mezclado con un amarillo, y poseía unas lindas manchitas esparcidas por sus pómulos y mejillas. No se veía como alguien que vivía en la calle, su ropa era común, una camiseta blanca y un pantalón de chandal negro, sus piecitos tenían unas zapatillas con plataforma, una vestimenta casual pero que no era muy adecuada para la época más fría del año. Aunque esa reacción que tuvo al acercarsele lo tomó por sorpresa y lo hizo cuestionarse alguna razón para que reaccionara de esa forma.
- ¿Tienes dónde pasar la noche? -le preguntó llamando su atención de nuevo.
- No -murmuró el chico bajando la mirada mientras jugaba con las mangas del suéter que le quedaba grande- me hecharon de mi casita...
¿Qué persona tan desalmada hechaba a alguien a la calle la víspera de navidad?
- ¿Quieres ir a mi casa? Tengo galletas y chocolate caliente -se encogió de hombros guardando sus manos en los bolsillos de su pantalón.
