¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— … ¿Por qué me lo pediste a mí, gafo? ¿tengo cara de payaso o que es la vaina? —preguntó arisco el de cabello lila frunciendo el ceño a su compañero.
— No es eso chico.. Es que tengo que salir ahora en la tarde y le dije al chamo que viniera precisamente en la hora en la que no voy a estar —respondió rascándose el cuello nervioso. Felix arrugó más la nariz— mala mía, perdón.
— Yo a veces siento que haces estas cosas a propósito Jisung, la verdad —dijo rendido. Suspiro levantándose de su sitio para ir al refrigerador— mientras estés aquí ayuda en algo, esos enrrollaos no se van a hacer solos.
— ¡Claro que yes mi vida!
Felix negó con la cabeza, continuó trabajando con la ayuda de Jisung, ignorando y eventualmente olvidando que tenía que entrevistar a un muchacho más tarde que quería trabajar allí también.
Lee Felix es un chamo de dieciocho añitos que se tomo dos años sabáticos y más, porque aún no le han respondido la carta de la beca que pidió hace tres meses. Se vio obligado a ponerse a trabajar para ayudar en su casa y que no lo botaran en el lago después, ya que de paso no sabe nadar. Termino en una pastelería cerca de su barrio, era bueno haciendo postres y decorando tortas así que no fue difícil que lo contrataran, además que era un buen chamo y aplicado. No como su fiel compañero, Han Jisung un caraqueño que se mudo por obra y gracia del Espíritu Santo al estado Zulia, agarrao' y terco, muy relajado y seguramente iba a sufrir de alzheimer esporádica porque se le olvidaba todo muy rápido.
— ¡Épale Felix ya me voy! —el castaño se asomo por la puerta de servicio del cuarto de descanso donde Felix estaba almorzando, el mismo levantó el pulgar sin dejar de lado su tajada a medio morder— ya le avisé a Jackson, cualquier cosilla, llamai' ¿correcto?
— Ajam.
— El chamo no debe tardar en aparecerse, si se pone medio loco lo agarras a coñazo y le dices que no venga más, que es de mi parte.
— Te van a cerrar el SAIME Jisung movela.
El muchacho vio la hora en el reloj de la pared y salió esmollejao sin decir más nada. El de cabello lila rió, continuó comiendo tranquilamente. Luego de como una hora más o menos, después de que guardo sus peroles en su bolso la campanita de la entrada sonó, respiro hondo y trato de poner su cara más amable, cosa que fue medio complicada porque había un cerro de calor y el calor lo pone irritable.
— Buenas tardes, ¿qué se le ofrece? —habló una vez estuvo en el mostrador, con una sonrisa incomoda y un tic en el ojo.
El muchacho se le quedó mirando por un ratico, un ratico que Felix sintió como dos horas, tal cuál se sentían las ida de luz.
— ¿Felix verdad? —preguntó dudoso.
— De hecho es Felix Chester Yongbok Lee, tengo tres nombres —contestó con fastidio— soy yo, ¿Christopher... Bang?
