kitty mine

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Chris a veces no entendía a su gente, por qué matar a un indefenso gatito que se había colado en la manada

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Chris a veces no entendía a su gente, por qué matar a un indefenso gatito que se había colado en la manada. ¿Qué les haría? ¿comérselos?

El pobre mínimo estaba arrinconado en una esquina, mirando al lobo gigantesco sentado frente a él con mucho miedo, con las orejitas bajas se hacia más chiquito en esa esquina.

— ¿Cómo llegaste hasta aquí? —le preguntó al gatito tembloroso.

No recibió respuesta.

— Así que tu nombre es Felix ¿cierto? —dijo luego de ver la pequeña placa en el collar del felino. El gato al menos levantó las orejas— al parecer sí.

El felino vio a su alrededor encontrándolo desolado, sólo estaba el lobo, fue relajándose y deshaciendo su posición de resguardo.

— ¿Me dirás como llegaste aquí, pequeño? —volvió a preguntar, acostándose sobre sus patas delanteras— este no es lugar para ti.

— Me perdí —contestó bajando sus orejitas de nuevo— no encontré a mi mamá y me asuste..

— Esta bien, tranquilo, ¿sabes cómo volver?

El gatito negó triste.

Aquél pequeño minino le recordaba al gatito de Los Aristogatos, le gustaba mucho esa película.

— ¿Recuerdas al menos por donde quedaba tu casa?

— No... Sólo se que son casitas muy bonitas con un jardín enorme —explicó moviendo sus patitas, se acercó al lobo sentándose frente a él. Se sentía más chiquito de lo que era— ¿tu sí sabes dónde es?

— Me temo que no pequeño —negó.

— Oh no... Ahora no podré regresar, y deje mi camita bien hecha para mi siesta —dijo el minino tumbándose en el suelo.

— No te preocupes, luego encontraremos la manera de llevarte a tu casa, ahora debo llevarte a un lugar seguro.

— ¿A dónde? —rápidamente se levantó de nuevo.

— A mi casa, allí nadie te podrá molestar hasta que pueda solucionar el problema —se levantó del suelo sacudiendo su cuerpo— sigueme.

— Oye —Chan lo observó. Al parecer podía hacer los ojitos del gato con botas— ¿puedo ir en tu espalda? Es que soy muy chiquito y... ¿Puedo?

Chan enternecido por la ternura del minino, bajo su cabeza y con su hocico subió al gatito a su cabeza, el pequeño Felix término de caminar hasta la espalda peluda del lobo y acostarse allí.

— ¿Vives entre todos estos lobos? —preguntó Felix observando a las bestias que los miraban al caminar— a mi me daría mucho miedo, quisieron comerme.

— Ellos son mi manada, es mi deber cuidarlos como líder. Además ellos no pueden comerme a mí, les doblo el tamaño.

— Lo sé, ¡tu puedes comerme!

hey chris! hey felix! ๑ chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora