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— Puedo entenderte —los chicos que le molestaban saltaron al escucharlo hablar. Felix frunció el ceño cerrando con fuerza el libro que estaba leyendo— soy sordo, no estúpido.
Ambos corrieron hacía dentro del instituto dejándolo solo de nuevo. Felix suspiró guardando el libro en su mochila, la alejó hasta dejarla en la otra punta de la banca y usarla de almohada al recostarse.
Miraba tranquilamente las hojas del árbol moverse, la banca donde se encontraba estaba debajo de esta, brindando sombre y brisa al estar allí, además de una Increíble tranquilidad. Tranquilidad que a veces duraba muy poco al encontrarse chicos que lo molestaban pensando pensando que él no entendía las bromas y chistes horribles sobre su condición, cuando en realidad sí lo hacía, sabía leer los labios así que entendía cada palabra siempre y cuando pudiera ver a la persona de frente.
Felix no nació así, fue un accidente automovilístico que lo que le hizo perder la audición.
Sus padres siempre fueron atentos con su hijo, más aún cuando sucedió aquél accidente, por eso lo ingresaron en una escuela para gente con discapacidades, donde habían muchas más comodidades, profesores especializados para enseñar a cualquiera que no pudiera escuchar y ver, ofrecían terapias y ayuda médica si sucedía algún inconveniente.
Incluso siendo un instituto así, habían chicos que se tomaban el tiempo de molestarlo, porque Felix normalmente no hablaba, no le gustaba la sensación de no poder oírse.
— ¿Por qué haces esas caras? —Jisung le pregunto a su amigo que intentaba seguirle el paso. Él iba en skate así que era un poco más rápido. Su amigo le hacía señas de silenció o que se detuviera pero no entendía que quería decirle— ¿silencio? Estamos al aire libre ¿por qué habría de hacer silencio?
El chico seguía insistiendo en que se detuviera, pero viendo que Jisung no comprendía lo que estaba tratando de decirle, señaló detrás de él con una expresión de preocupación. Jisung se giró para ver de que se preocupaba tanto, se tambaleó cuando se dio cuenta que iba a chocar con una banca que no estaba vacía.
Sí, exactamente la misma donde estaba Felix.
— ¡Cuidado! —gritó antes de estrellarse.
Su amigo corrió más rápido al verlo en el suelo tocándose la cabeza y al chico que estaba en la banca del otro lado en la banca imitando su acción.
— Debo empezar a hacerte más caso hyung —se quejó Jisung levantándose miró la cara de regaño de su amigo— perdón Chan.
El susodicho le hizo unas señas con su mano para al final señalar al otro chico.
— ¡Dios lo siento tanto! —Jisung volteó a ver al otro chico que se iba levantando. Este lo miró sonriendo y negando con su cabeza— ¿estas bien? ¿no me escuchaste gritar?
Felix le mostró su pulgar cuando preguntó que si estaba bien, en la segunda pregunta apenado le señaló su oreja con su dedo negando luego.
— ¡No puede ser! ¡Chan hyung golpee a una persona sorda! ¡soy una abominación! —Jisung fingió llorar al zarandear a su mayor.
