𝟎𝟑. 𝐏𝐚𝐪𝐮𝐞𝐭𝐞

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A la salida Eddie lo detuvo.

— ¡Nuevo!

Kit se dio la vuelta con mala cara. — Ya deja de llamarme así, Eddie.

Él alzó las manos riéndose. — De acuerdo, perdón. Hey, te iba a decir si quieres acompañarme a hacer una entrega.

Kit, quien era más bajo que Munson, lo miró confundido. — ¿Entrega?

Asintió energético. — Sí, es en el bosque, no habrá nadie por quien preocuparnos porque esa zona está abandonada.

— De acuerdo... Edds.

El mencionado, quien lo había tomado del brazo para arrastrarlo al bosque, volteó sorprendido. — ¿Ya tengo apodo? Woah... eh, ¿qué ibas a decirme?

Su risa nerviosa lo hizo reír. — Iba a decir, ¿debería preocuparme?

— No, ¿si? No lo sé, depende de cómo lo veas, supongo.

— Okay...

Cuando llegaron a la zona apartada del bosque de la que Eddie hablaba, era un banco de madera en donde ambos se sentaron a esperar al cliente de Munson. La zona apartada, el paquete, una entrega lejos de los ojos curiosos, era sospechoso y demasiado obvio para Kit. Él no dijo nada, simplemente sacó un libro de su mochila y se puso a leer.

— ¿Qué lees?

Pero pronto aprendió que con Eddie la privacidad no existía, era muy curioso por naturaleza y cualquier cosa que hagas sin contarle iba a ser acechada por sus ojos de cachorro. Así es, Eddie asomaba la cabeza tapando el libro de la vista de Kit, quien sólo pudo reírse del de rulos.

En otra ocasión, se habría molestado con la persona.

— Es un libro de terror. Es Cell, de Stephen King. ¿Lo conoces? Es de mis autores favoritos.

Eddie le sacó el libro de las manos y comenzó a ojearlo, genuinamente curioso por lo que el nuevo leía. — He oído hablar de él, es el rey del terror ¿no es así?

Damons asintió eufóricamente. — Diablos que lo es. Sus historias realmente te dan miedo, a veces son desesperantes ¡una vez lloré con una de las muertes de sus personajes!

Eddie miraba atento la manera en que los ojos del castaño brillaban al hablar de lo que leía, le parecía curioso, ni siquiera se había molestado con él por prácticamente arrancarle el libro de las manos, es más, hasta se había emocionado por su interés. Sonrió levemente, atento a sus palabras. — ¿De verdad lloraste?

— Oh, sí. Te diría cuál pero la verdad no quiero decirte lo que pasa. ¿Quieres leerlo?

Su emoción verdadera y natural había causado algo desconocido en Eddie, quien rió por lo bajo ante la manera infantil que tenía el chico al actuar y asintió. — Pero si no es tan bueno como me dices, me debes un Kitkat.

Damons rió, asintiendo. — ¿Un kitkat? De acuerdo, friki.

— Sí, un kitkat. Son caros y la mejor golosina del mundo, así que espero que el libro sea pésimo.

Kit soltó una carcajada. — Hey, no-

Una voz carraspeó incómoda delante de ambos. — Ehm... Hola.

Eddie lo miró divertido. — Hey, te tardaste, Smith.

Kit saludó con un asentimiento al tímido chico y lo analizó. Era delgado, pálido, sus ojeras eran notorias, se veía enfermo. Miró preocupado a Eddie. ¿Era seguro venderle drogas a alguien con aspecto enfermizo?

Si alguien se enteraba, perjudicaría al muchacho.

— Sí, bueno, me... distraje.

Algo en su escalofrío alertó a Kit, pero se mantuvo en silencio viendo como negociaban.

i wanna be yours | eddie munson x male ocDonde viven las historias. Descúbrelo ahora