𝟐𝟔. 𝐋𝐚 𝐩𝐞𝐨𝐫 𝐝𝐞𝐜𝐢𝐬𝐢𝐨𝐧

2.1K 279 57
                                    

Cuando llegaron a la casa de los Wheeler vieron enredaderas por doquier, dejando boquiabierto en Kit.

— Bueno... es hora de hacer limpieza.

Las enredaderas se arrastraban con lentitud y tenía una sustancia viscosa que le generaba náuseas a Kit.

— Vamos arriba, no quiero estar aquí mucho tiempo.

Todos asintieron y siguieron a Nancy hasta su habitación.

Todos excepto Kit.

Una de las habitaciones le llamaba la atención. No sabía qué tenía, ni de dónde venía ese silencioso ruido que lo atraía como un imán, pero sus piernas se movían solas.

Había algo que lo inquietaba, no eran las enredaderas, pero dentro suyo sabía que entrar ahí era una pésima idea. Oía un siseo que pronunciaba su nombre, pero era tan bajo y tan escalofriante que no estaba seguro de si era su nombre el que oía.

Tomó el pomo de la puerta y la abrió lentamente. Estaba en su antigua habitación. Quiso volver sobre sus pasos, sabiendo que algo andaba terriblemente mal, pero detrás suyo la puerta se cerró de golpe, haciendo que dé un salto.

Volteó lentamente y miró con palidez a la persona que tenía en frente.

Era su madre. Pero... ¿cómo había llegado hasta él? No recordaba que su padre haya dado información de su mudanza.

Lo miraba con una sonrisa que lo aterraba, sus ojos tenían una oscuridad que era peor de la que había visto por última vez, y estaba estática con sus ojos clavados en Kit.

— ¿Ma... má? ¿Qué haces...?

Pero su rostro se transformó por completo, sus facciones cayeron y lo miró con dureza, levantando su mano en un puño, Kit se encogió en su lugar. — ¡Te he dicho que no me llames así!

— Lo... lo siento... yo...

Kit comenzó a retroceder lentamente. No entendía absolutamente nada.

Su madre avanzó a la misma sintonía que Kit, sus pasos se oían como ecos en su cabeza. Había algo en su mirada que lo hacía temblar, estaba seguro de que rozaba la psicopatía.

— ¿Qué sientes, Kit? ¿Ser tan asqueroso? ¿Ser un puto pervertido? Sabes bien que no debes acercarte a los niños, y hoy hablaste con Ismael. ¡Te hemos dicho mil veces, pequeña mierda — se acercó a pasos furiosos y lo tomó del cuello —, que te alejaras!

Kit abrió los ojos de par en par, luchando por poder respirar. Y entendió que estaba viviendo un recuerdo. La habitación, los pósters, su cama desordenada, su madre. Todo era producto de un recuerdo, pero no lo estaba recordando, lo estaba viviendo, y esta vez dolía incluso más que aquella vez que realmente pasó. Los dedos finos de su madre se enterraban en su piel con una fuerza desmesurada, sus maniáticos ojos lo miraban con diversión y de su boca sólo salía mierda.

Comenzó a llorar, creyendo que iba a morir. — Lo siento... lo siento... Eddie...

Su madre quedó congelada en su lugar, sus ojos dejaron de moverse y se volvieron blancos, su voz salió distorsionada.

— ¿Eddie? ¿Crees que va a salvarte, Kit?

El agarre era cada vez más fuerte, y no importaba cuántas patadas diera en el aire, no lo soltaba. Y su mano... la mano que lo ahorcaba lentamente se fue transformando en una más grande, pudo sentirlo, y la piel de su brazo se fue cayendo, dejando a la vista una piel con la misma textura que la de las enredaderas.

Y ahí Kit entendió finalmente que cayó en la maldición de Vecna.

Él siguió su discurso, aún si la piel se caía a grandes trozos, como si no le importara.

— ¿Crees que él de verdad te quiere? ¿Que no te usó? ¿Que no está abusando de ti, como Jaden lo hizo? Ah... no se lo contaste, ¿verdad?

Kit comenzó a sollozar, sin soportar el agarre en su cuello, y las horrendas palabras que salía de la boca de ese ser. En su mente estrellaron los recuerdos, unos tras otros, de lo que Jaden hizo esa noche.  No fueron sólo puñetazos y patadas, pero él ignoró esa parte. Ese pequeño detalle que lo ensuciaría de por vida.

Vecna lo lanzó al otro lado de la habitación, Kit cayó de bruces al suelo, tosió con fuerza buscando aire y se sostuvo el cuello, intentando retroceder al ver a la bestia arrodillarse frente a él. Lo miraba como si estuviera siendo piadoso con él, sólo quería que se alejara.

— No se lo contaste porque sabes que él tendría asco de ti, ¿no? Sabes que en cuanto lo sepa él se alejará, te abandonará, Kit, te lastimará, y probablemente te haga lo mismo que Jaden.

Él negó, sin dejar de toser. Su voz salió rasposa. — No tienes... idea de nada. Vete a la mierda. Eddie no es así.

Poco a poco, comenzaba a oír su nombre detrás de la puerta, como si hubieran estado llamándolo y no lo hubiera notado, pero ahora lo oía, y también los fuertes golpes en la madera. Vecna lo tomó del mentón con fuerza, dañándolo aún más. Kit no podía frenar las lágrimas, estaba realmente asustado.

— Eres ingenuo, ves lo que quieres, pero sabes que no es así. Por eso debes unirte a mí. Porque una parte de ti sabe lo que está pasando, aún si tu parte estúpida lo niega. Lo sabes, Kit, lo sabes porque esa parte de ti que busca la verdad es más fuerte. Sabes que lo hará.

Él negó repetidamente, abrazándose a sí mismo, temblando en su sitio sin dejar de llorar.

El recuerdo de Jaden tratándolo como basura, arrastrándolo de los cabellos a un callejón para hacerle lo que se le antojase para "quitarle" lo gay y demostrarle lo asquerosos que eran los hombres, lo atormentaba en cada pesadilla. Había sido la peor decisión que tomó en su vida, y fue la verdadera razón por la que su padre lo llevó hasta Hawkins.

Vecna tomó el collar de Eddie en sus manos, haciendo que Kit quisiera apartarlo, pero estaba inmóvil, no importaba cuánto luchara, él sentía que algo lo aplastaba contra la pared. — ¿Crees que este collar significa algo? ¿De verdad crees que le importas? Él sólo quiere salvarse a sí mismo.

Kit negó, mirándolo a los ojos por primera vez. — Eso no es verdad. No tienes idea de nada.

El ser soltó el collar y comenzó a alejarse, confundiendo a Kit.

— Queda poco tiempo.

— ¿Para qué? — lo vio sonreír de forma siniestra en una de las esquinas de su habitación, quiso incorporarse pero el peso encima suyo no se quitaba. — ¡¿Para qué?!

— ¡Kit! ¡Kit! ¡Reacciona, por favor, reacciona!

Alguien sollozaba con fuerza mientras lo sacudía de los hombros, y eso lo trajo a la realidad. Las linternas en su cara lo cegó un momento, asustándolo de golpe haciendo que se pegara a la pared, pero luego vio que quien lo llamaba entre sollozos era Eddie.

Kit comenzó a llorar con fuerza y se lanzó a los brazos de Eddie, quien lo abrazó con fuerza mientras le susurraba entre llantos que creyó que lo perdería, que se había asustado al no verlo y que cuando lo encontró estaba en el mismo trance que estuvo Chrissy. Eddie temblaba al igual que Kit, y tocaba su piel buscando heridas.

El menor miró por sobre el hombro de Eddie a los demás que lo miraban preocupados y con temor, sin acercarse demasiado para no interrumpirlos.

— Dime que él no te tiene, Kit, dime que no era él, por favor. — sollozaba Eddie contra su piel.

Kit cerró los ojos con fuerza. — Es él... quiere que... me una a él.

Eddie lo abrazó con más fuerza temblando como una hoja de papel, probablemente recordando a Chrissy, y Kit se sostenía con fuerza a él, volviendo a escuchar las palabras de Vecna.

Eddie no era un Jaden.

i wanna be yours | eddie munson x male ocDonde viven las historias. Descúbrelo ahora