Su padre no le había dicho eso.
— ¿De verdad?
Eddie asintió efusivamente. — Hubo varias desapariciones, algunas nunca se recuperaron. Excepto una persona, un niño, pero se fue de aquí.
— Oh, pobrecillo, la habrá pasado muy mal.
Eddie hizo una mueca. — Sí, al pobre le decían niño zombie. Cuando se fue yo me enteré de todo, pues al irse la gente especulaba de él con aún más fuerza que antes.
Kit suspiró. — Supongo que ni un buen pueblo se salva de ese tipo de gente.
El de rulos lo miró con atención. — Supongo que te cruzaste con un montón de ellos ¿no?
Kit asintió con pesadez. — Sí, eran personas muy... malas. Gracias a mi padre estoy aquí, sin él... no sé, todo sería peor.
Aunque le causó curiosidad, el contrario no preguntó nada. — Bueno, eso está bastante bien. Ah, ya casi llegamos. Si quieres puedes venir con nuestro grupo, pero te advierto que apenas te vean sentarte conmigo vas a ser un friki más.
Kit se encogió de hombros. — Bah, da igual, tampoco voy a ser alguien que no quiero sólo para pertenecer.
Aunque sí lo hacía.
Eddie alzó su mano y despeinó sus cabellos. — Inteligente decisión, vamos, entremos.
Kit entró detrás de él, al instante que ambos pusieron un pie dentro el salón entero se calló. Estaba el profesor.
— No, si, qué linda bienvenida. — dijo Eddie sarcástico, yendo a uno de los asientos del fondo.
Kit quiso seguirlo, pero el profesor lo frenó.
— Alto, eres el nuevo ¿no? — Kit asintió, intimidado por la mirada severa que le dedicaba su profesor — ¿Y te atreves a llegar tarde en tu primer día? Vaya, Munson, no pasó un día y ya corrompiste al niño.
Kit frunció el ceño. — Eddie sólo me trajo hasta acá, de no ser por él ni siquiera habría llegado a su clase porque estaría perdido.
Concentrado en tratar de no ser grosero con el profesor, no vio la mirada sorprendida y la sonrisa que Eddie le dedicó.
El hombre alzó las cejas y se acomodó las gafas. — Ya veo, eres igual a él — Kit lo miró atónito por su tono, en especial por su mirada que casi parecía de asco —. Clase, démosle la bienvenida a otro insolente.
Kit bufó, el resto de la clase rió, en especial un chico rubio y su grupo. Por los abrigos con el logo del equipo de basket, supo que era Jason y su séquito de tarados. — Me llamo Kit Damons, señor, y le agradecería mucho que sea menos grosero conmigo, apenas me conoce.
El profesor lo miró con cejas arqueadas. — Vaya, además altanero. — todos rieron, menos Eddie y sus amigos. El de rulos comenzaba a molestarse.
— Veo que no nos llevaremos bien. ¿Ya me puedo sentar? ¿Terminó de mofarse de mí?
— Sí, niño, ve a sentarte. Dios, los jóvenes de hoy en día.
Kit apretó los labios y fue hasta donde estaba Eddie, quien le corrió la silla del banco y alzó la voz. — Dios, los ancianos de hoy en día.
Kit lo miró sorprendido y sonrió levemente. Se sentó a su lado en silencio.
La clase comenzó entre risas, burlas y una pequeña no tan pequeña discusión entre Eddie y el profesor que básicamente fue:
— Pues si quiere que la juventud lo respete no debería pasarnos por encima, está como mayorcito para eso ¿no cree?
— Para empezar, son todos unos insolentes y maleducados, a excepción de unos pocos, entre los cuales está Jason y el equipo de baloncesto.
Eddie soltó una carcajada. — Oh, vamos, no puede hablar en serio ¡si hasta golpean a los de años menores!
— Pues usted no puede hablar mucho, Munson. Oí que tiene una secta satánica y esas cosas del diablo.
— Oh, sí, en el club de Hellfire nos dedicamos a organizar quemas de iglesias y asesinatos en masa, quizás y hasta planeemos suicidios masivos ocasionado por acoso escolar. ¿Te suena eso conocido, Jason?
Kit lo miró confundido, más tarde le preguntaría sobre eso.
Jason alzó su dedo medio. — Jodete, Friki.
— ¡Suficiente, jóvenes! Munson, luego hablaremos de tu secta. Damons, si quieres llevarte bien conmigo aléjate de Munson y te irá bien.
Kit se había indignado con ese comentario y quiso pararse de su asiento, pero Eddie puso una mano en su hombro y lo sentó otra vez, diciendo que no valía la pena y que siempre peleaba con ese profesor por diversión, que no se preocupara, para luego volver a burlarse del profesor. Al parecer, había muchas cosas de que preocuparse en cuanto del castaño se trataba.
Luego de la clase fueron a otras, antes de tener por fin el almuerzo. Eddie no había llevado nada.
— ¿No te preparas algo para comer antes de venir? — dijo incrédulo Kit, quien ya se sentía más cómodo con toda la energía del de rulos.
Él negó con la cabeza y lo miró con una sonrisa divertida. — Damons, ni siquiera me peino y pretendes que me prepare algo de comer.
Todos en la mesa rieron menos el nuevo, quien chistó y negó con la cabeza. Antes de venir, se había preparado dos sándwiches, podría sobrevivir con uno en el estómago. — Qué imbécil, toma, come.
Eddie tomó el sándwich casi atónito. — No pero... no te preocupes, nuevo. Estoy bien así.
El contrario lo miró con seriedad. — Que comas.
Munson sonrió ladino y asintió, mordiéndose los labios inconscientemente. Kit ignoró su reacción y comenzó a comer.
Ese gesto le había parecido tan atractivo que quería lanzarse sobre Eddie para golpearlo. ¡¿Por qué hizo eso?! ¡¿Por qué lo había mirado así?!
Kit dejó de comer por un momento, completamente paralizado y captando las miradas de todos. ¿Será que...?
No, imposible. No eran iguales.
— ¿Estás bien, nuevo?
Kit asintió, distraído, el amigo de Eddie (quien le había preguntado) se encogió de hombros y siguieron hablando del club del que el nuevo desconocía.
Tenía que ser más cuidadoso.
En una de sus clases Kit estaba tomando apuntes, Eddie no había llevado ni siquiera una hoja para anotar las cosas.
— Bueno... definitivamente vas a ser mi amigo ahora.
Kit rió por lo bajo. — ¿Ah, si? ¿Sólo porque te conviene?
Eddie asintió. — Sí, pero además de eso eres cool, nuevito. Qué poca fe me tienes, eh.
Kit escondió su sonrisa y lo insultó por lo bajo, ganándose una mirada divertida por parte del contrario.
Eddie se estiró un poco más cerca de él. — Bienvenido al club de los frikis, niño bonito.
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i wanna be yours | eddie munson x male oc
Fiksi PenggemarEn donde Kit Damons no sólo debe lidiar con la homofobia y los secretos revelados, sino que también con un muy revoltoso y energético metalero del cual comete la grave equivocación de enamorarse. [Se tocan temas sensibles, pongo advertencias cada ve...