𝟑𝟓. 𝐌𝐢𝐬 𝐦𝐮𝐜𝐡𝐚𝐜𝐡𝐨𝐬

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No salieron de la cama hasta que fueron las 4 de la mañana. Ninguno pudo volver a dormir luego de la pesadilla de Kit, quien seguía con malestar en el estómago luego de soñar aquello, había sido muy real. Los gritos, el dolor, la sangre. Todo.

Tenía miedo.

Por otra parte, Eddie sabía lo que le pasaba a su pequeño, se encontraba a sí mismo brindándole caricias en su piel o haciendo chistes tontos para distraerlo, y distraer a Kit de sus malos momentos era su super poder, siempre lo lograba.

Luego se levantaron y se pusieron la misma ropa con la que habían estado el día anterior, tenía mal olor y todo pero no querían levantar sospechas en caso de que entren policías nuevamente a su casa y vean prendas de ropa que antes no se hallaban ahí, así que Kit ordenó todo y guardó la ropa en su armario con el ceño fruncido y un nudo en la garganta.

¿Y si lo que había soñado pasaba de verdad? No podía perderlo.

Kit se pasó una mano por su frente y suspiró, se sentó en la cama a esperar a que Eddie saliera del baño para que ambos pudieran bajar a desayunar algo.

— ¿Kit?

No sabía en qué momento se había sentado a su lado mirándolo con preocupación, Kit le sonrió con ojos cansados.

— ¿Pasa algo?

Eddie levantó su mano para tomarlo del rostro con suavidad y acariciar su piel, sus ojos grandes y oscuros manifestaban la más profunda preocupación.

— Yo debería preguntar eso.

La sonrisa de Kit flaqueó, cerró los ojos y se apoyó en la palma de su mano, suspirando. Eddie amaba que hiciera eso, siempre lo hacía sonreír como idiota.

— No me pasa nada, es sólo que... no quiero que vayamos otra vez.

— Yo tampoco quiero ir, pensar en que te pondré en peligro nuevamente... ¿por qué no te quedas, Kit?

El menor abrió los ojos abruptamente y lo miró con enojo. — No.

Eddie suspiró. — De verdad me voy a sentir más tranquilo si te quedas aquí.

— Estás loco.

Kit se apartó y lo miró con ojos llorosos, el mayor se sintió un poco mal. — Kit... por favor, pequeño.

— ¡No! ¿Cómo puedes siquiera pensar en que te deje luego de haber soñado con que te morías? ¡Ni siquiera sé si fue un sueño porque Vecna se reía de mí, Eddie! ¡Se reía de ti mientras te morías!

Al ver que nuevamente comenzó a llorar con miedo, Eddie lo atrajo a su pecho, acariciando su cabello y escuchando los sollozos ahogados con culpa. — Lo siento, tienes razón, perdóname... no quiero que nada te pase.

— Yo tampoco. — murmuró el pequeño, abrazándolo con fuerza.

Se mantuvieron en silencio un momento más, sintiendo un gran pesar en sus pechos, se abrazaban con fuerza y se besaban como si fuera la última vez que lo harían. Tenían demasiado miedo, en especial Eddie, sabía que su chico estaba en grave peligro. Vecna aún estaba tras él.

No estaban seguros de si podrían salir adelante esta vez.

Escucharon golpes en la puerta y se separaron con un sobresalto, se habían olvidado dónde estaban.

— ¿Kit? — lo llamó su padre tras la puerta. — El desayuno estará listo en un momento.

Kit sonrió entre lágrimas y carraspeó la garganta, mientras Eddie lo miraba con los labios apretados y acariciando su mano. — Iremos, pá.

i wanna be yours | eddie munson x male ocDonde viven las historias. Descúbrelo ahora