𝟑𝟎. 𝐄𝐬 𝐬𝐞𝐠𝐮𝐫𝐨

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Mientras Nancy salía del trance y era ayudada por Steve a pasar por el otro lado, Kit miraba la radio que Eddie le había ofrecido para que se comunicara con su padre.

— No sé qué decirle...

Eddie pasó su mano por su espalda, se negaba a dejarlo sentarse en otro lado que no fuera su regazo. — Primero piensa en lo que quieres hacer.

Kit lo miró inseguro. — Quiero... ir a mi casa, al menos por esta noche, antes de volver al... ¿cómo lo llamó Dustin?

— Upside Down. Y... lo que quieres es un poco arriesgado, pero está bien.

Kit asintió y tomó aire, luego sintonizó el canal de su padre con los dedos temblorosos.

— ¿Papá? ¿Estás despierto? — no escucharon nada, Kit suspiró, Eddie acarició su cintura, brindándole apoyo así —... quizás esté dormido.

¿Kit? ¿Estás bien? ¿Eddie está bien? ¿Necesitan algo?

Kit sonrió entre lágrimas al oír su voz preocupada por ambos, Eddie sonrió al ver que sí había un adulto que no lo trataba como porquería, quizás el único.

— Sí, papá, estamos bien, sólo quería... quería hablar contigo.

Su voz salió más temblorosa de lo que había querido, y no quería derrumbarse al frente de Eddie, no cuando el pobre estaba cargando con todo junto.

— ¿Pasa algo?

Kit se cubrió la boca con las manos y se escondió en el cuello de su pareja. ¿Cómo iba a decirle a su padre que estaba a punto de morir?

¿Kit? ¿De verdad está todo bien?

Eddie mordió sus labios con fuerza, sintiendo sus ojos arder, abrazó a su chico y besó cariñosamente su hombro, haciéndole saber que estaba ahí para él, y que cualquier decisión que tomara estaría bien.

Kit se aclaró la garganta, y respiró hondo antes de volver a hablar. — Sí, pá, te lo prometo...

Está bien — se lo escuchó no muy convencido —, ¿ambos están durmiendo en algún lugar? ¿Tienen abrigo?

Kit sonrió y miró a su pareja, quien sonreía de igual manera al verse incluido.

— De hecho... hoy no, tuvimos que huir del lugar.

Escucharon un suspiro en el otro lado de la línea. — Unos chicos han venido a casa, eran muy groseros y te querían encontrar a toda costa — ambos se miraron alarmados, sabiendo que se trataba de Jason —. Les hice creer que yo no te consideraba más mi hijo y que si volvías te entregaría, pero no es así. Se fueron, diciendo algo sobre los cristianos y no sé qué.

Kit rió confundido. — ¿Entonces estás bien? ¿No te hicieron nada?

— No, no. En casa estás a salvo, si es que quieres volver... aún si es por un momento, te prometo que es seguro, Kit. Sabes que puedes confiar en mí.

El menor miró dudoso a Eddie, quien se encogió de hombros. No tenían un sitio donde dormir esa noche, y luego tenían que volver al Upside Down, un lugar donde dormir, donde serían bien tratados y estarían calientitos, le parecía bien. Hasta lo deseaba. Sólo debían ser cuidadosos.

Aún así, Kit le preguntó si estaba bien con ello. Eddie sonrió y asintió. — Me encantaría.

El menor asintió, dejando escapar un suspiro.

— Sí, papá. Nos gustaría ir. ¿Qué zona es más segura para ir?

Ambos escucharon a su papá juntando cosas, probablemente para salir. — Ahora mismo están investigando la zona de la Roca Calavera, según oí. Pero no te preocupes, hijo, te iré a buscar. ¿Dónde estás?

— En la casa de Eddie.

¡¿Qué?! ¡¿Por qué estarían ahí?!

Ambos se encogieron en su lugar al oír los regaños. — Larga historia... te esperaremos en la carretera ¿okay? Estaremos ocultos.

— Bien, de acuerdo, ahí nos vemos.

Kit sonrió de oreja a oreja, con lágrimas en los ojos. — Te espero.

Cortó la transmisión y abrazó al mayor, llorando sobre su hombro.

Vería a su papá. Estaría con él y podría abrazarlo por última vez.

Eddie besó su cabeza, acariciaba su espalda y se aferraba a su chico.

— ¡Veré a mi papá! — rió-sollozó con felicidad.

— Lo harás, bebé. Todo estará bien.

Se mantuvieron abrazados por un momento, sintiéndose dichosos y no desdichados por primera vez, ignorando el hecho de que Vecna podría atacar en cualquier momento. Luego se pararon y salieron hasta donde estaba el resto, interrumpiendo la charla.

— Hablé con mi papá — sonrió el menor —. Es seguro que vayamos con él.

Steve, Nancy y Robin se miraron entre sí, Steve fue el que habló. — ¿Estás seguro?

Kit asintió. — Sí, les aseguro que sí. Hemos pasado cosas peores juntos, no me va a dar la espalda esta vez.

Y aunque todos fruncieron el ceño, pues ¿qué podría ser peor que un monstruo de otra dimensión amenazando con matarte? Todos asintieron, y pusieron en marcha un plan.

— De acuerdo — dijo Nancy —. Nos reuniremos aquí a las 5, no más.

Sólo quedaban unas horas para que sean las 5, pero a Kit le bastaba. Aún si fuera un segundo, se contentaría porque vería a su papá por última vez. Privilegio que no todos tenían la suerte de gozar.

Todos asintieron y se repartieron los lugares para dormir, antes de despedirse de ambos. El último en despedirse fue Dustin, quien corrió hasta ambos abrazándolos con fuerza. Kit sonrió, acariciando su cabello.

— Vuelvan ¿okay? No dejen que ellos los atrapen.

Eddie dejó escapar una risa nasal. — No lo haremos, grandote, ve a dormir, te lo mereces.

El menor los miró a ambos con afecto y asintió, para luego irse corriendo hasta Steve.

Antes de salir, Eddie atrajo a Kit a un abrazo, suspirando con alivio. Una vez más, sentían que las cosas estaban resueltas por el hecho de que encontraron un lugar seguro donde dormir, Kit se escondió en su cuello mientras los balanceaba lentamente, ocasionando que el mayor sonriera.

— Te quiero mucho, pequeño.

Kit suspiró. — Yo igual. Te quiero mucho, bobo.

Eddie se separó y lo tomó del mentón, comenzando a besar sus labios con ternura, grabando cada sensación en su mente. Él de verdad no quería que Kit muriera, no sabía qué sería de su vida sin él. No podía imaginarse una sin Kit jodidamente adorable Damons. Sin su Kit.

Imposible, era imposible, no sería vida. Se había acostumbrado a su calidez, a su sonrisa, al sonido tan bonito de su risa, a sus sonrojos, sus abrazos y sus besos. No podría vivir sin todo eso. Sin duda, lo salvaría de Vecna, y luego ambos tendrían toda una vida juntos.

Por otro lado, Kit se despedía de él. Sabía que le quedaba poco tiempo, sabía que Vecna era muy fuerte y que era imposible de salvarse de él. Se estaba despidiendo del amor de su vida, aún si no quería, lo besaba con un sentimiento que antes no tenía. Le decía con disimulo que todo acabaría para ambos, pero que él seguiría a su lado. Kit no se iría del mundo del todo, no dejaría a su Eddie a la deriva, no le permitiría arruinarse.

— ¿Estás bien? — le preguntó el mayor una vez que se separaron, apoyando sus frentes.

Kit asintió con lentitud, jugando con el cabello del mayor. — Sí... sí, es sólo que... te... t-te amo mucho ¿sabes?

Eddie sonrió a medias, acariciando su cintura con delicadeza. — Lo sé. Sabes que yo igual.

Kit sonrió, asintió y se puso de puntillas para robarle otro beso, antes de separarse, entrelazar sus manos y salir del tráiler, corriendo lo más silenciosa y cuidadosamente que pudieron, metiéndose al bosque, esperando al padre de Kit.

Nadie los vio.

i wanna be yours | eddie munson x male ocDonde viven las historias. Descúbrelo ahora