𝟎𝟔. 𝐉𝐨𝐝𝐢𝐝𝐨 𝐤𝐨𝐚𝐥𝐚

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El horario escolar estaba por terminar, ambos estaban dormidos. Kit sobre el hombro de Eddie y Eddie apoyando su cabeza en la suya. Hacía frío, por lo que inconscientemente se abrazaban para estar un poco más calentitos.

El primero en despertarse fue Munson, quien miró asustado a todas partes. Quizás la película del muñeco había sido demasiado...

Miró hacia donde yacía su amigo, sus mejillas estaban sonrosadas y el ceño estaba fruncido, pero él seguía durmiendo con sus carnosos labios separados. Levantó una mano y, sin saber muy bien por qué, acarició su cabello. Era... suave. ¿Por qué era tan suave?

No le quedó otra opción que despertarlo.

— Hey, pequeño. Despierta, Kit — lo sacudió levemente, sonriendo sin poder evitarlo. El chico respondía vagos ¿mmhmm? —. Tengo que llevarte a tu casa, niño bonito, vamos, despierta.

Algo que no esperó ver era cómo Kit, a pesar de que seguía dormido, le sonreía luego de que le dijera por ese apodo. Incluso se sonrojó más. — Te gusta que te diga así, ¿eh? — el que seguía dormido simplemente asintió vagamente con la cabeza, aún no se despertaba y le parecía gracioso pero adorable —. Entonces despierta o no te llamaré así nunca más.

— ¿nun... ca? — dijo con un pequeño puchero que distrajo a su amigo.

Eddie tragó saliva. — No... nunca.

— Vete a... la mi... erda...

Eddie soltó una carcajada tan fuerte que Kit se despertó de golpe y lo miró asustado, el de rulos se sostenía el estómago mientras reía. — ¡¿Qué sucede?!

Eddie lo miró intentando calmarse y luego volvió a estallar en carcajadas. Negó con la cabeza. — Nada... no pasa nada... ay, mi estómago. Kit, tengo que llevarte a tu casa. Se acabó el horario escolar y tu casa queda un poco bastante lejos de la mía.

Kit asintió pero se tapó con la manta que Eddie le había puesto al dormir al notar que temblaba, cerró los ojos con las claras intenciones de volver a dormir. — Oh, no, no voy a volver a pelear contigo, levanta, dormilón. Te gusta mucho dormir, ¿no? — Eddie se paró y tomó las manos del más bajo para levantarlo, quien tuvo que sostenerse de su amigo para no caerse pues se había mareado. — Woah, hey, ¿estás bien?

Kit se sostuvo un momento de sus brazos y luego asintió, su amigo se mostraba de verdad preocupado. — Sí, sí, sólo me mareé. No te preocupes... ¿puedo ir al baño?

Eddie asintió y le indicó dónde era, el más bajo le agradeció y fue en esa dirección, él se metió a su habitación en busca de un buzo o algo abrigado, pues notaba que Kit estaba congelado. Le explicaría al padre que lo tenía en su camioneta, para no levantar sospechas de que en realidad ninguno se presentó a las clases. Por alguna extraña razón, Eddie quería seguir cayéndole bien a Jacob Damons. Hasta pensaba en ganárselo. Pero ¿para qué?

— ¿Dije algo inapropiado mientras dormía?

Eddie se sobresaltó y puso una mano en su corazón, volteando a ver al castaño de pelo lacio quien lo miraba preocupado. — Si quieres saber no intentes matarme primero. Y, no, ¿por qué dirías algo inapropiado?

Kit suspiró. — Uh, menos mal entonces.

Eddie sonrió burlón y se acercó lentamente al más bajo, hasta tenerlo frente a frente y tener que inclinar la cabeza hacia abajo, en donde unos nerviosos ojos lo miraban. — Excepto que me mandaste a la mierda por decirte que nunca más te llamaría niño bonito — dejó escapar una risa nasal al ver los ojos como platos del contrario — ¿Debería de hacerlo? ¿Debería, Damons?

Kit tragó saliva intentando no bajar la vista, a donde sus labios rosados y grandes se burlaban de él. — Yo... no lo sé. Haz lo que quieras.

Y se alejó, dejando a Eddie parado en la entrada de su habitación confundido y con un buzo de su banda favorita en una mano. ¿Por qué cada vez que bromeaba con acercarse demasiado a él se ponía cortante?

Rápidamente lo alcanzó, había salido afuera y el frío lo golpeó. — Ponte esto. ¿Seguro que estás bien?

Kit lo miró confundido, poniéndose su buzo sin quejas pues de verdad tenía frío. — ¿Por qué me preguntas mucho eso?

Eddie se apoyó en el capó de su auto y guardó sus manos en los bolsillos de su chaqueta para protegerlas un poco del frío. — Estás un poco extraño.

Kit asintió lentamente, manteniendo el silencio. ¿Qué se supone que le diría?
— Eh... sí, Edds. Estoy bien, gracias por preocuparte.

El contrario sonrió un poco y señaló el auto con la cabeza, viéndose innegablemente atractivo, otra vez.

Una vez en el auto se puso a calentar el motor, y en lo que esperaba observó al más bajo luchar con las mangas de su buzo. Le quedaba demasiado grande. Rió y estiró una mano a la suya. — Deja te ayudo. Te ves adorable, lo sabes ¿verdad?

Arremangó las mangas para que se sintiera más cómodo bajo la atenta mirada de Kit, quien seguía el movimiento de sus manos con total atención. Los anillos le quedaban realmente bien, y las venas de sus manos saltaban con cada movimiento. Tenía las manos frías. — Deja de decir tonterías, bobo...

Eddie tuvo el impulso de depositarle un beso en la mejilla... pero no lo hizo. En cambio, arrancó el vehículo. — Eres de levantarte de mal humor, ¿no?

Kit negó. — En realidad, no, pero no me gusta ser despertado. Y fuiste un poco escandaloso, pero está bien, ya me estoy acostumbrando a ti.

Eddie le mostró una genuina sonrisa de dientes completos. — ¡Genial! Ya era hora, Damons.

Al cabo de unos minutos, llegaron a la casa de Kit, en donde su padre estaba esperando, pues sospechaba que el niño rockero traería otra vez a su hijo, sonrió cuando se dio cuenta de que tenía razón.

— Hola, pá. — Kit se dejó caer en un abrazo. Tenía otra colonia impregna en él, pero no dijo nada.

— Hola, pequeño. Hola, Eddie, gracias por traer a mi niño.

Eddie le sonrió a él y al chico que asomaba sus adormilados ojos por el abrazo. — No es nada, señor. Bueno... debo irme, buenas noches.

Jacob saludó con una sonrisa a Eddie, quien se marchó educadamente. — Me cae bien.

Kit sonrió, comenzando a caminar pegado al abrazo de su papá. — A mí también.

— Se llevan muy bien, por lo que veo. Digo, vienes con un buzo que no es tuyo y encima tienes el olor de otro perfume.

Aunque su padre lo miraba divertido, Kit se sintió acorralado. — ¡Es suyo! Me lo prestó porque tenía frío, lo tenía en su camioneta y con respecto a la colonia es porque Eddie es muy pegote ¡es un jodido koala!

Jacob rió al ver la reacción nerviosa de su hijo. — Está bien, Kit, sabes que no tienes que preocuparte por mí, siempre y cuando vayas a clases.

Kit asintió callado, sintiéndose culpable por dentro. — Bien, gracias...

El hombre señaló el logo del buzo. — Black Sabbath... tiene buen gusto.

Kit bajó la mirada y sonrió. — Él ama esa banda, todo el día habla de ella y está dispuesto a amordazarme para que los escuche.

Jacob rió a carcajadas. — Pues deberías hacerle caso, entonces.

Kit sonrió. — Quizás.

i wanna be yours | eddie munson x male ocDonde viven las historias. Descúbrelo ahora