𝟏𝟔. 𝐓𝐮𝐲𝐨

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Luego de que los chicos se fueran, todo quedó en silencio. Tenían cosas que hablar.

Eddie carraspeó, llamando la atención de Kit. — Luego de todo esto no creo que pueda dormir.

— Yo tampoco.

Y nuevamente la conversación había terminado ahí. Eddie decidió olvidarse de todo por un momento, juntó todos sus problemas y les dio una patada para sacarlos de su mente y concentrarse en lo verdaderamente importante. Acercó un balde hasta estar frente a Kit, quien estaba sentado en un cajón, y se dispuso a resolver lo que había quedado pendiente. Kit lo miraba curioso, la luz de la luna golpeando su rostro causaba un sentimiento distinto en Eddie. Uno nuevo. Desconocido.

— Creo que... debemos hablar.

Kit bajó la mirada, incapaz de sostener la suya. — Lo siento.

Eddie frunció el ceño. — ¿Mmhmm? ¿Por qué?

Su mirada era cristalizada, lo que preocupó a Eddie. — No debí haber dicho eso en el bosque. Si te incomodó... lo siento mucho. Si quieres que me vaya, lo haré, si quieres que me aleje... lo haré.

Eddie lo miró con seriedad, y negó con la cabeza. — No, mierda. ¿Cuándo vas a entender que lo que menos quiero es que te vayas?

Kit lo miró. — ¿Por qué lo dices, eh? No... no digas cosas que puedo... malinterpretar.

— Yo... ¿Qué se supone que debo hacer para que te des cuenta?

Kit apartó la mirada. — No lo sé. No sé ni siquiera de qué hablas.

Eddie se tocó el puente de su nariz, pensando. — Okay, bien, tengo una idea. Tienes dudas ¿no? Dímelas, las responderé.

Kit lo miró no muy convencido, pero los ojos de Eddie eran de súplica, suspiró. — De acuerdo... Recordé todo lo que te dije el día en que te vi tocar. ¿Por qué... por qué no tuviste la misma reacción que todos los demás?

Eddie lo miró como si lo estuviera jodiendo. — ¿De verdad me-? Lo siento. Eh... porque soy incapaz de golpearte por decirme esas cosas... eres importante para mí ¿de acuerdo?

Kit lo miró con sorpresa, y asintió. — Bien, eh... en el bosque, ayer, ¿a qué te referías con que tratarías igual que a mí a todas las personas que te parecen lindas?

Eddie ocultó una sonrisa con su mano, no quería que pensara que se estaba burlando de él. — Porque eres el único que me parece lindo.

Kit sintió un vuelco en su corazón y el calor subir a sus mejillas, asintió un poco aturdido. — O-Okay... ¿Por qué soy el único al que tratas así?

Eddie no supo cómo responder a eso, recordaba habérselo dicho en su camioneta ese mismo día, le parecía lindo que aún lo recordara y lo mirara de esa forma.

Eddie negó con la cabeza. — A la mierda.

Se acercó a Kit con rapidez, quedando de cuclillas para estar a la altura de su rostro, pasó su mano derecha por el cuello del chico y estampó sus labios con los suyos, el más bajo abrió los ojos de par en par y luego se relajó, siguiendo el ritmo lento pero desesperado que Eddie marcaba. Kit pasó sus manos por el pecho de Eddie y las dejó ahí, sintiendo sus mejillas arder con fuerza cuando el de rulos sonrió entre el beso.

Cuando se separaron Eddie lo miraba con una sonrisa mientras acariciaba su piel, causando escalofríos en Kit. — Me gustas, ¿okay? Mucho, de hecho. Me parece increíble que no te hayas dado cuenta... ¿Acaso no ves la cara de idiota que pongo cuando estoy contigo?

Kit rió entre lágrimas. — La tienes siempre, bobo.

Eddie rió por lo bajo para luego mirarlo... como si fuera valioso. ¿De verdad le estaba ocurriendo eso a él?

— Ahora no lo olvidarás.

Kit rió confundido. — ¿Qué?

Eddie se mordió el labio inferior, bajando su mano lentamente por la espalda hasta la cintura de Kit. — Cuando me viste tocar, dijiste que querías emborracharte pero que eras casi intolerante al alcohol, te aseguré que yo te cuidaría. Así lo hice, pero... cuando me hiciste acostarme junto a ti, me preguntaste cuándo te besaría.

Los ojos de Kit se cristalizaron. — Me dijiste que iba a ser cuando estuviera sobrio, porque no querías que lo olvidara...

Eddie asintió lentamente, con una sonrisa. — ¿Puedo... besarte?

Kit llevó su mano a su mejilla y la acarició con lentitud. — No me enojaría si lo haces.

Hazlo las veces que quieras y más, quería decirle.

Eddie rió y asintió, para luego pararse y tomar su mano para ayudarlo a incorporarse, lo miró directo a los ojos con todo el cariño que le guardaba al más chico y luego volvió a besarlo, con lentitud y tranquilidad, acercando sus cuerpos todo lo que podía tomándolo de la cintura, Kit había pasado sus brazos por sus hombros, intentando estar lo más cerca que se le permitía.

Las caricias que le daba Eddie en su cintura lo estaban volviendo loco, era lo mejor que le había pasado en la vida. Nunca pensó que al venir a Hawkins terminaría enamorado y luego ser correspondido por el metalero que todos tenían como friki y satánico, siendo que en realidad era una persona demasiado bella. Todos idiotas, todos.

Cuando se separaron para tomar aire, se escondió entre su pecho y cuello, respirando su aroma como consecuencia, Eddie lo abrazó con fuerza y puso su nariz en su cabello, respirando por fin tranquilo en todas esas horas.

Kit tenía que contarle las cosas. — Oye... perdón por haber dudado tanto, te prometo que hay una explicación para eso.

Eddie suspiró al escuchar su tono de voz más suave de lo normal. — No te preocupes, al final ibas a terminar siendo mío.

A Kit se le cortó la respiración, lo miró con sentimientos a flor de piel. — Tuyo...

Eddie asintió, para luego acercarse a repartir besos en su cuello, no para provocarlo ni tenía intenciones sexuales, simplemente porque esa era su forma de decirle cuánto lo quería. Aunque no se quejaba por los jadeos de Kit. — Sí. Mío. Eres mío, Damons. — se acercó a su oreja, esta vez con intenciones de molestarlo, sonreía de oreja a oreja — Si alguien que no soy yo te toca, que se considere hombre muerto ¿te parece?

Kit, al notar el tono de voz rasposo con el que le dijo esas palabras, asintió mordiéndose el labio. — Sí, m-me parece bien.

Eddie asintió, depositó un último beso y se alejó lentamente, como si en realidad no quisiera separarse de él, para luego tomarlo de la mano y guiarlo a la canoa. Él de verdad ansiaba recostarse en algún sitio abrazado a su chico.

Y eso fue exactamente lo que hicieron. Eddie lo ayudó a subirse a la canoa, se recostó en ella dejando un espacio entre sus piernas en donde Kit se recostó, y permanecieron abrazados recibiendo y dandose caricias entre sí. Eddie cada vez que se le antojaba lo tomaba del rostro y lo besaba.

Kit no caía en lo que estaba sucediendo. Agradecía haberlo buscado.

— Eddie — lo llamó recostado en su pecho, el lo contrario musitó un "¿mmm?" concentrado en jugar con el cabello de Kit —. Te lo explicaré.

~> N.A:


Tenía esto planeado antes de empezar a escribir todo.

i wanna be yours | eddie munson x male ocDonde viven las historias. Descúbrelo ahora