𝟏𝟎. 𝐒𝐨𝐦𝐨𝐬 𝐝𝐨𝐬 𝐟𝐫𝐢𝐤𝐢𝐬

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Cuando Kit despertó se sentía realmente mareado, como si su cerebro se hubiera desconectado y no parara de girar. Tenía ganas de vomitar.

Bien, no volvería a tomar tanto, era un hecho.

— ¿Pero qué...?

Cuando intentó salir de la cama, se dio cuenta que alguien lo tenía abrazado por la espalda, pues cada vez que intentaba pararse era jalado hacia atrás.

Observó alrededor, vio su campera colgada en una silla, sus zapatillas en el suelo y unos borcegos junto a estos, había un vaso vacío en el piso. Y la chaqueta de cuero le había confirmado donde estaba.

Eso y también las manos anilladas de Eddie.

Abrió los ojos de par en par y quedó congelado en su sitio. En su mente gritaba ¡¿qué hice?!

Pero luego recordó ese pequeño momento que tuvo antes de comenzar a beber como imbécil, su pulgar tocando su labio... un escalofrío recorrió su cuerpo.

Piensa en cosas feas, piensa en cosas feas, piensa en cosas feas... ¡Jason! Piensa en el horrendo inútil escarabajo mal peinado de Jason. Oh dios mío, ¡¿qué fue lo que hice?!

No recordaba más que fragmentos. Eddie riendo, Eddie cubriendo su sonrisa con su mano, él jugando con los anillos de Eddie, Eddie volviendo con un vaso y Eddie abrazándolo.

Sonrió como idiota, pero luego recordó dónde estaba. Ni siquiera le había dicho a su papá que no iba a regresar. Oh, estaba en problemas. Muchos problemas.

Aunque le gustaba que Eddie lo tuviera abrazado y se aferrara a él. Kit volteó lentamente y vio sus cabellos aún más despeinados de lo normal, sus labios rosados y sus mejillas abultadas por su almohada. Sólo podía pensar en lo mucho que le gustaba.

Si tan sólo el mundo fuera distinto...

Tomó las manos de Eddie y las separó con delicadeza, temiendo hacerle daño con sus anillos. ¿Es que ni para dormir se quitaba sus anillos?

Se paró silenciosamente y caminó hasta el baño, intentando recordar dónde estaba, hasta que lo encontró. Se lavó la cara, se enjuagó la boca millones de veces con mucha pasta dental (lo sentía por Eddie y su presupuesto pero de ninguna manera apestaría a cadáver en frente del chico que le gustaba), se puso un desodorante que encontró ahí e hizo sus necesidades.

¿Eddie le había desabrochado los pantalones?

Quería morirse.

Se lavó las manos y volvió a la habitación para ponerse sus zapatillas. Eddie se tallaba los ojos intentando despertarse.

— ¿Kit?

Su voz matutina era más gruesa y rasposa de lo normal, como si no fuera lo suficientemente atractivo ya. Se sentó en la cama para ponerse las zapatillas.

— A-Aquí estoy.

Eddie sonrió aún adormilado y lo miró de una manera distinta, esta vez lo miraba con cariño. Quizás en las mañanas le pintaba lo cariñoso.

— ¿Cómo te sientes?

Quería responder: muy mal, tu voz me tiene muy mal, tú me tienes muy mal.

Kit se peinó sus cabellos, notando a Eddie más atento a sus movimientos de lo normal. — La verdad muy mal, me desperté muy mareado, pero ya me siento un poco mejor. ¿Y tú?

El contrario se apoyó en sus codos, haciendo que la tela de la camiseta se apretara en la zona de sus bíceps, Eddie sonrió ladino cuando notó que al más bajo se le desviaban los ojos. — Muy bien, no tomé tanto.

Kit asintió y luego se cubrió el rostro con las manos, avergonzado. — Hice cosas vergonzosas ¿verdad? Seguro dije cosas fuera de lugar, dios... lo siento, yo no-

— Tranquilo, anoche fuiste muy...

— ¿Tonto, idiota, desagradable?

Eddie le lanzó una almohada en la cara. — ¡No! Iba a decir adorable, estuviste adorable. Dijiste muchas cosas.

Había algo en la sonrisa de Eddie que no le gustaba, no porque no fuera linda, sino porque tenía algo que antes no. Kit tragó saliva. — ¿Qué... cosas, Edds?

Sintió su mundo entero desmoronarse al imaginar a Eddie asqueado por él, esperando a que estuviera sobrio para golpearlo hasta la Inconsciencia, tal y como los otros habían hecho. No tuvo cuidado, como su padre dijo.

— Cosas que estos cínicos oídos esperaban oír. Me voy a bañar, no te vayas, no tardo.

Eddie le dedicó una última sonrisa antes de levantarse a buscar ropa limpia y bañarse.

Kit estaba aterrorizado y angustiado. Ese sería el fin ¿verdad?

Para cuando Eddie había vuelto, Kit había preparado como desayuno waffles, sorprendentemente los hizo bien, y a tiempo. Él apareció por el marco de la puerta secándose el cabello, se veía mucho más relajado.

Apenas y lo miró a los ojos.

El malestar crecía en su estómago.

— Eddie, no recuerdo nada...

Quería llorar, ¿y si la historia volvía a repetirse? Si era con Eddie, sería muy difícil de superar.

— Normal, bebiste mucho.

Kit respiró hondo. — Okay... si dije algo que te incomodó... y quieres que me vaya, lo haré... sólo necesito saber si hice algo mal.

Eddie levantó la mirada y por fin miró a Kit a los ojos, notó que el menor estaba aterrado, a nada de llorar.

— No hiciste nada malo, no te preocupes. No quiero que te vayas...

Kit asintió lentamente, sintiendo sus ojos cristalizarse. — ¿Y qué hay de las cosas que te dije?

Eddie agachó la cabeza y sonrió como idiota. — Mmm, en cuanto a eso — se hizo el desentendido —... me contaste acerca de un chico llamado Jaden, no contaste mucho pero sí lo suficiente para saber que es un idiota, y luego — lo miró intentando retener una sonrisa — me hablaste de un chico que te gusta ahora, no dijiste su nombre pero parece ser muy idiota también ¿no?

Kit se quedó congelado en su lugar. — ¿Chico? — Eddie asintió y siguió comiendo como si nada, verlo tan relajado lo tranquilizaba un poco — Perdón.

— ¿Por?

Tomó una bocanada de aire, su nariz comenzaba a ponerse roja y eso pasaba cuando se estaba aguantando el llanto. Eddie lo miraba preocupado. — Yo... no sé cómo decirlo.

— Sólo dilo, no te voy a juzgar o algo. Digo, somos dos frikis ¿no?

Ese comentario lo hizo sonreír un poco. — ¿No te molesta que yo sea... así?

— ¿Así cómo?

— Maricón.

Al decir esa palabra tuvo que morderse el labio, porque sentía que en cualquier momento comenzaría a llorar. Eddie se mordió la lengua, si decía algo mal lo perdería, quizás para siempre. Kit se veía demasiado mal, no sólo por todo el vodka que tomó.

Se levantó de la mesa y se puso de cuclillas frente al chico, negó con la cabeza. — No, no me molesta. Sé que... te cruzaste con muchas personas de mierda que te hicieron mucho daño, pero te aseguro que yo no soy así. Todo está bien ¿okay? Te lo prometo... no vuelvas a hablar de ti mismo así, bonito.

Kit no pudo retener más las lágrimas, caían unas tras otras, se sentía tan asqueroso, tan horrible. Pero ver a Eddie intentando consolarlo, sin mirarlo con asco o juzgarlo, le estrujó el corazón.

El de rulos estiró sus manos hasta su rostro y retiró las lágrimas con delicadeza, Kit hizo lo mismo que la noche anterior y apoyó su mejilla en la palma de su mano, cerrando los ojos y suspirando con alivio.

Esta vez no resistió el impulso. Eddie se paró, se estiró hasta el rostro del chico y plantó un beso en su frente, intentando ser lo más cuidadoso posible. Luego lo abrazó y acarició su cabello, sintiendo su camisa mojarse.

— Conmigo nunca vas a ser tratado así, pequeño.

i wanna be yours | eddie munson x male ocDonde viven las historias. Descúbrelo ahora