Duskwood, la vida después del final.

Parte 54

ERES TÚ

Esa noche MC no había podido pegar un ojo. Insistían en que ella les contara que sabía de ellos, pero ella se negaba a dar dato alguno.

Lamentablemente, su negativa los ponía violetos, varias veces le habían golpeado la cara y sus piernas. Pero mientras no le pegaran en la panza, MC soportaría lo que fuera necesario.

De pronto, la puerta se abrió.

Matón 1: ¿Dijo algo ya?

Matón 2: Nada. Tiene la boca sellada.

Matón 1: El jefe quiere que salgamos. Lo hará el mismo, creo que esta cansado de esperar.

Matón 2: Vamos.

La puerta se cierra una vez más.

Estaba agotada y adolorida. Le dolían mucho las piernas y su boca. Moría de hambre porque desde que la empezaron a interrogar y ante su negativa a confesar habían dejado de darle comida y casi nada de agua.

Otra vez el ruido de la puerta, pero esta vez las pisadas sonaban diferente.

Desconocido: Señorita MC. ¿Qué tal va la esta...

Y el desconocido no termina su frase, se queda mudo.

MC: Disculpe, que iba a decirme.

Desconocido: Eres tú.

Dice sorprendido el desconocido.

MC: Perdón, no se a que se refiere.

Desconocido: ¿Desde hace cuanto trabajas para la policía de Duskwood?

MC: Algunos meses. ¿Por qué?

Desconocido: ¿Cuánto tiempo de embarazo llevas?

MC: 4 meses.

El hombre permaneció en silencio.

MC: Oiga, ¿podría darme un poco de agua?

Desconocido: Por supuesto.

Le da de beber y la mira con los ojos llenos de lagrimas.

MC: Gracias.
Sabe... no se porque pero su voz me recuerda a alguien, pero no se a quien todavía.

El desconocido seguía en silencio.

MC: ¿Sigue allí?

Desconocido: Si, aquí estoy.

MC: No hay manera de que les diga lo que averigüe. Así que o me deja ir o van a tener que matarme.

El desconocido susurra.

Desconocido: No puedo hacer eso.

Su voz salio tan suave que MC no llego a escuchar que dijo.

MC: No comprendí, ¿que dijo?

Desconocido: Nada. Ya veré que hacer contigo.

Nuevamente pasos y el desconocido se va.

Para sus adentros esa charla a le pareció sumamente rara.
MC comenzaba a sentirse mal, era como en los primeros tiempos de embarazo cuando su presión bajaba. Suponía que al no comer ni beber le estaba pasando lo mismo, sentía que la cabeza le daba vueltas y que se desmayaría en cualquier momento.