Duskwood, la vida después del final.

Parte 169

LA CASA DE LA ABUELA

MC había aplazado la visita a casa de su abuela para poder disfrutar de su maternidad, pero ahora que habían pasado seis meses del nacimiento era hora de ir por los documentos y darle fin de una vez por todas a los juegos sucios de Robert y Alice.

Gracias a Jake había podido contactar con Ares, su hermano más grande, él le había mencionado que su madre elimino de su móvil su número una tarde que había vuelto enfadada, esto había sucedido hacía unos meses. Eso a MC le daba la pauta de que podía tratarse que el enojo se debiera por el operativo exitoso de ellos. Sin el número no había podido localizarla, por lo que volver a hablar con ella lo ponía muy feliz.

Esa mañana se levanto temprano y comenzó a alistar un par de cosas para realizar el viaje cuanto antes. No quería hacerlo en avión, había programado hacer los casi 800 kilómetros en auto. Al principio Jake no estaba de acuerdo pero termino cediendo a los pedidos de MC, era una bonita manera de disfrutar del viaje. Cargaron las maletas, provisiones para el camino, la silla para Liam y algunas cosas más, con eso luego de desayunar se pusieron rumbo a Stadland. Durante el recorrido visitaron diferentes pueblos y ciudades, comieron mucho, descansaron, pasaron ratos bonitos en familia. MC deseaba que estos momentos fueran eternos, verdaderamente disfrutaba de los paseos con Jake y ahora con Liam también. Él también parecía estar feliz en esos momentos, ya que casi no lloraba y miraba todo con mucha atención.

Luego de dos días de viaje por fin habían llegado, los pastos estaban altos, las ventanas se veían sucias, todo en un estado deplorable, era muy difícil verle su encanto. Jake por su parte se veía entusiasmado, conocer otra faceta de MC le gustaba. Conocer una parte de su pasado lo hacía sentir un poco mas parte de su vida.

Jake: Oye es muy bella.

MC: Con la suciedad que tiene no se puede apreciar bien.

Jake: No lo sé, yo puedo ver su encanto.

MC: Por fuera puedo verla igual, solo que aquí se nota la mano de mi padre. Ha cambiado su color original, estoy segura que fue él. Entremos y veamos que tal esta todo allí dentro. 

Subieron unos escalones y pronto MC giro la llave sobre la cerradura. Un chillido fuerte los recibió, junto a mucho polvo. Por dentro la casa se veía diferente a como la recordaba, estaba modernizada. Tras pasar el umbral una sala con living y comedor los recibió, mas allá la pequeña cocina con un desayunador, todo sumamente ordenado pero en completo abandono, se notaba que hacía tiempo nadie iba a esa casa. En la pared del comedor un cuadro llamativo, una niña en la playa junto a un perro peludo de color blanco y marrón, Jake se quedo viéndolo mientras MC se sonrojaba e intentaba disimular su timidez cargando a Liam.

Jake: ¿Eres tú?

MC: Si, es un poco vergonzoso verse de pequeño. Mira mis pelos todos revueltos, pero mi abuela amaba esa foto e hizo que alguien la retratara. No puedo creer que aun siga allí, han pasado años desde la última vez que la vi.

Jake: Creo que te veías adorable.

MC: Gracias, es una linda manera de describirlo.

Jake: Oh mira tenemos un hogar.

MC: Si, pero no creo que nos haga falta. Hace calor, aunque aquí por las noches refresca un poco.

Jake: Si, lo imagine. Creo que será mejor que consiga algo de leña por las dudas.

MC: Bien, pero antes ven a conocer las habitaciones. Creo que tendremos el espacio suficiente.

Comenzaron a avanzar por el pasillo, este estaba pintado de blanco y en sus paredes había más fotos del pasado de MC. Jake sabía que mostrar esa faceta suya la avergonzaba, ella no era de abrirse, siempre era muy hermética y trataba de no mencionar su infancia, con él lo había hecho muy pocas veces. Por eso había tomado la decisión de no darle mucha relevancia, quería que ella tuviera la confianza suficiente para mencionarlo por sí misma.