Duskwood, la vida después del final.

Parte 137

UN MOMENTO A SOLAS

MC y Jake se habían quedado a solas. El día que habían tenido había dejados exhausta a MC, por lo que le pareció que una ducha haría que se relajara. El tiempo no era excesivo pero tampoco resultaba acotado, tenía al menos media hora para relajarse.

Jake: Oye ¿Puedo pasar?

MC: Si, claro.

Jake: ¿Va todo bien?

MC: Si, solo estoy cansada. ¿Te molesta si tomo un baño de medía hora?

Jake: No, claro que no.

MC: Bien.

Jake: Si necesitas algo dime, estaré allí afuera.

Jake comenzó a caminar hacía la puerta.

MC: Espera...

Jake: Si...

MC: ¿Quieres...?

MC señalo la tina con su mirada, Jake la miro sorprendido y está lo interpreto como una negativa.

MC: Lo siento... estoy apurando las cosas.

Jake: No, esta bien. Pero ¿De verdad quieres que compartamos un baño?

MC: ¿Es una idea estúpida no?

Jake: No, no lo es. De hecho, me encantaría.

MC: Traba la puerta de entrada y apurémonos, sino no nos darán tiempo a hacer nada.

Jake: Si, claro. 

Luego de verificar que la puerta de ingreso a la habitación estuviera con llave, Jake volvió a acercarse a la tina, no sin antes cerrar esa puerta también. Lentamente comenzó a quitarse la ropa, mientras MC hacía lo mismo. La bañadera tenía agua tibia hasta la mitad y espuma con olor a rosas. 

MC: ¿Te molesta la espuma con olor a rosas?

Jake: No, no hay nada que me moleste.

MC sonrió mientras entraba lentamente y le hacía un poco de espacio a Jake. Por suerte esta era lo suficientemente amplia como para que entraran ambos. Jake se sentó detrás de ella y tomándola por los hombros la invito a que se recostara sobre su pecho. Hacía un tiempo en el que no tenían este tipo de intimidad, por lo que ambos se sentían nerviosos, como si fuera la primera vez que lo hacían. Después de la distancia que habían tomado, o mejor dicho que MC tomo de él, no iba a dejar pasar una oportunidad como esta. 

Mientras besaba su cabeza, MC tomo sus manos y las guío hasta Liam. Entre ambos lo acariciaban a través de la piel y este les respondía con pequeñas pataditas. Definitivamente, el espacio ya le estaba quedando pequeño.

Jake: ¿Te has dado cuenta lo poco que falta para que nazca?

MC: Si, estoy un poco ansiosa.

Jake: Un mes mas y lo tendremos en nuestros brazos. Es una locura.

MC: ¿Querrás estar conmigo en ese momento?

Jake: Por supuesto, no te dejare sola. Estaré grabando todo.

MC: No te vayas a desmayar.

Jake: Bueno respecto a eso no puedo decir nada, pero intentare ser valiente.

Ambos sonrieron imaginando la situación.

Jake: Gracias.

MC: ¿Y ahora porque me agradeces?

Jake: Por este momento, pensé que por un tiempo no íbamos a tener este tipo de cercanía.

MC: Sabes...

MC estaba algo dubitativa, le costaba un poco abrirse y revelar sus verdaderas emociones.

Jake: ¿Que?

MC: Aunque todavía tengamos que hablar...

En ese momento, giro su cara para poder mirarlo a los ojos.

MC: Te extrañe.

Jake: Y yo a ti... mucho. ¿Puedo?

MC asintió, dejó que él se acercara y tomara su cara con su mano izquierda para besarla.

 Se sentía tan bien tener sus labios sobre los suyos, sus manos en su piel la encendían y tenerlo a su lado le daba la sensación de estar mas segura que nunca. Jake era su amor, su hogar, era como sentirse en casa con solo estar entre sus brazos. Al separarse, Jake comenzó a besar su cuello mientras que con sus dedos acariciaba su brazos y sus hombros. De pronto, él empezó a frotar sus dedos en su cuello y MC lanzo un gemido placentero.

Jake: ¿Quieres unos masajes? Estas un poco tensa.

MC: Jamas le diría que no a tus dedos en mi cuerpo.

Los masajes eran suaves, podía quedarse toda la vida disfrutando de ellos y mas si venían acompañados de los besos que Jake le añadía al momento. Un rato mas abrazados y luego de corroborar la hora, de nuevo al trabajo había cosas que solucionar.