Parte 172

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VISITAS INESPERADAS


Mientras Jake viajaba hacia los Estados Unidos, MC decidió ir a dar una vuelta por la comisaria y sorprender a Alan. Tomo las llaves del auto, coloco la alarma, cerró la puerta, sentó a Liam en su asiento y salió hacia su trabajo. Ella disfrutaba de estar con él pero en el fondo de su corazón también extrañaba volver a trabajar. Así que ir a hacer un pequeño recorrido haría que se sintiera un poco mejor. 

Unos pocos minutos, algo de tráfico y estaba estacionada frente a la comisaria. Gente que entraba y salía, se veía que hoy era un día por demás agitado. Descendió del auto, lo cerró, subió los pocos escalones que la separaban de la entrada y nada más traspasar la puerta el murmullo de las personas y los teléfonos sonando la recibieron a ella y a Liam. Él miraba todo asombrado, todo le llamaba la atención, pero principalmente un osito de peluche vestido de policía que Paul, el oficial a cargo de la recepción, tenía en su mostrador.


Paul: Oh MC ¿Qué haces aquí? ¿Quién es este bello muchachito?

MC: Hola Paul, es Liam mi bebé.

Paul: Pero que guapo es, mira esos ojos son iguales a los de su papi.

MC: Bueno todo él es igual a su padre, la manera de comer, de dormir, sus gestos.

Paul: Te echábamos de menos por aquí.

MC: Yo también extrañaba todo esto. Y dime... ¿Alan esta aquí?

Paul: Si, está en su oficina.

MC: ¿Esta solo o con gente?

Paul: Esta solo, pasa.

MC: Bien, porque quiero sorprenderlo. Aunque olvide su café.

Paul: En la cocina hay, puedes preparárselo como tú lo desees.

MC: Lo haré, pero no le digas que estoy aquí.

Paul: Así será.


MC se escabulló hasta la cocina sin que Alan la viera. Puso el agua a hervir, tomo uno de los coladores, vertió dos cucharadas de café y una vez en su punto justo lo filtró. Café recién hecho, como en la época de las abuelas y amargo, como al jefe le gustaba. En un brazo lo tenía a Liam y en el otro una taza con café humeante.

Camino unos pocos pasos, para verlo sentado en su escritorio con cara de preocupación. La puerta de su sala estaba ligeramente abierta. Sonriendo y con un tono alegre, ingreso a su oficina.


MC: ¿Sera que el jefe tiene esa cara porque extraña mi café?

Alan: MC que alegría verte aquí. Oh ese olor que tanto amo, solo tú le das ese toque tan especial. Aquí solo hacen esos cafés batidos que no me agradan. Tú lo preparas como lo hacía mi abuela.

MC: Lo sé, que lo disfrutes.


MC extendió su brazo y le ofreció su taza.


MC: ¿Qué ocurre? ¿Por qué tienes esa cara?

Alan: Mucho trabajo, tengo que pasar muchos informes al ordenador y esta cosa no quiere andar. Se reinicia a cada rato.

MC: Tienes un virus en la PC. ¿Puedo intentar solucionarlo?

Alan: ¿Podrás? No es que no crea en ti, pero la tecnología no es tu fuerte.

MC: Intentemos... quizás te sorprenda.

Alan: Sería de gran ayuda.

MC: A todo esto, ¿Por qué no pediste ayuda al área de informática?

Duskwood, la vida después del final.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora