Parte 189

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VISITA INESPERADA


Varios días después de la visita a la casa de la playa, los Donfort/Ditzel estaban de nuevo en Duskwood. Era temprano en la mañana, MC se duchaba mientras los niños se alistaban para ir a la escuela. Hoy los llevaría ella misma, Dan no se sentía bien por lo que se quedaría descansando en su casa. Faltaba poco tiempo para el casamiento y los preparativos la tenían activa. Jake se quedaría en casa con Liam, trabajando. Luego de su paso por la escuela, MC pasaría por la comisaria a buscar unos casos. Intentaba volver al trabajo y ahora que sus hermanos no estaban le resultaba más fácil hacerlo desde casa.

Se habían demorado un poco en salir, por lo que debían darse prisa. Luego de despedirse de Jake y Liam subieron al auto y salieron a la ruta. 

Una hora después estaba volviendo a Duskwood para reunirse con Alan. Un breve pasó por la cafetería y ya estaba lista para verlo.

Estaciono el auto en el parking y al descender se quedo mirando la fachada de la comisaria con nostalgia. Amaba su familia pero los momentos en los que ellos no estaban y era libre de hacer lo que quisiera los echaba de menos. Entro con paso firme y seguro, todos estaban tan ocupados que no vieron que ella había ingresado. Un pequeño y suave golpe en la puerta de la oficina de Alan para anunciar su llegada y los ojos rebosantes de alegría de él al verla.


Alan: MC... que alegría verte. ¿Qué te trae por aquí?

MC: Hola Alan. Café para mi jefe favorito.

Alan: Gracias, pero no tenias porque hacerlo.

MC: ¿Ya no quieres que lo haga?

Alan: Amo que lo hagas, me recuerda a los viejos tiempos.

MC: Entonces la cábala seguirá vigente.


Tras un intercambio de miradas y sonrisas cómplices, MC continúo hablando.


MC: Con respecto a lo que me has preguntado, ayer he hablado con Edward le he dicho que hoy pasaría a buscar los informes sobre el caso de la niña que apareció muerta en el lago. Quiero ponerme al tanto sobre lo que sea que hayan averiguado.

Alan: ¿No crees que los niños, la casa, los preparativos de la boda ya son suficiente como para también ocuparte del caso?

MC: No, extraño mucho la manera en la que solíamos trabajar. Por favor Alan, quiero hacerlo. Necesito sentirme útil nuevamente, cuando me meto en un caso me siento radiante, es como si mi vida brillara, necesito esto para salir de la rutina. Mírame... he envejecido 20 años desde que me aleje del trabajo.


Alan se rió con complicidad.


Alan: Bien, déjame contarte lo que hemos averiguado. Pero querida MC, tienes que saber que te ves mejor que nunca.


Ambos salieron de la oficina para ingresar al despacho donde archivaban los casos, él le iba facilitando las pistas.


Alan: Llévate esos archivos, allí tendrás toda la información que necesites. De todos modos, puedes llamarme cuando quieras. Cualquier duda puedo respondértela o lo que sea que necesites.

MC: Bien, lo analizare y si tengo algo nuevo te escribo. Ahora me voy... debo aprovechar el tiempo a solas. Nos vemos Alan.

Alan: ¿MC?

MC: Dime...

Alan: Te hemos echado de menos.

MC: Y yo a ustedes. Cuídate.

Alan: Y tú.


MC subió a su auto para regresar a su casa, pero antes una última parada por el trabajo de Jessy. En su mensaje le decía que quería verla urgentemente. Se estaciono en el frente y toco bocina, ella salió con una encantadora sonrisa y se sentó en el asiento del copiloto.


MC: Hola amiga. ¿Qué es eso tan urgente que no puede esperar?

Jessy: Hola. Si recuerdas que te casas ¿Cierto?

MC: Por supuesto.

Jessy: ¿Y acaso lo harás en pijama? Hay que ir a por el vestido, falta poco y en caso de que haya que hacerle ajustes no tendrás nada de tiempo para hacerlos.

MC: Hay no sé, no me entusiasma ver vestidos. Sabes que ver vidrieras y probarme ropa no es lo mío. A ti te encanta pero en mi caso no lo encuentro atractivo.

Jessy: Cierto, aun no puedo comprender como no te gusta ir de compras. Pero volviendo al tema tendrás que hacerlo, aunque me imagino que ni siquiera tienes en mente que tipo de vestido usaras.

MC: Exacto, ni siquiera lo he pensado. Por lo que busca una maldita tienda, cualquiera que sea, veamos que hay y si me gusta algo me llevo y listo.

Jessy: Ya lo he hecho, así que el martes de la semana entrante tenemos la cita en Berlín.

MC: ¿Por qué tan lejos? Si aquí en los alrededores hay casas de novias.

Jessy: Porque no usaras cualquier cosa, he buscado una tienda exclusiva y nos han dado cita para ese día. No permitiré que mi mejor amiga luzca como indigente frente al amor de su vida. ¿Quieres que te elija para siempre o que huya apenas ingreses al altar?

MC: Jessy... Jake me querría igual aunque estuviera con ojeras y los pelos parados como cuando me levanto de dormir.

Jessy: Lo sé, pero no todos los días te casas con semejante hombre. Déjame encargarme de ti, por favor.

MC: Bien, lo haremos.

Jessy: Siii... veras como no te arrepentirás.

MC: Eso espero.


Luego de esa pequeña charla, se despidieron y cada uno volvió a sus respectivas tareas. Todo iba a la perfección, los niños llegaron a tiempo, Alan le había dado un caso y su amiga estaba feliz por vestirla para ese día tan importante. Pero en su casa, una visita inesperada estaba esperándola. Al llegar un auto estacionado en el frente la sorprendió, no lo conocía ni le resultaba familiar. Bajo del coche con los documentos en la mano y al llegar a la puerta de entrada quedo petrificada en el sitio. De pronto sus sentidos se pusieron en alerta y su pecho se hincho de ira.


MC: ¿Qué demonios haces tú aquí?

Duskwood, la vida después del final.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora