CAPÍTULO 01

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"TENGO UN PLAN"

No soporto su mano sobre mi pierna, dios, lo detesto.

Intento controlarme, algo que no se me da muy bien. Reprimo los impulsos de apartar su mano, que en este momento miro fijamente, las venas se le marcan un poquito, el tío es jodidamente sexy y bonito pero no me gusta su forma de ser, no me gusta que me trate como una jodida damisela en apuros, eso es lo que odio.

Levanto la vista para fijarla en una de mis madres: Fire Hakins, un señora de unos 38 años con pelo castaño claro, ojos caramelo y una linda sonrisa. Me dirige una mirada de advertencia a la cual contestó con un suspiro cansado y ruedo los ojos disimuladamente hasta mi otra madre: Wany Kinver, una señora de 36 años con pelo castaño oscuro, ojos negros como la noche y tés morena.

Las amo, a las dos, al fin y al cabo ellas me dieron un hogar, tuvieron que desafiar a toda la manada, encontrar razones y luchar por su amor, luego me adoptaron a mi, no se como lograron adoptarme pero lo consiguieron.

Solo resoplo bajito y me hundo en mi sitio. La mano del castaño sube peligrosamente, me mira con una sonrisa de lado y yo solo pongo mi mano sobre la suya, niego.

Resopla un poco y vuelve la conversación con la manda, él es el futuro alfa y lo detesto.

Un chico de pelo castaño oscuro, ojos color Ámbar, cuerpo atlético, mandíbula marcada, cara perfecta y, no ha de faltar: un badboy.

—Creo que es hora de despedirnos.— dice levantándose de la mesa, agradecida soy la primera en despedirme y meterme en el coche de mis madres.

Las espero mientras me concentro en el denso bosque que cubre más de 20 hectáreas. Veo como salen del frondoso bosque y ambas se dirigen hacia mi.

—Deberías cambiar tu comportamiento, K, ya lo hemos hablado.— dice mamá mirándome por el retrovisor.

—No lo entienden.— bufo intentando fundirme con el asiento del coche, mientras enciende el motor y nos conduce a casa.

—¿Que no entendemos, Ka?—pregunta Fire.

—¡Que no quiero hacer esto! Que no soporto que me toque, que no quiero esto. Ustedes lograron su amor, se aman tienen una familia, yo desde luego no quiero eso... y menos si es con ese.— explico exasperada

—Ya lo hemos hablado, Keira.—

—Y seguís con los mismo.— gruño entre dientes pero dan por zanjada la discusión, yo me concentro en mirada la ventana, mañana es el último día y empiezan las vacaciones, termino el instituto y empezaré a buscar universidad, así ellas no quieran.

Tengo 18 jodidos años, voy a hacer mi vida. Las quiero muchísimo pero prefiero que estén enfadadas un tiempo a que yo esté infeliz toda mi vida, odio el compromiso, odio las relaciones y odio aparentar algo que no soy, y no lo haré, no más.

Al llegar a casa subo a mi habitación ignorando los intentos de mis madres para llamarme, cierro la puerta con un golpe y me tiro en mi cama entre la suave colcha gris oscura.

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El horrible tintineo del despertador llega a mis oídos, como puedo lo tiro al suelo pero no deja de sonar, de mala gana lo pago pero no se calla así que lo rompo dejándolo en mi pedazos.

Me levanto perezosamente y me dirijo a mi propio baño dentro de mi habitación, me doy una ducha y me coloco lo primero que encuentro, un jean negro ajustado con una sudadera negra ancha, busco mis zapatillas Nike blancas, me lavo los dientes y me coloco la mochila vacía en mi hombro, me cojo la mitad del pelo en un moño mal hecho.

Bajo las escaleras y agradezco no cruzarme con ninguna de ellas, salgo de casa haciendo el mínimo ruido y empiezo mi camino al último de día de clase, la graduación será dentro de dos días, no se por que no la hacen el último día.

Es algo absurdo hacer la graduación dos días después del último día, pero a mi me da igual, en dos días no estaré aquí ...

¿Estás segura?
No quiero una vida de mierda, conciencia.

Sonrió un poco cuando siento un brazo rodeando mis hombros.

—¿Como ha despertado mi lobuna favorita?—pregunta el chico rubio de ojos azules.

—¿Pero que lobuna? Si solo me transformo enfadada, ni siquiera sé controlarlo, Yonattan—digo burlona

—Conseguirás controlarlo— asegura

—Si la gente nos ve hablando de esto pensará que estamos locos— me burlo

—¿Desde cuando te importa la gente?— pregunta

—Me sigue dando igual por eso seguiremos hablando de la manada... tengo un plan,  Yoni.— digo y me pongo seria, mi mejor amigo se separa de mi y me mira a los ojos.

—¿Es algo malo?— pregunta y crúzanos el aparcamiento.

—Depende de como lo mires.—digo empujando la puerta azul, en seguida nos inunda el ambiente de último día.

—¿Que es?— pregunta acercándose más a mi.

—Me voy a ir, creo.—

—¿Como que "creo"?— pregunta seriamente

—Sabes que siempre improviso y no pienso quedarme a esperar que el destino de una vida miserablemente que me da asco me consuma.—

—No se si es buena idea, Keira.— dice con una mueca mientras entramos a clase.

—No quiero casarme con el alfa de la manada, no pienso enlazarme con Esko, sabes cuánto le detesto.— me siento en mi sitio, junto a la ventana el último.

—Pero en las historias clichés que lees la chica que se enamora del que odia.— se sienta junto a mi dejando su mochila sobre la mesa.

—Este no es el caso, Yoni, jamas lo será. Si me quedo mi vida y mi futuro se irán a la mierda, tengo metas, sueños y te aseguro que si me enlazo con Esko todo eso se esfuma—

—Lo se, lo se, pero estas dejando a tu manada, a tus mamás, a mi...—

—No me iré para siempre y hablaré contigo seguido.—

—Sigue sin parecerme buena idea.—

—A mi tampoco, pero ya veré el día que lo haga...—

—Improvisarás—

—Mi especialidad.—

—Me podría ir contigo.— propone y lo miro.

—No, no lo harás. Tú tienes todo lo que te hace feliz aquí, estás bien, quieres una vida así... yo no, necesito encontrarme.—

—Pero si estás aquí, no tienes que encontrar nada, K—

—Me tengo que encontrar a mi misma, no se que soy, no se lo que quiero y necesito pensar, tengo planes y los pienso cumplir. Puede que ellas se enfaden pero ellas ya son felices, ya tienen todo lo que las hace felices.—

—Puedo contestar a tus dos primeras preguntas. 1: eres una grandiosa lobuna negra con ojos negros como la noche, 2: quieres... quieres fugarte y quieres dar ese paso de rebeldía superior.—

—Erróneo, todo erróneo. Primero soy una loba negra que no sabe controlarse y que no sabe como sacar a su lobo interior ni como controlarlo, Segundo no es un paso de rebeldía superior. Me tengo que encontrar, quiero encontrar mi camino, mi lugar.— sus ojos azules se clavan en los míos oscuros como la noche.

—Sabes que te apoyare sea cual sea la decisión que tomes—

—Y por eso eres mi mejor amigo.—

—Solo... no te metas en problemas gordos.—

—¡Oye! Ellos siempre se meten conmigo, yo nunca los busco, ellos me encuentran a mi.— me defiendo.

—Es de verdad, no te metas en líos gordos, es peligroso y no quiero que te pase nada.— dice serio pese a mi sonrisa graciosa

—Lo intentaré.—

Pero los intentos en evitarlo son mínimos comparados con la facilidad con la que me encuentran los problemas.

CASUALIDAD PROHIBIDA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora