CAPÍTULO 10

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"Y DESPUÉS...¿QUE?"

La puerta se abre tras veinte minutos y su figura aparece tras la puerta con otra bandeja.

—Te he traído solo verdura, con patatas.— dice.

—Ya puedes decirle a tu Alfa que dejen a otra persona para vigilarme.— gruño

—¿Tan encantador soy?— pregunta

—Eres un completo fastidio. Te lo voy a decir una vez, solo una, no te ayudaré, no sé nada más que tú y yo solo intento huir, suéltame y cada uno por su lado. Hui y, como comprenderás, no me hace mucha gracia que me hayan capturado otra vez.—

—¿Huías solo del Gran Edificio? O ¿de algo más? Por que me da la impresión que no solo huías de eso.—

—¿Y a ti que más te da?— preguntó fastidiada.

—Oh si, ¿y que venías buscar? Es de eso viajes donde te vas a buscar a ti mismo y eso ¿verdad?— pregunta y se sienta en el sillón junto a la ventana, estira las piernas y se pasa los brazos por detrás haciendo que todos sus músculos bajo su camisa se tensen.

—Pues si, digamos que estar enlazada con la persona incorrecta no es muy guay y menos cuando ni siquiera sabes quién eres ni lo que quieres.—

—Vaya vaya ¿adolescente problemática?—

—¿Y eso que tendrá que ver?— preguntó

—Te perseguirán por algo ¿no?—

—¿Me piensas soltar? O ¿tengo que escapar?—

—¿Esa es la condición? ¿Te suelto y no te vas?—

—Me sueltas y me voy en buenas condiciones— corrijo y este se ríe, y puedo jurar que es lo más bonito que he escuchado en mi vida.

—No, no haré ese trato. Busca algo que nos beneficie a ambos.— sugiere

—Me sueltas, te cuento por que me buscan te describo el edificio y me largo.— suelto sin pensar, tampoco es que sea tan convincente y más si mi tono es un poco dudoso, peor me sorprende con su respuesta.

—Trato.— se inclina hacia mi y me suelta la cadena del tobillo, me levanto.—Pero si luego te quieres quedar, por mi perfecto.— dice mientras se levanta y sale por la puerta.

Quedarme... ¿quedarme? No, creo que no.
¿Y ahora que hago?

Miro la habitación, de un chico ¿tal vez? Por la ropa que se asoma en la puerta del armario, y por las zapatillas en la esquina del armario en el suelo.

Y la observo mejor.

La colcha vinotinto con almohadas grises y negras, muy elegante, al igual que las sábanas grises oscuras, en las mesas hay objetos que anteriormente no me había fijado ya que intentaba huir.

Me acerco y cojo el pequeño collar con cuerda negra y una piedrecita en medio de color gris.

Y el olor a verduras con patatas inunda mi nariz y hace que me entre hambre, me acerco a la bandeja y la huelo, por si acaso, pero parece normal así que empiezo a comer hasta que inconscientemente termino devorándola.

Satisfecha miro por la ventana y me dijo que ya es de día, más o menos medio día.

La brisa se cuela por la ventana y me estremezco, busco con la mirada mi sudadera, pero no hay rastro y pues me quedo sin opciones, me acerco al armario y rebusco en los cajones hasta encontrar una sudadera vinotinta...

Joder, creo que tiene un problemin con la obsesión por el color.

Me la paso por encima de la cabeza y un olor a Calvin Klane me invade, joder, huele riquísimo y encima es súper cómoda.

—¿Husmeando? Al alfa no le hará mucha gracia.— me sobresalta y volteo a mirar a la puerta, está allí apoyado en el marco de la puerta con una sonrisa de suficiencia que le he visto muchas veces y le estoy cogiendo manía.

—¿Donde está mi sudadera? Y ¿que hiciste para que me desmayara sin siquiera tocarme en la estación de buses?—

—Eh, eh, tranquila Tsyplenok. Tu sudadera se manchó y se está lavando y cuando le pegaste a uno de los míos te puso un parche de folobina.—

Me sorprende esa palabra en otro idioma ¿ruso? ¿Rumano? No lo sé, y tampoco sé si el rumano y el ruso se parezcan, pero bueno.

—Tyspi-¿que?— me gana la curiosidad y sonríe de lado, durante todas sus sonrisas de suficiencia o de lado no he visto un verdadera y me sorprende, sonríe demasiado pero no realmente.

—Tsyplenok—corrige y mete las manos en los bolsillos delanteros de sus pantalones rotos en las rodillas.

—¿Y eso es...?— espero a que me conteste pero me acuerdo de mi mochila.—¿Donde está mi mochila?— pregunto olvidándome de todo lo demás, si pierdo mi mochila pierdo el contacto con Yoni... y no, no puedo, por que si lo hago no tendré información y me frustraría.

—He sacado tu ropa pero está allí.— señala el lado de la cama y no veo nada hasta que me inclinó un poco, y la cojo desesperada saco el celular y miro que esté bien, y si, está bien y siguen los tres contactos.

—¿Mi ropa?— preguntó ya después

—Tu ropa.— afirma y me sonrojo al pensar que ha visto mi ropa interior, y digamos que Yoni a cogido la primera que estaba, es bonita pero un poco pequeña.

—¿Vas a preguntar ya? O ¿cuando?—preguntó y él levanta las cejas.

¿Y luego que? ¿Me voy y ya? ¿Me voy y duermo en la estación de buses?

Improvisar.
Improvisar no me había desilusionado nunca, pero ahora mismo no me gusta la idea de improvisar.

—Cuando quieras, pero creo que deberías asearte o cambiarte si quieres, el baño está allí.— señala la puerta cerrada al otro lado de él, junto al marco de la otra.

—¿Donde está tu alfa? Es su habitación ¿no? ¿Por que me la dejo?— preguntó

—Aparte de mal humor miles de preguntas y curiosa.— dice con una sonrisa ladeada, me trago las ganas de rodar los ojos.

—¿Contestas? O ¿no?— preguntó

—Es su habitación, si, y esta abajo, y te la dejo... no se por que, pregúntaselo tú ahora.—

Miente en algo, pero no se... ni de en que lo hace.

Me meto al baño ignorándolo y pasando con mal humor a su lado.

Creo que el mal humor siempre ha sido mi escondite, tengo miedo y estoy angustiada...¿que haré cuando me vaya? Me voy y después ¿que? No puedo volver a mi supuesta casa y no se donde quedarme, a demás no pienso volver allí, he venido a buscarme y no pienso irme sin encontrarme.

CASUALIDAD PROHIBIDA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora