"COMO TODOS LOS PUT0S ALFAS"
Cuando abro la puerta con mis cosas para bañarme en la mano me topo con la mirada color chocolate, está apoyado junto a su puerta con un pie en la pared y con los brazos cruzados sobre su pecho, con un gesto de "me importa todo una mierda" e inexpresivo.
Viste una camiseta negra holgada que de alguna manera resalta su musculoso cuerpo, unos pantalones del mismo color un poco ajustados pero le quedan putamente bien y con las zapatillas de Nike.
Su pelo que es largo de arriba y bajo a los lados está revuelto dándole el toque de fuckboy, el arito en su labio inferior le hace parecer más interesante y la mandíbula apretada le hace ver como un puto Dios griego al cual le tienes que temer.
Nos quedamos quietos, con los ojos fijos el uno en el otro, yo aguantando la respiración y con mi corazón apunto de salirse por lo rápido que va, la sensación rara en el estómago vuelve y no se que hacer, pero se lo que él espera: que baje la mirada y que le respete como el maldito alfa arrogante que es, que le bese los pies como todos los alfas desean, que le tema por su poder, que le suba a un maldito altar para adorarlo.
Y estoy completamente segura de que no haré eso, no haré nada de eso. Nunca.
La comisura de su labio se levanta un poco pero noto como su hombros se tensan y su mandíbula se aprieta aún más.
Yo solo pienso una cosa: cabeza alta y mirada fuerte.
—¿Por que huiste? ¿Los monstritos salieron de debajo de la cama?— se burla y se que le he dado en el clavo al no bajar la mirada, Justo lo que le quería y no le he dado, que he dado en el clavo al levantar la cabeza y volver mi mirada fuerte, que he dado en el calvo al no tratarlo como todo el mundo lo hace: como si fuera un maldito dios, no se que será, ni que habrá hecho como para que todo el mundo lo mire así, con adoración y respeto pero a la vez con temor.
—Es mucho más complicado que un simple monstruo.— digo con la voz tan fría que se asemeja a la mismísima Alaska.
—¿Quizá dos entonces?— me sigue molestando
—No lo entenderías...— digo con los dientes apretados y dispuesta a ir al baño empiezo a caminar.
—No entendería el ¿que?— pregunta y aunque no le esté mirando se que tiene los puños apretados y que su postura es tensa, solo lo miro un poco de reojo por encima de mi hombro.
—No entenderías que hay algo más que nos acecha, que no son solo los lobos, algo malo está pasando.—digo un poco bajo, con un tono frío y sin expresión.
Vale si, que parece de pura película de tragedia y drama, pero es la verdad, esta pasando algo malo y no se que es...
—¿Te crees que es una película trágica?— se burla y si, ha pensado lo mismo que yo, y odio haberlo dicho así, hay que ser odiota, de verdad.
—Algo está pasando y tenemos que descubrir que es.— digo con la voz y el rostro inexpresivo para que no vea mi vergüenza por haber dicho lo anterior con ese tono.
Y sin esperar su respuesta me meto al baño y suelto el aire que no sabía que contenía, me doy una ducha rápida y me encierro en mi habitación.
Me coloco un pantalón corto pegado al cuerpo y la camisa de Dipp, es bastante cómoda y él ha dicho que cogiera una, así que él ya ha aceptado que esa camisa jamas volverá a su armario.
Al salir me dirijo a la cocina, me bebo un vaso de agua y sorprendentemente no hay nadie en casa, al menos no los escucho.
Decidida paseo por el pasillo hacia, otra vez, mi habitación, pero justo cuando voy a entrar escucho un gran grito en forma de gemido, uno muy agudo, como de mujer, me preguntó si será Quinver pero la descarto, no viene de su habitación y la vi salir.
Y pienso en Weish pero su habitación tiene la puerta abierta y no hay nadie dentro.
Así que será Lennox, una gran ira me recorre, no sé explicar de donde viene ni el por qué solo se que en este momento me encantaría...
¿Ser tú la que gime?
Darle una gran hostia con la puerta de su puta habitación y luego...
Y luego ¿que?
Luego no se, conciencia.Agh, gracias a mi conciencia mi ira aumenta, y las intenciones de ir a mi habitación se esfuman.
Doy un paso y estoy Justo en frente de la puerta de Lennox, la aporreo con fuerza, descargando toda mi ira en el maldito cartel que pone "Stop".
Escucho como una voz chillona refunfuña y luego gime haciendo que aporree con más fuerza la puerta.
Joder ¿que me pasa?
La puerta se abre y solo lo suficiente para ver la cara de fastidio de Lennox, una corita de sudor le baja por el pecho desnudo y se pierde entre la toalla de sus cintura.
Lo observo pero mi ira me vuelve a la realidad.
—¿Podéis hacer un poquito de silencio y ser menos escandalosos?— digo con la voz fría y con un poco de veneno.
El me mira de arriba a abajo con el ceño fruncido.
—Todos en este piso se aguantan o se largan, tú decides: te largas o te aguantas...—Me dirije una mirada divertida—O te puedes unir.— y estallo en una carcajada de burla, de incredulidad y de fastidio total.
—Primero me comería un filete de carne.—digo con veneno y con burla, ambos sabemos que jamas probaría un filete de carne en mi vida.
Nos retamos con la mirada y me regala una sonrisa de suficiencia.
—Entonces: ¿te largas? O ¿te aguantas?— se burla.
Joder, es un maldito capullo, como todos los putos alfas.
Y ¿por que te cabreas tanto?
Cállate, consciencia, cállate.—Ya veré yo lo que haga.—escupo las palabras y doy media vuelta para entrar en mi habitación pero antes de cerrar la puerta de un portazo escucho su voz.
—Bonito culo.— y se que lo dijo para molestarme, para cabrearme pero no le daré el gusto de verle alterada.
Pongo música a tope, todo lo que da el parlante de mi teléfono y me siento en mi escritorio para ponerme a dibujar.
Distraigo mi mente durante dos minutos hasta que tocan mi puerta, me levanto de mal humor por que se quien es.
Abro la puerta de un tirón y pongo la mejor cara de fastidio que puedo.
—¿Puedes bajarle a la música? Ya se fue.—Dice con tono sereno y no me lo puedo creer.
Hace dos minutos estaba follando y se veía súper cabreado y fastidiado por que le corté el rollo, se burlo de mi y se cree superior a mi, y ahora está aquí, sereno regalándome una media sonrisa mientras se divierte con mi cara de incredulidad.
Así que escondo todo bajo mi muro y apoyo mi hombro en el marco de la puerta nuestras cruzo los brazos.
—O te aguantas o te largas.—Me encojo de hombros indiferente utilizando sus mismas palabras en su contra.
Y sonrió con victoria por dentro al ver su cara de perplejidad, lo miro de arriba a abajo y veo que está vestido con la ropa de esta mañana pero el pelo más revuelto, luego me encontró con su mirada retadora y la sostengo haciendo lo mismo, retándolo a irse.
Da media vuelta y cuando está apunto de cerrar la puerta digo:
—Bonito culo.—Las mismas palabras que él me dijo, pero a diferencia de mi solo se gira me mira y me regala una sonrisa y un guiño, y me quedo estupefacta, es decir, acabo de utilizar todo lo que me dijo en su contra, y salió bien hasta lo del comentario, eso ya no...
Se quedó perplejo con lo de "Te aguantas o te vas" se quedo perplejo cuando lo rete con la mirada y se quedo perplejo cuando mostré indiferencia... pero esto... esto fue más coqueteo para él, algo que me enfurece.
No se que me pasa con este jodido y maldito alfa pero estoy segura de que quiero darle un par de puñetazos para que sepa que no haré parte de su manada y mucho menos de las chicas que se lleva a la cama.
Por que se que es lo que quiere, conozco a los de su tipo, estuvieron apunto de enlazarme con uno. Así que no caeré y no me dejaré... será él el que perderá.
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CASUALIDAD PROHIBIDA
Teen FictionLa oveja negra de la familia, podría decirse, o mejor dicho: la loba negra de la familia, la rara, lo que sigue sin descubrir quien es. Destinada a un futuro que no desea, no quiere contraer la responsabilidad de toda su manada cuando ni siquiera e...