CAPÍTULO 27

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"NO SOY COMO LOS DEMÁS"

No le baje el volumen, tampoco lo quiero hacer y como el dijo: "O te largas o te aguantas" pues que aplique sus ideas.

Tras intentar volver a sentarme me rindo a los pocos minutos, me levanto de la silla y abro la puerta para salir a la cocina con mi música sonando por el pasillo.

Me encuentro con la hermosa chica de la manada de Lennox. Extrañada la miro mientras frunzo el ceño.

—Hola—Saludó sin expresión alguna y con un tono neutro, ella sonríe como un sol y parpadea melosa y luego noto como pasa la mano con sus uñas postizas por la pierna de Lennox, que hasta ahora me fijo que está junto a ella.

—¿Como estas?—pregunta con un tono demasiado dulzón, oculto mi cara de desagrado por como se comporta.

—¿Bien?— suena más a pregunta ya que no se por que intenta ser maja. —Creí que no había nadie.—esta vez me dirijo a los unos de color chocolate del pelinegro.

—Bueno, realmente he estado aquí todo el tiempo.—Se mete la hermosa chica de pelo castaño claro.

Ah, con que era ella la que gemia, guay, para nada me encantaría arrancarle esas uñas postizas, que va, para nada. Ni siquiera se por que me importa.

Sonrió falsamente y me adentro en la cocina mientras ella cuchichea.

Claro como si la cocina no fuera tipo americana abierta ¿sabes?

Veo todos sus gestos de desagrado y como me señala, es decir, joder la chic tendría que saber que la estoy mirando, es decir, estoy Justo aquí en frente de sus narices.

Prefiero hacer caso omiso y me dispongo a preparar la comida, no sé si me tocará a mi pero quiero sorprender a Quinver.

Saco lo necesario para hacer un arroz solo de verduras, dejo todo en la encimera y me devuelvo a mi habitación, cojo mis AirPods y mi teléfono para poner música, me los coloco para ignorar a los dos en el salón y me centro en hacer lo que mi mamá me enseñó la semana pasada, claro cuando todo era normal, al menos todo lo normal que pueden ser algo conmigo.

Muevo la cabeza al ritmo de la canción y murmuro la canción mientras me sumo en cortar los vegetales y hacer el arroz.

Me quedo mirando las verduras mientras se sofríen y el arroz se seca, me quedo ahí mirando un punto fijo y pienso en mamá, como me estaba enseñando a hacerlo, como nos reímos al ver como mi otra mamá se burlaba de como estaba yo tan concentrada, luego se nos unió y jugamos un buen rato con regaños de Fire.

Los ojos se me humedecen y parpadeo varias veces mientras revuelvo los vegetales para que no se quemen. Y se me humedecen otra vez al recordar como Wany se burlo de mi: "Nos va a incendiaria la casa, Cariño, y encima tengo hambre y no quiero comida carbonizada". Nos reímos como tres mejores amigas en un momento estupido.

Parpadeo para que las lagrimas se esfumen y suspiro para aflojar un poco el nudo en mi pecho.

Siento una mano en el hombro y de un hábil movimiento cojo el cuchillo a mi lado y me giro en forma de ataque pero solo me encuentro con la castaña perfecta, con una mirada de terror y con una expresión de: "necesito que me salven". Y lo detesto, por que jamas he conocido a una chica o mujer así, todas en mi manada eran independientes de los hombres o de personas y se defendían pero ella... ella parece que necesita protección y jamas había conocido a alguien tan dependiente de algo.

Bajo el cuchillo y me quito un auricular.

—¿Que paso?—pregunto y no puedo ocultar mi desagrado.

—Es que quería que hicieras una ensalada light para mi comida.—ordena y me echo a reír con ganas.

¿Que le haga su ensalada light? ¿Yo? ¿Prepárale a ella una ensalada light? ¿Tengo cara de chef de restaurante o algo?

La cara de la chica es insuperable y no puedo ni respirar de la risa, ella estupefacta me mira con cara de asco y de no entenderme.

—¿Que paso?—pregunta Lennox y se pone detrás de la chica lo que enciende una chispa de ira en mi, la apago y lo miro.

—Que aquí la señorita cree que es un restaurante.—comentó mientras bajo los vegetales de la estufa para que no se me quemen.

—Yo solo pedí mi ensalada.—Se queja la chica

—Pues eso: esto no es un restaurante, yo solo hago una cosa.—digo como si fuera obvio

—Pero si Quinver siempre... Weish siempre me hacen mi ensalada incluso tu.—le dice a Lennox

—Ya, pero yo no soy ellos.—la corto

—¡Leni!—se queja y el solo tiene cara de flipar en colores por mi reacción y por como no me corto ni una palabra.

—Ella cocina hoy—se da por vencido pero no se que hace la chica para que cambie de opinión, pues ella me da la espalda—Vale, te la preparo.— y lo miro con cara de "¿Que?"

La chica le da un fugaz beso en la mejilla y se sube en la encimera, yo solo paso de ellos y me coloco de nuevo el auricular.

Yo me concentro en mezclar el arroz con los vegetales y termino, lavo todo lo que use y lo guardo, dejo todo organizado como me enseño Wany y me dispongo a ir por mi teléfono.

Pero me lo arrebatan antes de poder tenerlo en mi mano, miro mal a Lennox.

—¿Shawn Mendes?—pregunta al ver que canción escucho, lo fulmino con la mirada y le arrebato mi teléfono.

Pero antes de poder salir de la cocina siento su mano alrededor de mi muñeca y me mandas una descarga eléctrica.

Me volteo a verlo.

—¿Me ayudarías a acabar su ensalada?—pregunta señalando la chica en el sofá ya que se acaba de ir ahí.

Me quito los auriculares y me salgo de mi música, lo dejo en una esquina y según él creo que pensó que lo ayudaría, pero me cruzo de brazos y apoyo mi cadera en el borde de la encimera.

Me mira con el ceño fruncido.

—Yo dije que esto no es un restaurante, que no coma aquí si cree que va a salir con 40 kilos de más por comer un grano de arroz. Y tú encima le consientes eso, vas a acabar mal si le dices que si a todo.—digo y él endurece su cara mientras aprieta la mandíbula.

—Es más difícil que decir un simple no.—y su voz es como un cuchillo.

—Vale, pues deberías arreglarlo o esa chica te cogerá como tu maldito folla-servicio—

—Yo..—

—Vamos, eres el alfa ¿no? Se supone que me quieres a tus pies, a todo el mundo. Entonces ¿por que no la colocas a ella en su lugar?—le preguntó y siento como la ira crece en él

—No eres quien para decir algo de MI manada.—

—Oh vamos, no soy de tu manada, no pertenezco a ninguna ¿que más me da? ¿Que me echen de otra manada? No me arrodillaré nunca a tus pies de alfa, Lennox, yo solo digo lo que veo y lo que pienso, esa chica se cree la mujer del alfa, y por tu cara creo que no lo quieres así. Te aconsejo que le muestres su lugar, que si realmente eres como todos los alfas demuéstralo.—y con ese discurso me doy la vuelta con las cosas en mi mano pero antes de perderme por él pasillo escucho su voz.

—No soy como los demás—gruñe y solo asiento mientras lo miro por encima del hombro.

Y tal vez le creo, solo tal vez.

CASUALIDAD PROHIBIDA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora