CAPÍTULO 32

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"MAMÁS"

—Auugg—me reincorporo en la cama mientras me llevo las manos a la cabeza.

Vale, si bebí mucho, demasiado.

Todo me da vueltas y al mirar junto a mi veo a Lex dormir plácidamente, se ve jodidamente sexy, tierno y perfecto.

Pero el estómago se me revuelve y corro al baño, echo todo por la boca y se me llenan los ojos de lagrimas por el esfuerzo.

Siento que alguien coge mi pelo y yo vomito todo el contenido de mi barriga, giro un poco la cabeza para ver a un Lex recién despierto sosteniendo mi cabello suelto para que no se me manche.

Me levanto y me lavo la boca, y me echo agua en el rostro.

—No vuelvo a beber nada...—digo con tono de dolor, me acerco a él y apoyo mi frente en su hombro, cierro los ojos y me relajo al sentirlo cerca de mi.

—¿No recuerdas nada?—pregunta con la voz ronca, levanto la cabeza y lo miro.

Pienso pero no recuerdo nada.

—¿Que debería recordar?—preguntó—¿Hice algo demasiado vergonzoso?—me tapo la cara con las manos y apoyo mi frente en su hombro.

—No... no es eso. Solo que creí que recordarías cuando llegamos a casa.— dice

—Hice algo vergonzoso ¿verdad?—m separo de él y salgo del baño.—¿Sabes que? No lo quiero saber—digo mientras entro a la cocina.

Siento como se carcajea y yo busco pastillas para la resaca.

—Están en el otro cajón.—dice apoyándose en la pared.

Le hago caso y encuentro una patilla, me la bebo con un poco de agua y me paso las manos por la cara, siento que me presionan la cabeza, es horrible.

—Deberías dormir hasta que se te pase.—sugiere y me voy a mi habitación, pero me meto en la de Lex, me meto entre la cama destendida y me acurruco entre su olor.

Y me quedo dormida, tampoco me esfuerzo por recordar, digamos que no quiero recordar que hice, tengo la ligera impresión de que no le podría ni mirar a la cara si lo recuerdo, así que mejor entierro eso y hago como si nada.

Veo las grietas, y se instantáneamente que estoy en mi cabeza... las grietas son un poco más grandes y hay una nueva, más rota que las demás.

Pero paso de las grietas y me dijo a la gran bestia.

—Eh... hola...—saludó acercándome despacio.

Y mi vista se dirige a su cadena, la sigo con la mirada pero me sorprende que parece que se está desvaneciendo pero falta un buen tramo para que llegue a su pata...

—Se desvanece...—miró a los ojos negros de la hermosa bestia y ella baja la cabeza.—Serás libre...—se nota mi emoción en mis palabras.

Pero se borra mi sonrisa al ver el miedo en sus ojos.

—Eh...¿que pasa?—acaricio su pelaje suave.—No pasa nada, serás libre...—la consuelo pero ella solo parece más asustada.—Nadie te hará daño, estarás bien, estarás mejor libre...— pero se remueve—Yo... lo siento por haberte hecho esto... no se por que te lo hice... yo lo siento pero ya serás libre.— Se remueve aún más y me mira con pánico, me acerco más a ella pero solo gruñe u me quedo en mi sitio.

¿Por que no quiere ser libre?

Y me despierto, me encuentro en la habitación de Lex, un olor a wafles me invade, me levanto de la cama y me hago un moño mal hecho y con pasos pesados me acerco a la cocina.

CASUALIDAD PROHIBIDA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora