"LA ADVERTENCIA DE MI INSTINTO"
Con mucha, mucha, fuerza de voluntad aparto todos los pensamientos y solo me concentro en mirar la gente a mi al rededor bailando y cantando, las luces me bañan pero siento algo raro, mi instinto me dice que algo no va bien...
Me dispongo a mirar al rededor, buscando a los chicos, a Quinver, a Dipp, a Wesih, incluso a Lex... algo no va bien y me preocupa, se que mi instinto nunca me falla, por eso me da miedo... me abro paso desesperadamente mientras grito el nombre de Dipp, lo encuentro en la barra junto a Quinver, al verme su sonrisa se borra al instante y se levanta tenso y preocupado hacia mi, le sigue Quinver.
—¿Que pasa?—pregunta balizándome, por su mirada creo que estoy pálida, esto es peor que mis otras intuiciones, las otras son leves advertencias, leves instintos... pero esto lo siento como una advertencia, una amenaza... y no me gusta, no me gusta para nada, por que se que están cerca y se que no nos cogerán, no nos cogerán por que nos van a hacer algo mucho peor.
—Algo va mal... están aquí.—Mi voz sale rara, y Dipp frunce el ceño aun más preocupado.—Esta vez no nos atraparán... nos harán algo mucho peor.—murmuro pero Dipp me alcanza a oír.
Mierda, no puede ser solo por mi expediente, no puede ser solo por mi intento de fuga, no pueden haberme hecho eso por eso, no... debe de haber algo más y lo se, lo hay, detrás de las excusas baratas se encuentra la verdadera razón por la cual me capturaron. ¿Que tengo de especial? ¿Que amenaza soy para ellos si ni yo misma se que pasa conmigo?
—Está bien... no pasa nada, estamos seguros.—me calma Dipp, yo niego y veo a una Quinver preocupada intentado aclamarme igual que Dipp.
—Debemos irnos, ahora.—ordeno fríamente, lo que Dipp sabe que es mi medio de defensa cuando estoy aterrada, cuando estoy furiosa.
—Vale, pues vámonos—dice Dipp.
—Iré a avisar a Weish y a Len—dice Quinver rápido y desaparece.
—Esto no es solo intuición, Dass... esto es algo más, estoy segura de que si no nos vamos ahora va a pasar algo... mierda, confía en mi, mis intuiciones nunca fallan—Le digo y se que nota la desesperación en mis ojos, en mi interior se remueve mi lobo interior, desesperado por huir.
—Pero deberíamos esperar a tus amigos—
—Le avisare luego a Quinver, pero nos debemos marchar.—tiro de su mano y está vez no se resiste, nos dirigimos a la puerta y salimos al aire frio de la madrugada.
Miro a ambos lados, pero esta vacío, no hay nadie, so hace que mi lobo interior se remueva aun más, lo calmo y me giro hacia Dipp.
—¿Tienes moto o algo?—le pregunto y él niega con la cabeza.
—No, me hospedo en una habitación cerca de aquí.—explica
—Vamos.—digo y él sabe a lo que me refiero, me guía entre las calles, tras insistirle en andar más rápido me hace caso, llegamos a su habitación alquilada tras unos minutos, tras cerrar la puerta suspiro tranquila, mi lobo se calma y me siento segura.
—¿Estas mejor? ¿Todo bien?—pregunta analizándome.
—Yo... lo siento... creo que ya no hay peligro, estamos bien...—me sonrojo avergonzada por actuar asi.
—Tranquila, tu instinto nunca falla... se que ya estamos seguros, avísale a esa atónita peli-azul—
—Perdona por arruinarte la noche.—me disculpo mientras le envío a Quinver un mensaje de que estoy bien, que no se preocupe y que hoy no vuelvo a casa.
—No pasa nada.—se vuelve a su armario—¿Te quedaras?—pregunta y asiento.
—Si no te molesta—comento y él sonríe de lado.
—Eso jamas, ¿Una camisa? No tengo más—me lanza una camisa suya blanca que seguramente me quedara gigante, lo suficiente para tapar o necesario, aunque él ya conozca mi cuerpo.
Me cambio en ele pequeño baño y vuelvo junto a él, me acuesto junto a él.
—Lo siento por como terminaron las cosas la ultima vez.—susurra y apaga la luz mientras pasa su mano por mi cintura.
—La ultima vez nos separamos por que huíamos.—bromeo.
—En serio, Keira, yo siento como acabaron las cosas la ultima vez, antes de encontrarnos en la comisaria, no se como me pudiste dirigir una sonrisa y hablara como si no hubiese hecho nada.—
—Esta bien, Dass, se que hiciste lo que te parecía correcto, tal vez si me pongo en tu lugar hubiese hecho lo mismo.—
—Jamas hubiese hecho lo que hice yo, te di la espalda, cuando mas nos necesitabas, Yona se quedo, él hizo lo que yo no pude, se quedo a tu lado cuando yo te di la espalda, si no lo hubiese hecho tal vez esto no hubiese pasado y estaríamos todos bien en casa.—
—Jamas estaría bien en ese lugar, no es mi hogar, no lo siento como tal... y ya te lo he dicho: no pasa nada, ya lo he olvidado, en su momento me dolió, pero se que hiciste lo que creías que debías hacer, tal vez entendí por que o tal vez solo lo acepte.—
—Jamas lo haría de nuevo, K, lo siento mucho...— se estrecha contra mi, como si necesitara sentirme para saber que digo la verdad, para saber quien si lo he perdonado, que sigue siendo importante para mi a pesar de haberme dado la espalda cuando lo necesitaba... y si, lo necesite, pero Yona estaba ahí, por él mismo y por Dass, él estuvo ahí y me hizo aceptar lo de Dipp, me hizo entenderlo, me ayudo a perdonarlo.
Y jamas podré negar que Dass es parte de mi familia, que pese al daño sigue siendo importante, que al menos intento las cosas para que yo pudiera perdonarlo, que lo perdone y se que jamas me volvería a dar la espalda, por que prometio no volver a hacerlo, por que cuando Dipp promete lo cumple... por que cuando lo vi de nuevo en esas rejas que compartiría conmigo no pude evitar sonreír y olvidar que se fue, porque hace parte de mi familia, porque sé que cambio y no es el mismo que me dio la espalda en su momento, pero ahora sé que giro para tenderme la mano y ayudarme a levantar...pero yo ya estaba de pie, yo me había levantado, sola, con Yona, con mis Madres, lo hice yo, y cuando se giro yo ya me había hecho mas fuerte, yo ya me había lamido las heridas...pero lo importante es que se giro, se giro para caminar junto a mi, se que jamas volvería a ser igual, que el daño esta hecho, que pese a que lo haya perdonado siempre estará el miedo de pensar que lo podría volver a hacer.
—Lo se, ahora deberíamos dormir.—murmuro y él suspira estrechándose contra mi, se que su preocupación por que yo lo mandara a la mierda se ha sumado, no del todo pero que al menos se desvaneció un poco.
Un pinchazo en el hombro me hace aguantar la respiración y me quedo a oscuras, y se que no es la oscuridad de la habitación de Dipp, es la oscuridad por que estoy en mi mente... giro sobre mis talones pero lo único que veo es oscuridad hasta que me fijo en una grieta, a lo lejos... camino hacia a ella.
Cada vez que me acerco la pequeña grieta que se veía de lejos se hace más grande, mas quebrada, mas podrida... y el pánico me recorre, al girar la cabeza a la derecha me encuentro con otras dos grietas más, un poco mas pequeñas que la principal, pero están igual de dañadas, de quebradas... miro hacia la izquierda y veo otras cuatro grietas, grietas negras, con liquido rojo, con el borde podrido... al verlas solo me produce dolor, tristeza, por que se que estaba rota, se que el mundo me había hecho mucho daño, y me lo sigue haciendo, pero jamas creí que estaría así, así de ¿podrida? De ¿Rota? De ¿herida?.
Levanto mi mano para acariciar la superficie, pero me detengo a unos centímetros, hay algo en ellas... me estremece de tristeza pero también me estremece de poder, de peligro...
¿Qué es esto? ¿Realmente es mi interior? O ¿solo es un sueños raro?
Un gruñido a mi espalda me hace girar, no veo nada, solo oscuridad, empiezo a caminar hacia la procedencia del ruido, cada vez mas cerca, hasta que logro ver unos lindos ojos oscuros, luego veo el hocico, el pelaje negro azabache, una gran bestia, una hermosa y frágil bestia aterrada.
Cuanto mas me acerco noto algo brillante en sus patas, varios aros de metal enlazados unos a otros: cadenas.
El alma se me baja a los pies, y algo en mi se rompe al verla.
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CASUALIDAD PROHIBIDA
Teen FictionLa oveja negra de la familia, podría decirse, o mejor dicho: la loba negra de la familia, la rara, lo que sigue sin descubrir quien es. Destinada a un futuro que no desea, no quiere contraer la responsabilidad de toda su manada cuando ni siquiera e...