CAPÍTULO 51

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"LA CONFESIÓN DEL ALFA"

—Yona...—repito y siento como mis ojos se humedecen y mis piernas tiemblan.

—Se está recuperando, él está con los curanderos de la manada, está recuperándose con las pócimas... está bien.—me tranquiliza Lennox, lo miro a los ojos.

—¿Me lo prometes?—preguntó con un hilo de voz.

—Te lo prometo.—pone un mechón de pelo tras mi oreja, disfruto su tacto y me acerco más a él, apoyo mi cabeza en su pecho y él me rodea con uno de sus brazos, evitamos tocar su costado con la marca.

Me concentro en los latidos de su corazón al compás con el mío, aspiro su olor y me concentro en la calma que me llena junto a él, en la seguridad, en el sentimiento de estar en casa.

—Estaré abajo.—murmura Wany antes de salir y dejarnos solos.

—Eres mi hogar.—susurro sin pensarlo y siento como su corazón se acelera un poco más, lo que me hace sonreír de lado.

—Eres mi todo, Tsyplenok.—murmura haciendo que mi corazón responda igual que el suyo.

Siento como las mariposas enloquecen y me derrito por dentro, es lo más bonito que alguien me ha dicho hasta ahora.

—Sigo sin saber que significa.—apoyo mi barbilla en su pecho y él baja su mirada a la mía, sonríe tiernamente y acaricia mi mejilla, me hago la dura para no demostrar lo que sus palabras causaron en mi.

—Ya habías tardado demasiado en preguntarlo.—dice con una sonrisa burlona.

—¿Y no me lo dirás?—pregunto

—Lo haré cuando nos enlacemos.—responde analizando mi rostro, mi cuerpo se tensa involuntariamente.—Yo... lo siento.— se disculpa

—No no... no pasa nada, quiero hacerlo, al fin y al cabo me tienes enamorada ¿no?—lo intento calmar.

Realmente si que quiero hacerlo, y agradezco que sea con alguien al que aprecio y del que estoy enamorada, solo que le hace recordar todo el problema.

—Somos una casualidad prohibida, lo sabes ¿no?—cambio de tema.

—¿Una casualidad prohibida? Bonito nombre para lo nuestro.—

"Nuestro"... mi corazón late rápido y no puedo evitar sonreírle, sin dejarlo reaccionar lo cojo del cuello y lo beso.

Nuestras lenguas juegan entre sí, sus manos sostienen mi cintura, mis dedos se enredan en su cabello y las mejores sensaciones del mundo las siento, como siempre, junto a él.

—Gracias.—digo al separarnos en busca de aire.

—¿Gracias?—pregunta

—Por cumplir tu promesa, por ser mi hogar, mi lugar seguro, por cruzarte en mi camino, por ayudarme a encontrarme a mi misma, por ser tu, por estar a mi lado.—cada una de las palabras sale directamente de mi corazón.

—¿Como lo hiciste?—pregunta acariciando mi mejilla, al ver que no entiendo continua—Me enamoraste desde el día en que escapaste por ese balcón, no quería aceptarlo, pero muy en el fondo ya lo sabía.—

—¿Te refieres a ese día donde estabas en el balcón y aún así logré escaparme?—preguntó para molestarlo.

—Cuando te dislocaste el hombro y te atrapé.—

—"O eres idiota o quieres morir."—repito sus palabras imitando su voz.

—Yo no habló así—se queja haciendo una mueca, me rio y le saco la lengua. —Esko ha sido desterrado... de que no quieres hablar de esto, pero tienes que saberlo todo...la ceremonia de Esko será esta tarde.—

CASUALIDAD PROHIBIDA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora