"LA FUGA"
—¿Te podrías acercar? Necesito decirte algo pero no quiero que lo escuche esa de allí.— me señala y solo me cruzo de brazos en la silla.
—¿Que?— dice borde sin moverse, esta difícil, pero confío en las tácticas Dipp de ligue.
—Solo es un momento.—ruega y el guardia se levanta analizándolo de arriba abajo, y agradezco que mi compañero de celda sea uno de los más guapos de la manada, sino esto nos hubiese servido de muy poco.
El guardia se acerca y cuando está lo suficientemente cerca Dipp lo coge del cuello y lo pega a la reja con un poco de ruido, lo voltea poniendo su brazo en su cuello, el guardia intenta llamar pero no puede y se queda inconsciente.
Me levanto.
Me agacho y paso mi mano entre los barrotes para alcanzar las llaves en el cinturón del guardia.
—!¿Que parte de "sigiloso" no entendiste?!—riño
—No me dijiste nada de sigiloso— se defiende y es verdad, cojo las llaves.
—Tenemk poco tiempo antes de que vengan a ver qué ruido fue ese.— busco la llave que memorice cuando me llevaron al baño y cuando se la intercambiaron en el turno.
Introduzco la llave y giro, la reja se abre, abro rápido y me dirijo al ducto de aire, me agacho y recurro a la fuerza.
Así que lo rompo halando hacia mi y rompiendo la reja.
—Te explicó el plan por el camino.—digo al ver su cara.—Solo sígueme, he calculado que si cabes, creo.— me meto en el ducto y empiezo a arrastrarme, escucho como Dipp intenta arreglar la rendija.
—¡¿Tenias que romperla?!—pregunta entre dientes.
—No hay tiempo, Vámonos— digo y él deja la reja más o menos puesta y se supone a seguirme, en cuatro vamos gateando por el ducto, hasta que se divide.
—¿Derecha izquierda?— pregunta.
—Emm...— me lo pienso. A la de la suerte y el destino—Izquierda.— y me meto en el de la izquierda
—Algo me dice que escogiste al azar tu lado favorito—dice un poco desconfiado tras de mi.
—Callemonos o nos escucharán.—
Seguimos unos cuantos metros hasta una rendija, acercó mi cara para ver.
La sala de juzgado donde nos sentaron a ver uno. Estamos cerca de la sala principal. Sonrió por hacer escogido mi lado favorito.
Seguimos hasta que una alarma empieza a sonar por todo el edifico.
—Se han dado cuenta—dice Dipp
—Tenemos cinco o menos.— digo acelerando el gateo, miro la siguiente rendija y agradezco a lo que hay allá arriba.
Estamos en la aula de archivos, hay tres ventanas en este sitio, una de las tres es grande el resto no cabe nada.
Rompo la rendija de una patada, la reja cae con estruendo, pero ya el sigilo de poco nos sirve.
Y veo lo alto que está, si caemos mal nos partimos el pie.
—Procura caer bien.— digo antes de lanzarme.
Caigo de lado, y me quejo, me he lastimado el hombro antes herido, me levanto con dolor de hombro y cadera. Dipp cae junto a mi de una mejor manera, sin hacerme daño.
—Keira, esto no es una salida.— dice nervioso Dass.
—Tranquilo, esto es mejor que una puerta.— cojeo hasta detrás de un gran mueble.
—Estas cojeando ¿estás muy herida?— pregunta
—Da igual, solo salgamos y luego miramos.—empujó el mueble y rápidamente Dipp me ayuda, y dejamos a la vista la ventana, sonreímos.
Mi pie choca con algo y veo mi mochila, esa que tal vez Yoni puso, sabía que cogería este camino, sabía que saldría por aquí... me conoce tan bien... me la pongo en la espalda.
Dipp se quita la chaqueta para envolverla en su puño pero yo soy más rápida y doy una patada a la ventana en una esquina haciendo que todo el vidrio se rompa.
Afuera está oscuro así que no identificó que hay afuera, solo se que es el exterior, el bosque.
Dipp me dirige un mirada rápida pero se apresura a limpiar los bordes cortantes con su puño envuelto en su chaqueta.
Y nos paramos juntos en el borde de la ventana, nos miramos y luego miramos la altura a la que se encuentra el suelo.
—Juntos.— dice Dipp pasándome su mano, la cojo.
—Ojalá que no nos rompamos nada.— murmuro
—Curamos rápido.— dice y aprieta mi mano.
Y saltamos, caemos entre los arbustos, unos cuantos golpes pero estamos en el suelo.
Salimos entre quejidos de los arbustos, y nos buscamos.
Dipp coge mi mano y me atrae a él, nos abrazamos.
—Nos hemos fugado.— dice esperanzado
—La fuga no ha terminado, tenemos que irnos.—digo separándome de él, lo cojo de la mano y corremos adentrándonos más en el bosque.
Le suelto la mano y él se transforma, yo lo intento pero no puedo, no puedo por que mi lobo solo sale cuando se siente amenazado, cuando está herido, cuando las emociones son malas y tristes. Y ahora mismo estoy demasiado emocionada.
—Dass, no puedo...— entro en pánico mientras corro tras el gran lobo marrón chocolate.
Me hace una señal para que suba encima de él, y se que es la única opción, corriendo como jumaba me alcanzarán en muy poco tiempo.
No digo nada y me subo a su lomo, me agarro y él echa a correr. Y siento la libertad tan cerca...
Llegamos a la carretera peor el sigue corriendo.
—A la estación de buses, debemos separarnos.— digo con un poco de dolor en mis palabras.
Él solo corre pero siento que lis olvras le afectaron. A mitad de la noche, juntos, escapando de la cárcel, bajo la oscuridad... pero debemos separarnos, seguirán nuestros rastros, por eso es más fácil separarnos y despistarlos, no nos cogerán si no estamos juntos.
Llegamos y me bajo de él se convierte en un lobo, no hay nadie, al menos nadie nos vio.
Lo cojo de la mano y vamos a la taquilla, pedimos dos boletos a distintas y alejadas ciudades.
—El suyo sale en dos minutos—dice mirando a Dass— el suyo sale ahora.—me mira.
Vamos rápido a mi bus, le abrazo, hundo mi cabeza en su cuello y lo aprieto.
—Te encontrare.— dice Dipp
—Lo se, ahora solo procura que no te cojan.— me separo.
—Chao.— dice y me da un beso fugaz en los labios, sonrió.
—Chao.— subo al autobús y me coloco en la silla vacía en la mitad del bus junto a la ventana, miro a Dipp y ela o ríe dándome la despedida con la mano.
Sonrió y le respondo, el bus avanza y nos vamos, veo como Dipp se sube a su bus, para ocultarse.
Hemos escapado.
Cierro los ojos y abrazo mi mochila agradeciendo internamente a Yoni por conocerme tan bien, por ser el que me acompaño en esas excursiones donde nos escapábamos del grupo solo para explorarlo por nuestra cuenta.
Y me fugué, nos fugamos.
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CASUALIDAD PROHIBIDA
Teen FictionLa oveja negra de la familia, podría decirse, o mejor dicho: la loba negra de la familia, la rara, lo que sigue sin descubrir quien es. Destinada a un futuro que no desea, no quiere contraer la responsabilidad de toda su manada cuando ni siquiera e...