CAPÍTULO 17

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"LA NUEVA"

Tras organizar las tres tristes camisas y dejo la mochila a un lado y mi libro en el escritorio, saco lo demás y dejo mi móvil en la mesa.

Mi puerta se abre y una melena azulada entra cerrando tras de sí.

—Yo... lo siento mucho, Quinver, es que...—digo según cierra.

—Es un capullo, lo se, pero lo has puesto en su sitio, nadie nunca lo ha hecho así que tengo que decir que te admiro, Keira.— dice para mí sorpresa.

—Acabo de insultar a tu mejor amigo, y solo llevo media hora aquí, esto no es educación, me intenté contener pero...—

—Él hace explotar cualquier cosa, tranquila, no estoy enfadada, seguro él si, pero se le pasará.— me interrumpe

—Eres una persona muy buena.— comentó

—Y a veces eso es malo.—baja la mirada y no puedo evitar coger su mentón con mi índice para que me mire.

—Puede que a veces eso sea malo, pero en la mayoría de ocasiones ser una persona como tú es increíble y te aseguro que en las ocaciones malas estaré yo para sacar mi bestia.—

Sonríe y me abraza.

—Vamos afuera, acaba de llegar Weish.— dice cogiéndome de la mano y tirando de mi para salir.

—¿Weish? ¿Quien es Weish?— preguntó y salimos

—Ya le conocerás.— dice con una sonrisa y entramos al salón, y un chico de tés oscura sonríe al verme.

—Hola.— digo y él se levanta me tiende la mano.

—Weishton, pero mis amigos me llaman Weish, así que llámame Weish.— me guiña un ojo y le tomo la mano, sonrió por que me parece graciosa la formalidad y la informalidad que tiene.

—Keira, pero me suelen llamar K.— digo.

—¿Tienes hambre? Weish hace un spaghetti delicioso.— dice Quinver sentándose en el sofá vacío.

—Pues ya que mencionas comida, estoy hambrienta.— digo sentándome junto a Quinver.

—¡Oye! Hoy le tocaba a Len—se queja haciendo un puchero que me parece bonito y sexy bienvenido del chico.

Len... supongo que el chico de ojos chocolate se llama Len, o le llaman Len, tal vez su nombre completo sea Lennin o algo así.

—Pero hoy es un día especial.— dice—Hemos integrado a la familia una nueva integrante.—

Y esas palabras me hacen sentir especial, un calorcito agradable en el pecho, se me humedecen un poco los ojos y parpadeo para que desparezcan, odio llorar.

—Vale, solo por K.— rueda los ojos y va a la cocina.

—Hemos ganado, creo que tenerte va a a ser lo mejor que he tenido en mi vida.— dice sonriendo

—Oh si, vamos a ser unas muy buenas aliadas.— le sigo el rollo.

—Mientras Weish cocina vemos una peli ¿si?— pide

—Vale, pero una triste.— digo y ella sonríe

—Justo quería ver una triste.— dice y escoge una peli llamada "Cloud" basada en hechos reales.

Quinver se levanta y sale corriendo al pasillo, luego viene con el pelinegro arrastrando, lo sienta en el sillón solitario y se pone a mi lado, para mi si presa no refuta y no hace ningún comentario, peor no me mira y eso se me hace raro.

Intento ignorar que no él miro y me concentro en la película, a la mitad de la película Quinver ya llora a moco tendido, se pega más a mi y me pide que la abrace, rodeó su hombros con mi brazo y ella se acurruca junto a mi, mi comisura se levanta un poco al sentir su calor, seguimos viendo la peli, a mi se me humedecen un poco los ojos pero parpadeo para que desparezcan y no derramo ni una lagrima, lo que es normal en mi, la verdad.

—¡¿Por que?!— dramatiza Quinver entre lágrimas, yo solo aguanto las ganas de reírme, esta chica es todo un personaje y le estoy cogiendo cariño. —¿Como es que no has llorado?— se queja y mira al pelinegro, de lanza a él y se abraza, el chico solo la abraza mientras ella dramatiza y él tiene un brilll divertido en los ojos mientras se levanta con ella pegada a él como un oso perezoso, siento algo raro pero lo ignoro.

Los sigo a la cocina donde hay un delicioso olor a comida recién hecha.

—¡Ella no ha llorado! Y no se como, mira como estoy yo.— se señala la cara, los ojos un poco hinchados h la nariz roja, parece un gatito súper tierno que dan ganas de apachuchar.

—Tranquila siempre serás la que llora por todo.— dice Weish para molestarla, pero no lo consigue.

—Pues agradezco conservar mi puesto—dice sacándole la lengua.

—No me gusta llorar.— me encojo de hombros y ella me mira.

—¿Como? ¿Es que no lloras nunca?— pregunta sorprendida mientras los chicos sirven la comida

—No, no suelo hacerlo, no me gusta... tampoco me gustan los contactos físicos y odio el chocolate blanco.— digo

—Vale, tengo tiempo para conocerte— dice Quinver

—Ya está.— dice Weish y nos acercamos a la mesa rectangular.

Espero a que se sienten, yo soy la nueva, ellos ya tendrán sus sitios.

—¿Que? ¿No te sientas?— me dirige por primera vez la palabra el pelinegro desde esta mañana.

—Yo está esperando a que se sentarán en sus sitios.— me excusó y espero, el único sitio libre es junto a él, frente a Weish.

Comemos mientras Quinver comenta la película, Len (sigo sin saber su nombre completo) hace comentarios burlones y Weish escucha atentamente mientras yo limito a reírme y aportar alguna que otra cosa sin importancia.

Recojo los platos y me dispongo a lavarlos, Quinver y Weish se ponen a pelear por quien quiere el mando y no hay rastro del pelinegro.

—Sigo sin saber tu nombre— me sobresalto cuando aparece a mi lado y empieza a secar las cosas para guardarlas.

—Keira. Me dicen K.— digo sin apartar la vista de la espina del jabón, pero siento su ardiente mirada en mi mejilla, lo que me pone nerviosa pero a la vez me ¿gusta? ¿Me parece agradable?

—Lennox.— dice y miró sus ojos marrones.

—Creí que vivías en ese piso, ya sabes ese donde me encadenaste.—digo y apartó la mirada para terminar rápido.

—No, ese es solo el espacio de reunión, era de mis padres, pero me lo han dejado a mi por ser el nuevo alfa.— explica

—Ah.— es lo único que digo y cierro la llave he terminado. —¿Quinver lo sabe? ¿Weish?— preguntó guardando una cuchara.

—Quinver es un grifo y Weish es parte de mi manada.—explica

—Auw—suelto el cuchillo con el que me acabo de cortar.

Lennox se apresura a cogerme la mano y revisar el corte que no es muy profundo en mi dedo índice, su mano fría sobre la mía cálida hace que me hormiguee todo el cuerpo y que las piernas me flanqueen.

¿Por que no controló lo que me pasa?
Nunca has sabido controlar nada que sea tuyo.
Pues muchas gracias, conciencia.

—Estoy bien.— le apartó un poco y me llevo el dedo a la boca para chupar la sangre y parar la hemorragia, para poder sanar más rápido.

Siento su mirada pero solo sigo guardando lo que él ha secado, terminamos, yo salgo de la cocina.

Un grifo... Quinver es un grifo... había oído mucho sobre ellos, en esas clases que nos daban los fines de semana en la manada, me fascinaban los grifos y aún lo hacen, creí que no existían, jamas había conocido a uno y saber que Quinver es un grifo... es flipante...

CASUALIDAD PROHIBIDA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora