III. Cena de Año Nuevo

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*31 de diciembre de 2014*

*Puebla, México*

Es así que, en una semana, cuando Cristina Maldonado Reyes desapareciera para siempre y Elena Carvajal se asentara en Playa del Carmen, Quintana Roo, Victoria Sandoval, de no haber sido por un momento de debilidad años atrás, habría mantenido su juramento de los últimos 60 años.

Después de digitalizar una cuarta parte de los archivos y dejarse envolver por los recuerdos en el proceso, revisó su reloj y notó que era momento de volver a su departamento si quería salir, como cada año, a celebrar Año Nuevo, en compañía de la única persona que jamás podría delatarla, su amiga Verónica Páez, una pianista invidente que la seguía tratando bajo la personalidad de Macarena Espinoza (identidad con la que se conocieron).

Llegó a su departamento donde recibió una llamada. –Hola, Vero.

–Macarena, no vas a dejarme plantada, ¿verdad?

–Me preguntaste lo mismo en la cena del año pasado, ¿por qué no confías en mí?

–No puedo creerte que no tengas una mejor oferta.

–Imposible –divertida–, ¿paso por ti a las ocho?

También por eso te llamo, el Hotel Quinta Real va a enviarme un auto.

–¡Mira nada más! –Con alegría.

–¿Alguna vez has pasado Año Nuevo ahí?

–Sí, solo una vez, hace años, antes de su remodelación –"mucho antes, pensó".

–Me imagino que es espléndido.

–Será mejor que me apure, te veo en un rato –prometió–, adiós, Vero.

Victoria abrió su closet y buscó algún modelo de vestido adecuado para la ocasión y, sobre todo, la época.

Se decidió por un modelo simple, pero elegante.

Llegó al hotel y subió al elevador para recorrer los 27 pisos que lo componían para lograr llegar al sitio de celebración, donde, caminando por el corredor del salón de eventos, se topó con una fotografía suya sonriendo divertida de cuando todavía...

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Llegó al hotel y subió al elevador para recorrer los 27 pisos que lo componían para lograr llegar al sitio de celebración, donde, caminando por el corredor del salón de eventos, se topó con una fotografía suya sonriendo divertida de cuando todavía estaba casada, compartiendo Año Nuevo con su marido y unos amigos y le tomaron una foto a ella sola completamente desprevenida.

Llegó al hotel y subió al elevador para recorrer los 27 pisos que lo componían para lograr llegar al sitio de celebración, donde, caminando por el corredor del salón de eventos, se topó con una fotografía suya sonriendo divertida de cuando todavía...

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