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44). La Cita.

Capitulo 44
La Cita...

California-Estados Unidos.
Hora: 9:30pm.

( Clark Winslow )

Tres años atrás...

Lluvia...

El frío de otoño es lo único que me acompaña en momentos como esté acompañado de fuerte llovizna. Ya que después de abandonar a mi madre y mi hermano una fuerte llovizna se abrió paso por toda la gran ciudad de los angeles. Es por eso que tuve que quitarme mi chaqueta de cuero para ponerla como manta encima de la canasta donde estaba Dante durmiendo. Para evitar que se mojara o que le entrara frío a mi tierno cachorrito.

—No te preocupes Dante— Le digo mientras que froto mis manos contra mis brazos para que me den algo de calor. —Haré todo lo posible para que seamos una familia perfecta. Pero antes de eso necesito que llegue el autobús para que nos lleve a la casa de mi tía Karol...

Es así que esperamos unos minutos bajo la lluvia, mientras que las gotas y el frío no dejaban de chocar contra mi empapado cuerpo...Lágrimas de dolor caían sobre mis mojadas mejillas; porque para ser sincero no podía dejar de pensar en lo que mi madre le había echo a mi padre y a mí...

Suspire en frustración y no pasaron unos minutos cuando finalmente llegó un autobús a la estación. Es entonces que con una sonrisa de alivio me levanté tomando la canasta donde estaba Dante y me adentré al autobús con una sonrisa triste  —Buenas noches señor.

El conductor asiente en modo de saludo —Buenas noches jóven.

Y con eso me senté en las sillas de atrás. Quitándole mi chaqueta y la cobija a la canasta de Dante para echarle un pequeño vistazo a mi perrito. La verdad...No me sorprendía para nada el echo de que ya tuviera sus ojos más abiertos que nunca.¡Claro!. Ya había tenido una larga siesta desde que lo metí a su canasta y camine con el hacia aquí.

No obstante Dante se estira en su pequeña canasta y me mira fijamente —Buenas noches mi bello durmiente—Le digo con una sonrisa de oreja a oreja y este me dé a unos pequeños ladridos mientras apoyaba sus pequeñas patas sobre mi pecho y lamía mi cara.

Que ternurita...

Mientras que juego un poco con Dante y le explicó lo que está pasando en este momento el decide asomarse a la ventana. La curiosidad de saber que estaba mirando me mata y decido mirar también. Pero a lo que me asomo no veo más que lluvia, calles vacías, un par de tiendas, un parque que parecía completamente abandonado y unos cuantos habitantes de calle.

Puta que miedo.

No obstante, después de unas cuantas horas el autobús decide parar, dándome la señal de que ya llegó a su última parada. Es entonces que decido bajar de el con mucho cuidado no sin antes darle las gracias por traernos. Es así que mientras que veo como se va alejando el bus de nosotros me doy cuenta de que la lluvia misteriosamente ya había parado de repente.

—Que raro— Me digo mentalmente y en ese preciso momento Dante ladra exigiendome que lo baje y sin pensarlo dos veces lo hago y este sale corriendo hacia la carretera.

—¡Dante espera!.

Lo persigo, pero cuando estoy a punto de atraparlo este se detiene de golpe en frente de una casa. No obstante yo le regaló a esta una mirada extrañada y decido asomarme al buzón de la entrada:

"RESIDENCIA DE KAROL WINSLOW"

Levanto a Dante del suelo y suspiro mirando fijamente la estructura aterradora —Aquí es, Dante.