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37). La llegada a París.

Capítulo 37
La llegada a París...

( Clark Winslow )

Los rayos del bello sol iluminan mi cara, haciendo que me despierte para así poder bostezar y estirarme en esta incómoda silla del avión.

Volteo a mirar a Rafael pero no esta, es así que el pánico vuelve a Reinar en mi y lo primero que se me ocurre es salir a buscarlo por todo el avión.

Me incorporó de la silla para caminar  por todo el pasillo del Avión mientras que los pasajeros me miran raro.

Bufo —Pobres almas en desgracia.

Al lo que abro las cortinas veo a Rafael venir hacia mi con su camisa roja de rayas y unos waffles que supuse eran nuestro desayuno en una bandeja de plata.

Se para en frente de mí y me da una mirada cansada
—Definitivamente la vida nunca me dejará sorprenderte con un desayuno de buenos días Clark— Pone sus ojos en Blanco bufando y yo me rio a carcajadas. —Sip, en eso tienes toda la razón mi Demonio Francés...La vida nunca te dejará sorprender a tu hábil y sexy señorito.

Sonríe y me guiña el ojo —Ahora vuelve al asiento señorito... Necesito que mi príncipe desayuné como se lo merece —Ordena y yo Obedezco con una sonrisa de oreja a oreja...

A lo que llegamos a nuestros asientos desayunamos y el aprovecha para darme un beso en la mejilla y yo le sonrió —Buenos días señorito, ¿Cómo amaneces mi vida?.

Le devuelvo el beso —Bien gracias...¿Y tu Rafa?.

—Bien gracias y con una buena noticia para ti Clarky —Le doy una mirada extrañada mientras que bebo mi jugo de naranja.—En menos de una hora llegaremos a París, Clark, y no sabes lo emocionado que estoy por estar contigo señorito.

Pongo mi baso junto con nuestro desayuno a un lado nuestro y Lo beso apasionadamente mientras que el me abraza empujándome contra su pecho.

¡Uffff que delicia Dios mío!...(Por favor concéntrate Clark Winslow).

—A mi tambien me alegra estar contigo mi lindo y sexi franchute.

Se ríe —¿Cómo me llamaste señorito?.

Lo miro y le sacó la lengua en forma de juego —¡Franchute!.

Me da una sonrisa torcida —Ahora me las vas a pagar mi
gringo.

En un movimiento rápido Rafael me empieza a hacer cosquillas en el asiento, mientras que me río a carcajadas y la gente voltea a vernos raro.

Pobres almas en desgracia, de seguro no saben lo que se siente que alguien cercano a ustedes les hagan cosquillas.

Es así que después de reír, hablar y jugar, el piloto nos habla a través de los parlantes del avión —¡Buenos días a todos! Les habla su capitán para informales que ya vamos a empezar a desender al aeropuerto de París... Así que por favor abrochense los cinturones y gracias por volar con nosotros.

Rafael y yo compartimos una mirada rápida y enseguida nos abrochamos los cinturones de seguridad para luego echarme la bendición de Diosito.

—¿Porque te echas la bendición señorito?— Dice arqueando una ceja y una sonrisa de boca cerrada.

Pongo mis ojos en blanco —¿No has visto que en las película de aviones casi siempre pasa algo malo Rafael?.

Bufa —Sólo son películas Clark, nada más...Así que por favor relajate que nada malo va a pasar.

Pongo mis ojos en blanco —Si tu lo dices Rafael...

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