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39). La confesión dos

Capitulo 39
La confesión dos...

( Rafael Leroy )

Salgo felizmente de la tienda de Regalos y me guardo los collares en mis bolsillos. Es así que en el camino a casa saco mis llaves y me quedo mirando el llavero que tenían, el cuál tenía grabado el nombre de Clark. A lo que cierro la puerta detrás de mi siento algo extraño, como si la soledad y el silencio fueran los únicos que habitan mi hogar, los cuáles me hacían preguntar una cosa...

¿Dónde estás señorito?...

No doy ni un par de pasos dentro cuando es que siento que algo de me trepa con fuerza en mi espalda
—¡Te tengo Rafael!— Dice Clark mientras que me hace cosquillas sin parar.

Me río a carcajadas —Para, para por favor— El no detiene su ataque, así que en un movimiento rápido dejo caer la bolsa que traía en las manos para detenerlo tomando suavemente sus manos. —Listo, gane...Ahora no podrás hacerme cosquillas señorito— El me hace un lindo mohín con sus labios, pero me sonrojó al darme cuenta que solo tiene su ropa interior puesta. Es así que siento como mi gigantesco amigo se va levantando y desvío lo más rápido que puedo la mirada de el.

¡Ahora no muchachito, ahora no!...

No obstante, me aguanto las ganas que le tengo y volteó a enfrentarlo con mis mejillas aun sonrojadas
—Ta-También te compre algo de ropa señorito—Recojo rápidamente la bolsa que se encontraba en el piso y se la paso.

El la recibe gentilmente y me lanza una sonrisa de boca cerrada
—Gracias mi lindo Demonio Francés...

Dice y yo asiento aún sonrojado
—De...Nada señorito— Mi mirada vuelve a sus lindas piernas desnudas y lo vuelvo a mirar rápidamente a sus ojos cafés.
—¡Ahora ve a vestirte! —Ordeno y el asiente guiñándome el ojo.

Y a lo que desaparece por el corredor me pongo la mano en el pecho y suspiro —¡Fiu!...Eso si que estuvo cerca —Digo sentandome en el sofá de mi casa y acaricio genialmente mi pene por encima de mí pantalón. —No te preocupes amigote, el será nuestro otra vez, ya lo verás —Vuelvo a suspirar. —Pero no ahora, no después de la fuerte confesión que le haré el día de hoy...

Gruñó en frustración —¡Ahg, ojalá y todo salga como yo quiero que pase!...

( Clark Winslow )

Hermoso...

Es la única palabra que puede describir el out-fit que llevo puesto ahora. Ya que mi lindo Rafael fue tan amable de comprarme un pantalón de cuadros, unos tenis blancos, un buso vino-tinto y una camisa blanca que va por debajo del mismo. Pero lo que destacó en todo lo queme compro fue una linda boina negra que resaltaba perfectamente con el color de mi cabello castaño. Rápidamente me doy cuenta que la bolsa aún tenía puesta la etiqueta con la cuál aún decía el precio de la ropa que me compro.

¡Oh, oh!...Error de principiante...O simplemente lo olvido, las dos cosas son muy probables...

Enseguida tomo la bolsa que estaba en el suelo y mis ojos se abren como platos al ver el precio de todo lo que traía puesto
—¡¿Cuánto?!— La verdad, no sabría decir cuánto cuesta, porque honestamente no sé cómo manejan el dinero aquí en Francia. Pero lo que si he aprendido a lo largo de mi vida es que entre más ceros tenga un número, más valor va a tener...¡Y en este caso hay un 78.000$ en la etiqueta!.

Suspiró y me miro al espejo
—Definitivamente tengo que ser agradecido con todo lo que Rafael ha echo por mi —Me acomodo la boina y tomo el pomo de la puerta, aún indeciso si abrirla o no.