CAPÍTULO 21: Juego nuevo.

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Las respiraciones irregulares llenaron el espacio cerrado. Nu New abrió un ojo, su pecho se agitó y sus pupilas se dilataron. Zee estaba en un estado similar dando respiraciones profundas y enojadas.

''Él no puede lastimarme.''

—Me han mentido toda la vida. —Dijo el menor empujando el arma hacía abajo. —Sé cuando me mienten, incluso si no saben que están mintiendo. 

Zee mantuvo su expresión neutral, mirando con ojos cautelosos mientras Nu New avanzaba valientemente. Detrás de él hay una fresca bala atrapada en la estantería, el álbum de fotos cayendo al suelo por el impacto. Ninguno prestó atención al ruido.

La cara del señor del crimen había estado inmóvil, pero sus ojos estaba llenas de tantas emociones. Confusión, ira, aprensión, tal vez un poco  de miedo.

—No digo que me ames ni que te guste, pero te preocupas por mí. Ya no soy más un juguete interesante. —Dijo. El esclavo lo tomó de la mano y pasó la yema de su pulgar por el anillo de esqueleto. —Deja de mentirme a mí y a ti mismo.

Ambos estaban en un punto muerto, mirándose a los ojos con pesadumbre. Tanto pasando entre ellos sin hablar, pero no necesitaban palabras para hacerlo.

Uno de ellos tuvo que romper el silencio primero y tenía que ser Zee. Necesitaba  darse cuenta de que vulnerable. Su caparazón frío se estaba rompiendo. Tenía que ser él.

Y así fue...

Él se lanzó hacía adelante, una mano jalando a Nu New por su cintura y otra ahuecando su mejilla. Sus ojos se cerraron, agarrando fuertemente al mayor. Sus pechos chocaron, fuegos artificiales explotando vivos en su pecho. Podía sentir la pesada respiración del señor del crimen sobre su piel, haciéndole adquirir piel de gallina.

—Uno encuentra interés en algo porque le atrae y la atracción lo conduce a la afición y eso lo lleva a preocuparse. —Susurró abriendo los ojos. Los de Zee estaban oscuros, Nu New envolvió con confianza sus dedos en los cabellos oscuros, empujando sus frentes juntas. Tenía una leve esperanza cuando el señor del crimen no lo empujó de inmediato. —Me dejaste entrar. —dijo tomando suavemente la mejilla del mayor. —Ahora déjame quedarme.

Zee agarró su barbilla y levantó su rostro para unir sus labios firmemente. Había una emoción no dicha y palabras fluyendo a través de ellos, pero Nu New  podía sentir al mayor, podía sentir su vacilación, su negación y sus paredes tratando de reconstruirse  lentamente, pero el esclavo no lo dejaría.

Iba a descomponerlo pieza por pieza. Destrozaría esas barreras heladas y mostraría  al hombre  escondido debajo de ellas. Nu New ya sabía que de alguna manera, Zee le haría lo mismo.

El señor del crimen lo atrapó, haciéndole revelar sus secretos y sentimientos más profundos...

porque cada uno era su veneno y antídoto.

En un movimiento audaz, enganchó una de sus piernas  alrededor de la cadera de Zee. El mayor respondió rápidamente agarrando su muslo y envolviendo ambas extremidades alrededor de su cintura. Sus manos se deslizaron hacía abajo para encontrarse con su trasero. El más joven jadeó, agarrando ambas mejillas del señor del crimen y uniendo sus partes superiores.

—Me gustas. —Confesó Nu New. Vio la forma en la que los ojos de Zee se dilataban, pero nada más delató su emoción. Verdaderamente era un hombre frío, pero lentamente se estaba calentando. —'Voy a descongelar tu corazón, Panich Pruk, lo haré. —El señor del crimen rió entre dientes.
—Eres un obstinado. —Dijo en voz baja. Nu New asintió estando de acuerdo.
—Entonces deberías saber que tengo la intensión de derribar las paredes has construido a tu alrededor y como soy terco no voy a parar hasta que lo haga.

The Sins Of The FatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora