CAPÍTULO 22: Encuentra a Chen. ¡AHORA!

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Nu New abrió  la puerta de la oficina  del señor del crimen y entró tranquilamente. El hombre de cabello oscuro lo miró parpadeando  sin comprender.

—¿Qué estás haciendo aquí? —Lo reflexionó. El menor se encogió de hombros y se dejó caer en su silla habitual.
—Solo vine de visita. —Murmuró. —Terminé todos mis quehaceres y esas cosas.
—Supongo, solo quédate callado. —Dijo Zee centrándose  nuevamente en su computadora. Nu New frunció los labios, pero asintió. Se apoyó en la palma de su mano y miró en silencio al mayor.

Han pasado un par de días desde que comenzó su nuevo juego y hasta el momento Nu New no ha descubierto nada. Lo único que había descubierto era que a Zee le gustaba el color negro lo que era algo dolorosamente obvio y que le gustaban los libros, pero de nuevo, era algo obvio.

Había intentado hacer preguntas más pertinentes como, ¿por qué le tienes miedo a las arañas? o ¿Quién era Ji Soo para ti? pero obtuvo respuestas indirectas o ninguna. Por supuesto, las cosas habían ido un poco mejor entre ellos.

Nu New podía dormir en la habitación de Zee cuando quería y entrar a su oficina  a su antojo, pero éste trabajaba particularmente durante el día.

En ocasiones el señor del crimen se abría un poco, pero también se cerraba demasiado rápido.

—Estás mirándome.
—Tienes mucho para  ver. —Nu New soltó sin pensar. Sus mejillas se colorearon al instante que se dio cuenta de lo que dijo, pero Zee solo rió suavemente y continuó concentrándose en su trabajo.

El menor no estaba seguro de cuando tiempo permaneció sentado allí, mirando fijamente al hombre de cabello oscuro el cual trabajaba  diligentemente  en algo, pero sus ojos  estaban empezando a decaer. Gimió moviendo su cuello mientras el aburrimiento comenzaba ha afectarlo.

Estaba cansado después de pasar  completamente cinco horas fregando todos los baños  de la casa con la ayuda de Sam  y Mix.

—Ve a dormir si estás cansado. —Anunció Zee mirando a Nu New que intentaba no dormirse.
—No. —Murmuró el más joven. —No quiero.
—Ven aquí entonces. —Dijo el mayor curvando un dedo. Nu New bostezó, pero aún así se levantó de la silla y se acercó al señor del crimen. Zee empujó la silla hacía atrás y el esclavo se acurrucó al instante en su regazo. —Quédate quieto.
—Bien. —Gruñó Nu New, descansando su cabeza contra el pecho de Zee. El mayor no le hizo caso y siguió trabajando, el menor lentamente se estaba quedando dormido. El sutil bombardeo del mayor  actuó como una suave  canción de cuna.

Se había dormido, contento y cálido, pero cuando se despertó tenía frío. Al abrir  un ojo, se encontró en la cama de Zee completamente solo. Frunciendo el ceño se quitó el edredón y salió de la habitación. Bajó los escalones y se dirigió a la oficina de Zee.

Cuando llegó la encontró vacía y nuevamente frunció el ceño. ¿A dónde fue? Recorrió la casa en busca de una señal del hombre de cabello oscuro, pero se decepcionó cuando no pudo encontrarlo. 

—¿Qué estás haciendo? —Nu New se volteó cuando escuchó una voz desconocida llamarlo. Era un miembro de la familia basándose en el traje negro  y la pistola metida en la cintura de sus pantalones.
—Ah... estoy buscando a alguien. —Murmuró. —Lo siento.
—Se supone que no debes estar aquí abajo. —Espetó, agarrando a Nu New  de la parte superior del brazo. El menor frunció el ceño, siseando  ante su áspero toque. El esclavo fue arrastrado por todo el pasillo sin mucho respeto y eso no le gusto ni un poco.
—Oye, no soy una muñeca de trapo. —Espetó Nu New tratando de alejar su brazo de su alcance.
—Cállate.
—Lo digo en serio, deja de arrastrarme. —Resopló el menor. Tiró de su brazo hacía abajo con fuerza, efectivamente liberándolo de las manos del hombre. El tipo giró e intentó agarrarlo de nuevo, pero lo esquivó. —No me toques. Tengo piernas y puedo caminar.
—Oh, eres uno de los de Lord Zee. —Dijo el hombre mirando su cuello. —No es de extrañar que tengas esas agallas. Sus pequeños esclavos se vuelven arrogantes porque él no se molesta con ellos, pero el resto de nosotros los disciplinamos como  si estuvieran en formación. Por lo tanto, trata de no seguir hablando.
—No tienes permitido hacerme nada. —Resopló. —Solo los señores pueden castigar a los esclavos.
—No veo ningún Lord alrededor. —Sonrió el hombre. —El menor se alejó y agachó cuando el hombre trató de alcanzarlo, pero fue atrapado por la nuca y empujado contra la pared. Hizo una mueca , esperando el impacto, pero un fuerte sonido de aplausos los detuvo a los dos.
—Wow, wow, wow, wow, wow... ¿por qué siempre que te veo estás metido en problemas? —Nu New rodó sus ojos cuando Max caminó por el pasillo, frunciendo los labios con diversión.
—Eres el monstruo de pelo púbico. —Se contuvo.
—Sí, sí. —El alto puso los ojos en blanco. —Oye, ¿Tae? Sí, ese es la 'cosa'de Zee o como quieras llamarlo, así que está fuera de tus límites, ¿bien? —El hombre se apartó de Nu New y se inclinó ante el señor de cabello rizado. 
—No lo sabía, mis disculpas.
—No te tienes que preocupar. —Max rió disimuladamente. —No le diré a Zee, así que vete. —El hombre se escabulló y Nu New frunció el ceño.
—Sus miembros son tan rudos y...
—Bueno, se supone que no debemos ser amiguitos de peluche. —Dijo el más alto. —Además, puede ser rudo.
—Tienes el resto de tu vida para ser un idiota. ¿Por qué no tomarte un día libre? —Nu New respondió.
—Si quisiera oírlo de uno, me tiraría un pedo.
—Ah, el olor es probablemente mejor que tu aliento.
—¿Por qué Zee te aguanta tanto?  —Gruñó el más alto. —De todos modos, ¿qué diablos estás haciendo aquí abajo?
—Buscando a Zee. —Contestó el más joven. —¿Lo has visto?
—Claro que lo he hecho.
—...
—...
—Bueno, ¿dónde está?
—Oh, nunca dije que te lo diría.
—No seas idiota.
—Lo que sea. Salió.  —Gruñó Max.
—¿Haciendo?
—No es asunto mío decirte. —Dicho esto, Max  se alejó por el camino del que Nu New  acababa de llegar, mostrando un signo de paz mientras su silueta desaparecía.
—Que idiota.

The Sins Of The FatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora