CAPÍTULO 38: Ji Soo.

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Nu New jadea, la madera frente a él sellada herméticamente y una mano anillada y pálida se encuentra contra la superficie de la puerta.

—... Detente.
_¿Detener, qué? —Nu New murmura suavemente.
—Deja de jugar con mi cabeza.

El menor se da vuelta, enjaulado en los brazos de Zee contra la puerta. Ahueca las mejillas del mayor con sus manos. Zee se estremece, su cuerpo tiembla, como si tuviera una confusión interna en su mente. Sus manos están vibrando contra la puerta y Nu New siente una sensación de hundimiento en el estómago. Duele ver a la persona que amas con tanta angustia, pero sabe que Zee necesita sentir esto.

—No estoy jugando con tu cabeza, Zee.  —Dice en voz baja, acariciando las mejillas del mayor. —Me estás dejando entrar.
—No pued... Nu New. No puedo.
—Sí, si puedes.
—No puedo. —Sacude la cabeza violentamente con los ojos en blanco y Nu New frunce el ceño. Este no es el señor del crimen intenso y dominante. Este parece un niño asustado. "¿Qué te pasó, Zee?"
—No sé que pasó entre tú, Ji Soo o tu padre, pero... No me iré, Zee. "No se de qué tienes miedo, no sé porque tú tienes miedo." Tengo miedo, pero está bien que me quieras aquí. Está bien cuidarme, porque yo... "No lo asustes, no lo asustes." yo... me gustas y está bien que te guste también.

La respiración de Zee es errática a pesar de estar quieto. Su pecho está agitado, pero ni siquiera puede escuchar su respiración. Nu New lo mira, sus ojos dorados intentan penetrar en el profundo chocolate que se oscurecen cuando están enojados o excitados.

—Me preocupo por ti, —Continúa. —¿y tú?
—Yo... —Zee tartamudea. Nu New toma la iniciativa y se inclina hacía adelante, empujando sus frentes juntas. El hombre de cabello oscuro suelta un pequeño suspiro silencioso y profundo pero audible. —Y-yo siento... —En realidad tartamudea y hace que el joven quiera llorar. "Maldita sea, ¿qué te pasó?" —...algo, pero no puedo.
—Si puedes. —Nu New mantiene su rostro más apretado. —No necesito el mundo, no necesito que me ames todavía, pero yo... necesito algo. No quieres que me vaya, dame una razón para quedarme.
—...
—Zee, yo no puedo. Solo dame algo. Necesito que lo digas. Tienes que decirlo, yo solo... necesito escucharlo. No puedo seguir sintiendo esto. Algo concreto, eso es lo que necesito. Sé que puedes.
—Yo me preocupo por ti. —Finalmente lo dice en voz alta y Nu New no puede detener la euforia en su pecho. Su ritmo cardíaco se duplica y sabe que sus pupilas están tan abiertas como las de Zee. Él quiere sonreír y llorar porque demonios, esto fue un largo un tiempo. —Más de lo que debería.

El corazón de Nu New explota y cierra los ojos, dejando que la sensación de adulación y alegría lo inunde con total y completa dicha. "Se siente bien ser reconocido. Te importo, lo sabía y lo has dicho." Es un comienzo y llevar un completo zoológico vivo en su estómago.  Suavemente frota las mejillas de Zee.

—Tus manos están temblando. —Susurra con cariño. Zee mueve una mano temblorosa de la puerta y la desliza por la extensión del cuello de Nu New, deteniéndose para ahuecar su nuca.

El joven parpadea, viendo los labios color rosa pálido al alcance de su mano. Las pupilas de Zee están casi ocupando toda su visión que ni siquiera parece posible. Nu New se pregunta si sus ojos están igual que las del señor del crimen.

—¿Qué estamos haciendo? —Nu New se burla suavemente, sus pulgares acarician las mejillas de Zee. El mayor toma una suave inhalación, mientras enreda sus dedos en las raíces inferiores del cabello de Nu.
—Esto.

Agacha la cabeza y reclama los labios del manor con un poderoso beso, pero vacilante. Como si temiera que Nu New lo alejar, pero Nu New no lo hace. En cambio suspira, derritiéndose en la sensación de la boca de Zee, presionando firmemente contra la de él, abriéndose  fácilmente al contacto más leve de la lengua.

The Sins Of The FatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora