The Sins Of The Father

CAPÍTULO 37: Lo haré.

—... New. Nu New. Nu New. —Lo mueven.

Dicho hombre sale de su trance, parpadeando atontado a Perth. Tararea sin estar seguro de lo que estaba hablando.

—¿Qué? Lo siento, ¿qué dijiste?
—Jesús, amigo. Te he estado llamando durante dos minutos. ¿Estás bien?

Asiente, pero sabe que es mentira. No está bien, de verdad. Su pecho duele constantemente y está fuera de sí la mayoría de las veces.

Nu New ha sido como un zombie durante los últimos cuatro días. Ha estado haciendo todo lo posible para evitar a Zee, pero le es difícil.

Últimamente está en todas partes, era como si el universo le estuviera mostrando un dedo medio gigante a sus sentimientos. Ya es bastante difícil darse cuenta de que estás enamorado de alguien que nunca tendrás, pero dolía el hecho de que él te quiere y no hará nada al respecto. Además de eso,  debe lidear con el hecho de que hay un prostituto colgando de él como las moscas y eso no está ayudando.

La casa solariega es tensa, oscura y pesada. Muy parecido a la mente y corazón de Nu New. Al menos en la mente del esclavo lo es. Cada vez que dobla una esquina el terror lo llena ante la idea de encontrarse con Zee.

Fue su elección.

Fue su decisión terminar con el juego.

Sin embargo el dolor nunca desaparece. Fue su elección, entonces, ¿por qué le molesta tanto? ¿Él está molesto o está demasiado ocupado con Saint para darse cuenta?

—Nu New...

El menor se sobre salta una vez más, ojos brillantes buscando la voz del dueño. Perth lo está mirando con preocupación.

—¿Lo siento?
—Jesús, amigo. Eres como un zombie. Debes enfocarte en trabajar para que puedas terminar de pagar tu deuda y podamos irnos. Entonces ya no tendrás que preocuparte por ese idiota, ¿de acuerdo?

Nu New quiere cortar amablemente a Perth por estar usando esa palabra. A él realmente no le gusta palabra, pero Perth está enojado y francamente Zee estaba siendo un poco asqueroso, pero su papá lo golpearía en la cabeza con un periódico enrollado si lo atrapara diciendo palabras poco sofisticadas.

—Supongo. —Dice encogiéndose de hombros. Perth suspira y lo acaricia en la espalda alentadoramente antes de volver a apilar los platos limpios en el armario.
—¿Sabes qué? Voy a terminar esto. Deberías ir a acostarte o algo así.
—Pero se supone que debemos hacer esto juntos.
—No te preocupes, siempre y cuando se esté cortando la deuda que tienes y nos larguemos de aquí. —Reacciona. —Hablando de eso. ¿Sabes cuánto debes?
—Oh.. uhm... ahora que lo pienso, no lo sé.
—Bien, descansa un poco y averígualo más tarde. 
—Perth, no debería...
—No, ve... vete.

Nu New suspira y asiente, sabe que luchar contra Perth era como tratar de caminar a través de una pared. 'imposible.' Él arrastra sus pies por el pasillo, buscando sin pensar su habitación. Ni siquiera siente que está caminando, para ser honestos.

Todo en él se siente como un peso muerto. Sus extremidades son como bloques de cemento arrastrándolo hacía el abismo de la angustia. No importa cuantas veces sus pies toquen el suelo, no lo sentía. Solo siente el sordo dolor en su pecho.

Cuatro días de oscuridad y apenas un destello de luz. Perth ha sido lo suficientemente solidario. La mayoría de las veces solo maldijo a Zee en ráfagas de cinco horas. Otras veces el simplemente frotaba a Nu New y limpiaba sutilmente sus lágrimas húmedas que  el menor ni siquiera se daba cuenta que se han caído hasta que le gotean por la barbilla.

Está en un lugar entre la agonía aplastante del alma y el desamor sin vida. Definitivamente se siente que alguien clava un cuchillo caliente en el pecho y que lo tuerce sacándolo dolorosamente antes de empujarlo otra vez.