CAPÍTULO 9: Manejando negocios.

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Las puertas del restaurante eran increíbles. Antes de llegar a los escalones color blanco, había una compuerta de bronce y hierro que se abría hacía adentro. Caminaron hacía las puertas, el cristal pintados con intricados marrones y dorados.

Encima de las puertas espolvoreadas con una laca brillante estaba "L'Osier" en letras grandes. En el interior había un hombre exquisitamente vestido con un traje blanco.

Zee intercambio palabras con el hombre en Japonés y el anfitrión se inclinó, llevándolos al interior del restaurante.

Nu New debería saberlo por la gran mansión, el lexus negro, el avión privado, el hotel caro y los trajes de diseñador que el señor del crimen luce. Nu New apreciaba las cosas buenas de la vida, pero este restaurante era otra cosa.

Entrando al comedor principal, el joven estaba atónito por el magnifico interior beige relajante, broncado y bosque fueron ejecutados de forma hermosa en todo el piso, en el techo tenía una circunferencia que colgaba un candelabro brillante para iluminar de forma elegante el lugar.

Las luces centellaban, rebotando en las mesas blancas y en las finas placas de porcelana. Bueno, el joven esclavo se sentía mal vestido. Nu New miró su atuendo inseguro, el mayor le había dado una chaqueta, pero era dolorosamente obvio que la ropa no estaba hecha a su medida. Además parecía incómodo cayéndose de sus hombros y teniendo que arrastrar sus pies.

No parecía ensamblado de manera experta como los señores del crimen. El anfitrión los llevó a la parte posterior hacía un conjunto de puertas de bambú, haciendo un gesto hacía ellos con una profunda reverencia. Max abrió la puerta permitiendo que Zee entrara primero, Bas, Nu New y finalmente él.

Había una mesa circular  dentro de la habitación privada, eran tres hombres bebiendo un poco de vino junto a la mesa. A penas vieron la entrada de los cuatro, sonrieron y se pusieron de pie.

—Panich Nāy (Señor Panich). —Saludó. El señor del crimen se acercó sacudiendo la mano del hombre.

—Señor Yamamoto. —Saludó tambié. Intercambiaron algunas palabras más y se sentaron. Nu New estaba torpemente parado, sin saber donde sentarse o si incluso debería sentarse. —Estarás a mi lado. —Susurró Zee en su oído haciendo que su piel se erizara, pero asintió.

Bas estaba a su lado mientras que Max (afortunadamente) estaba a lado del señor del crimen.

—¿Qué tal mi tailandés? —El señor Yamamoto soltó una carcajada. Nu New se sorprendió de que sonara tan fluido. Todavía había un acento obvio cuando hablaba, pero era suave y tenía buena pronunciación. 
—Mejor de lo que estaba la última vez. —Bromeó Max. El japonés asintió y comenzó a reír.
—¡Joder! Si fue bastante malo. —Comenzó a reír de nuevo. —¿Cómo has estado mi señor? —Continuó. Zee se reclinó en su silla, enlazando sus manos en su regazo y cruzando sus piernas. Nu New reconoció su "postura de negocios" lo había hecho algunas veces frente a él y había visto la dinámica. 
—Bien, tan bien como se puede. —Respondió el hombre de cabello oscuro. La sonrisa en la cara del mayor pronto cayó en una expresión en blanco. —No me impresionó el señor Takashi. —Una aire frío comenzó a recorrer el lugar donde estaban, haciendo que todos se congelaran. Suena enojado y bueno... el tipo había querido robarle.
—Sí. —El señor Yamamoto asintió sintiéndose incómodo. —Escuché lo que pasó, pero comamos y dejemos los negocios para más tarde, ¿sí? —Zee lo miró por un momento con su expresión en blanco, después de un par de segundos asintió.

Un equipo de tres camareros entraron a la sala VIP, repartiendo menús finamente bordados y embellecidos. Nu New tomó el menú con los ojos desorbitados cuando vio los símbolos desconocidos...

The Sins Of The FatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora