CAPÍTULO 7: Un hombre muy confuso.

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—¿Qué haces?
—Relájate. —Zee se rió entre dientes. Su cálido aliento enviaba escalofríos al cuerpo de Nu New. Era como si cada parte de su cuerpo fuera hipersensible al señor del crimen y a sus toques. —Ya te lo dije. —Comentó frotándole la mejilla con su pulgar. —No estoy para tales actos... pero creo que no querrás caminar con eso. —Agregó, mirando hacía la entrepierna del más joven.

El joven se ruborizó de la vergüenza vio su medio bulto con vida en sus pantalones.

—No. Puedo tomar una ducha.  —Dijo tragando saliva cuando los dedos de Zee pasaron por su cuello, presionando una de las marcas rojas que había dejado allí.
—Ah, ¿pero entonces donde estaría la diversión? —Bromeó. Su lengua se posó en la marca, tomando la piel entre sus dientes y mordisqueando suavemente. Nu New jadeó, arqueándose y estirando el cuello hacía atrás para darle un mejor acceso a la fiesta en la que estaban participando.
—No quiero...
—No lo haré. —Le aseguró y mordió con más fuerza la abusada marca. —Pero te haré sentir bien. —Su cuerpo lloraba por la anticipación mientras su mente estaba teniendo un ataque pánico. No estaba seguro de que esperar, pero ya estaba atrapado, no había vuelta atrás.

Volvieron a juntar sus labios, el contacto entre sus bocas se volvió desordenado y necesitado. El joven inhalo bruscamente al sentir que su cadera se movió una vez más. Esta vez no estaba tan asustado, pero su mente tenía dudas. Dijo que no...

Debido a que ambos hombres llevaban pantalones, el desplazamiento de sus entre piernas provocó una fricción deliciosa que quemaba el cuerpo de Nu New. Las manos de Zee se deslizaron hasta sus muslos, sosteniéndolo en su lugar, mientras él establecía un paso lento pero satisfactorio entre ellos.

El joven lloriqueó en la boca del mayor mientras las ganas de ser tocado corría desenfrenadamente por su cuerpo.

—Hmm... —El joven gimió, tomando la lengua del señor del crimen en lo profundo de su garganta. Zee continuaba con sus movimientos dulces y tortuosos, su cadera chocando contra la suya. Cada vez que él iba contra su entre pierna, podía sentir su propio miembro palpitante. Ahora estaba muy duro y se estremeció cada vez que sentía a la impresionante punta del mayor rozar la suya. Su pulsación era dolorosa.

El señor del crimen atrajo la cadera de Nu New hacía adelante, teniendo sus dos miembros aún más cerca. El joven no recordó cuando su cadera empezó a dar vueltas, haciéndola coincidir con la de Zee, pero por Dios, el joven lo sentía tan bien.

Con su nueva confianza, el joven reflejó la acción que Zee había hecho. Tomó temblorosamente los labios del mayor entre sus dientes, mordiendo con cautela. Su esfuerzo fue recompensado  cuando un gemido ahogado dejó los labios del de cabello oscuro.

¡Golpe!

Nu New soltó un gemido entre cortado,sintiendo sus muslos arder. Su piel se erizó, Nu New entrelazó sus dedos alrededor del cuello de Zee, manteniendolos firmes mientras continuaban. El joven tuvo que aferrarse, sus movimientos se hicieron tan poderosos y erráticos que la silla temblaba.

Sus labios se movían entre si, pero no podían unirse en un beso caliente. Ambos estaban jadeando demasiado, su actividad actual los dejaba sin aliento. La cadera del señor del crimen se sacudía contra la suya, la silla rodeando chirriaba baso su peso.

Entonces de la nada Nu New sintió presión en su estómago y jadeó. Se sentía como si tuviera la necesidad apremiante de orinar, así que trató de separarse, pero Zee no lo dejó alejarse ni un centímetro.

—Tengo que ir al baño. —Suspiró con voz temblorosa.
—¿Sientes una presión? —¿Cómo lo sabía? El joven asintió tembloroso.  Zee rió entre dientes. —No tienes que ir al baño.
—Pe-pero...
—Dale unos minutos. —Dijo lamiendo su labio. Nu New gimió, pero asintió. La necesidad para ir al baño comenzó a ser más intenso, pero le gustaba. No, tachen eso. Le encantaba. sus entrañas comenzaron a temblar, sus pantalones y sus gemidos se hicieron más cortos y necesitados.

The Sins Of The FatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora