CAPÍTULO 43: Tickens.

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Permanecer estupefacto es lo único que el menor podía hacer en esta situación. Ve a su padre ser arrastrado por dos miembros, pero su cerebro no ha terminado de procesar el hecho de que su padre esté aquí, exigiendo su presencia para Dios sabe qué... y lo peor de todo es que está involucrado en algo con el hombre que es responsable de la muerte de Ji Soo.

"Solo... ¿qué está pasando?"

Bas muerde su labio mientras lo arrastra hacía las mazmorras, un pequeño salto en su paso hace que Nu New se estremezca y ahora está tratando de descubrir lo que realmente está sucediendo. Zee acaba de lanzar otra bomba de información informal.

—¿Qué demonios fue eso? —Chilla, volteándose hacía Zee. El señor del crimen se ve enojado. No,  Cabreado-Zee no tiene nada que ver con este Zee. Si alguna vez hubo una razón para crear una nueva palabra en el vocabulario para enojar ahora sería el momento.

Sus ojos están casi negros y su mandíbula está bloqueada. Toda su aura está más allá de la oscuridad, es pesado, casi sofoca a los demás en la habitación con lo tenso y combativo que parece. Todo el mundo parece nervioso, temeroso de hacer movimientos repentinos y arriesgarse a sentir la furia de Zee.

—Zee, ¿qué diablos estaban hablando mi padre y tú? —Nu New lo intenta de nuevo en vano. El mayor solo resopla bruscamente, cambiando su estrecha mirada hacía el más joven. El otro siente que se debe estremecer ante la oscuridad que se arremolina en sus orbes, pero no le tiene miedo a Zee. Debería, pero no lo hace.
—No te molestes con eso. Déjalo ser. —Refunfuña profundamente. Su voz es más áspera de lo normal, más intimidante y firme. Zee chasquea los dedos y los otros señores, excepto Bas lo siguen inmediatamente. Pasa junto a él sin decir nada más, los cinco hombres salen corriendo por la sala del vestíbulo.

Nu New quiere seguir presionando. Siente que Zee ya está empezando a reconstruir sus paredes que se rompieron recientemente. Por una vez entiende porque lo hace en primer lugar, pero no cambia el hecho de que nada cambiará sin progreso.

Zee no puede cortar las cosas a las que le teme o le importa por el resto de su vida. Tiene que terminar en algún lado y Nu New está más que dispuesto a ser ese apoyo. Sin embargo, él no sigue a los señores.

Decide darle a Zee un poco de espacio, especialmente ahora para hablar con el mayor más tarde y así no lo dejará libre de él. En este momento Zee no estaba listo para dar respuestas, así que decidió ir a la fuente de todo.

Con un giro rápido sobre sus talones se desliza fuera de la habitación del vestíbulo hacía donde su padre fue arrastrado. Si Zee no quiere hablar con él, tendrá que encontrar sus respuestas en otro lado.

Los guardias en la puerta lo miran mientras tratan de pasar. —Déjame entrar, ese pedazo es mi padre. —Nu New exige al instante, empujando con facilidad. No ha estado en las mazmorras desde su primer día en la mansión y tiene que decirlo. Zee aparentemente tomó su consejo, el piso ya no era repugnante, el olor pútrido del olor corporal y el vómito se ha ido. Huele un poco como  una habitación que ha estado cerrada por mucho tiempo, pero no es insoportable.

El aire se siente más limpio. Todavía es increíblemente oscuro para una habitación, por lo que Nu New tiene cuidado cuando entra. Ve personas en algunas celdas, preguntándose en que lugar está y la pregunta cae tan pronto se encuentra con una cara familiar en la celda que solía estar atrapado.

Se ve deprimido.  Su cabello grasiento le cae en la cara, ha pasado demasiado tiempo desde que le cortaron el cabello. Sus ojos inyectados en sangre y sus parpados están cubiertos de ansioso sudor. Hay bolsas pesadas y oscuras debajo de sus ojos tan mal que parece que lo han golpeado o tal vez ya lo hayan hecho.

The Sins Of The FatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora