CAPÍTULO 12: Sonríe.

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—Apúrate, date prisa. —Soltó Max chasqueando los dedos con impaciencia. Nu New frunció el ceño dándole una mirada desagradable al más alto antes de ponerse los pantalones que le había proporcionado.

Cuando se levantó en busca del mayor, le molestó encontrar a Max sentado en una silla junto a la cama en lugar de Zee. 

—Ya voy. —Se apresuró a vestirse.
—Para hoy. —El hombre de cabello rizado resopló.
—Ya voy, ya voy. —El joven bufó. Se terminó de poner la ropa y se dirigió al encuentro del señor. Todavía no había visto a Bas , Zee o Nat, solo a Max, lo que francamente no ayudó a su mal humor. Estaba ansioso estando solo en la habitación del último piso de la habitación y tratar con el malhumorado de Lord Max  realmente no estaba ayudando.
—Dios, no se porque tengo que cuidarte. —Resopló el más alto caminando hacía el ascensor con el esclavo a cuestas.
—Yo tampoco. —Nu New resopló. —¿Dónde está Zee?
—Manejo de negocios con Bas y Nat. —Respondió. —Se supone que debo llevarte al centro.
—¿Yo? ¿Por qué?
—De acuerdo con Zee, debo llevarte de turismo, comprarte lo que quieras o lo que sea. —Suspiró Max. —Dijo que no escatimaras, que esto no se involucraría con tu deuda.
—¿Por qué? —El joven frunció el ceño.
—No hago preguntas cuando Zee me dice que haga algo. —Dijo el alto, presionando el botón del loby. —Me dijo que llevara a una visita turística y es lo que haré.
—Bueno, ¿y él?
—no sé, llamará si necesita algo. De todos modos, es probable que cuando se desocupe, estemos en el avión.

Nu New frunció el ceño cruzando los brazos. Zee no estaba en la cama cuando se había despertado, a pesar de saber que el mayor se había quedado dormido con él la noche anterior. No había rastro del hombre de cabello oscuro, dejándolo molesto y curioso sobre a donde iba.

Sabía que probablemente no había terminado su trabajo de ayer, basándose en que Bas había tenido una etapa de modo psicópata total, pero aún así. Sabía que Nu New no estaba cómodo con estar solo. Al menos pudo haberse quedado hasta que el joven saliera del vestíbulo.

¿Y qué con ese viaje repentino improvisado? Zee nunca dejaba a Nu New a más de diez pies de su vista, ¿pero ahora iba a dejarlo jugar en Tokio con Max? Las preguntas del por qué inundaban su mente.

Bajaron al vestíbulo en donde el auto los esperaba, el joven se sorprendió al ver  a un conductor en el asiento delantero.

—No puedo conducir aquí, solo Bassie puede. ¿A dónde quieres ir?
—No sé, nunca he estado en Tokio. —Soltó Nu New. —A cualquier lugar, supongo.
—Bueno, ¿Qué te gusta? ¿Museos? ¿Santuarios? ¿Parques? ¿Compras?
—Creo que un santuario seria genial. —Sugirió el joven. Max tocó al conductor diciéndole algo en japonés y el coche comenzó a avanzar.

"Hombre, realmente necesito aprender japonés"

Max  se parecía a Zee, siempre con la cara pegada al celular. Nu New suspiró mirando por la ventana. Era aburrido y lo único ruidoso era el sonido del teclado.

El más joven admitía fácilmente que extrañaba la presencia de Zee, incluso si era un idiota temible que logró hacer que Nu New se derritiera e hirviera al mismo tiempo. Se enfurruño en el asiento trasero, suspirando mientras miraba el paisaje, no se podía responder el porque lo extrañaba tanto. Él era un maldito idiota.

El viaje en automóvil duró unos veinte minutos, no estaba mal dado el tráfico en Tokio. El auto se detuvo en un edificio grande, con techos puntiagudos y un acabado de memoria.

—¿Dónde estamos?
—Este es el santuario Meiji, vamos. —Dijo Max saliendo del automóvil. El joven lo siguió tomando las escaleras lentamente para disfrutar de la vista. Había hermosos árboles esparcidos a lo largo de su camino hacía la parte superior de las escaleras.

The Sins Of The FatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora