CAPÍTULO 24: No me gustó.

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El menor se despertó una hora después, pero Zee todavía estaba hablando por teléfono, su profunda voz teñida con un poco de sueño. Es obvio para Nu New que estaba cansado ya que su tono era cada vez molesto conforme más hablaba y hablaba en inglés, así que el joven no tenía ni idea de lo que estaba diciendo. Pudo captar ciertas palabras y frases, pero en general estaba perdido, Zee lo miró cuando notó que el cuerpo en su regazo se movía y levantó una ceja. El menor parpadeó hacía él antes de plantar su mejilla sobre su pecho.

Sus manos jugaban con las del mayor, doblando su meñique sin pensar mientras  retorcía el anillo de esqueleto en su dedo. Sí,  estaba bastante aburrido, pero para empezar él quiso venir aquí.

Estuvo tentado de preguntar si podía explorar mientras Zee hablaba, pero dudaba que realmente obtuviera permiso para hacerlo.

A veces la gente entraba con papeles en mano y se sobresaltaba al ver al esclavo en el regazo de su jefe, pero nadie decía nada. Le hizo preguntarse si conocían su verdadera conexión con el señor del crimen, era un poco incómodo verlos mirar tan descaradamente.

El hombre de cabello oscuro comenzó a jugar inconscientemente con él, a veces haciendo que Nu New persiguiera sus dedos y los enroscara con fuerza alrededor de los suyos. El menor rió. El pecho del mayor vibró suavemente, pero seguía concentrado en su llamada telefónica.

Eran casi las cuatro de la mañana y el joven sentía que la fatiga comenzaba a apoderarlo lo nuevamente. Sus ojos se cerraron pero no se durmió. Se quedó con los ojos cerrados, escuchando la constante corriente de palabras roncas de Zee y la subida y bajada su pecho mientras respiraba.

Después de otros treinta minutos más o menos, Zee finalmente terminó la llamada. Nu New se sobresalto al escuchar el sonido del teléfono arrojado al escritorio. El mayor se frotó los ojos mientras suspiraba, arrugando la nariz de una manera que Nu New pensaba que era adorable.

—¿Ya terminaste? —Preguntó.
—Sí. —Respondió luchando con un bostezo.
—¿Entonces que sigue?
—Ahora volveremos a la mansión. —Dijo Zee parándose y llevándose al menor con él. Nu New forcejeó cuando sintió que su peso corporal era levantado fácilmente de la silla y de repente se colgó del mayor. —Tienes pies.
—Cierto. —Se soltó mientras sus pies caían en el suelo. El señor del crimen tomó su teléfono y algunos documentos del escritorio antes de hacer pasar al joven por las puertas de su oficina. Había todavía sorprendentemente gente en el edificio, algunos hablaban por teléfono y otros escribían furiosamente con la esperanza de cumplir sus plazos, sin duda su jefe era estricto.

Dentro del auto, Max tenía los pies levantados sobre el volante mientras jugaba POU en su teléfono.

—¿Hecho? —Preguntó cuando se abrió la puerta. Zee asintió sin decir nada, sus ojos una vez más pegados a su teléfono. "Estúpido teléfono.

Nu New estaba sentado a su lado, mirando fijamente a nada en particular. Era tranquilo, pero no tenso ni nada, Max por primera vez no había dicho nada, ni hizo ningún comentario sarcástico ni ha irritado el esclavo hasta el punto de que intenten zafarse los ojos. Zee estaba en silencio, más concentrado en lo que sea que estaba leyendo en su teléfono.

—Max, llevanos a Chiang Mai. —Anunció de repente, metiendo su dispositivo móvil en sus jeans negros. El más joven levantó la cabeza la cabeza hacía el señor del crimen sorprendido.
—Pensé que habías dicho que íbamos a  volver a la mansión. —Frunció el ceño.
—Eso hice. —Murmuró el señor. —Pero cambié de opinión.
—Bueno, ¿por qué vamos a Chiang Mai?
—A visitar a un amigo. —Es todo lo que dijo, Nu New se quejó cruzando los brazos. —Estás enojado, deja de estarlo.
—No estoy enojado, solo estoy molesto.

The Sins Of The FatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora