El Dios Xelor, se encontraba con todos los mortales o mejor dicho, semidioses, en su mayoría.
—Respondiendo la duda de la pequeña Elely, nosotros tenemos denegado ayudar más de lo necesario a nuestro mundo. Nuestro poder puede beneficiario como perjudicarlo, pero sería más perjudicar que otra cosa.—dijo el Dios.
—¿Y eso por que?—pregunto confundido Flopin.
—Díganme, si a alguien le damos todo y le resolvemos cada uno de sus problemas, sin excepción, ¿que crees que pasaría? Nuestro mundo se haría muy dependiente de nosotros, ustedes no les daría importancia a nada, nisiquiera a sus problemas, por qué ya estaríamos nosotros para resolverlos. Si hiciéramos eso, su existencia no tendría valor alguno, por qué no podrían cambiar nada al no poder hacer nada. Por eso no intervenimos en el mundo, para que sean independientes y tengan sus propias metas, pero para eso, la desgracia también tiene un lugar importante, nos hace ver lo que en verdad importa. Pero eso no quiere decir que para nosotros no tienen importancia, la tienen, ya que nosotros le dimos vida a este mundo.—reveló el Dios Xelor, quien giro su rostro hacia Yugo ahora.—Pero está vez, debemos buscar una alternativa para no romper esa regla completamente. Ustedes son héroes, ¿podrían hacerlo?—pregunto el Dios.
—Pero, no sabemos de qué hablas, Dios Xelor.—dijo Yugo, el Dios Xelor dejó de flotar para ponerse en el suelo, atrás de él, había un portal, ya que ellos revelaron de que querían volver al Mundo de los Doce.
—Un mal se avecina, Yugo el selatrop. Aún están lejos, pero calculo que en unos años podrían ya estar aquí.—el Dios alzó su mano revelando el Krozmos, donde una especie de nave estaba ahí, era rojiza.—No se cuáles serán sus intensiones, pero deben estar preparados, Hermandad del Tofu.—agregó el Dios.
—¿De cuantos años hablamos, Dios Xelor?—pregunto Eva, mientras abrazaba más fuerte a su bebé.
—No puedo decirlo con seguridad. Pero no se preocupen mucho sobre eso, mortales. Por ahora, solo vuelvan a casa y sigan con sus vidas.—dijo el Dios, señalando al portal. Todos comenzaron a pasar por él, pero el Xelor no dejó irse los ultimos, es decir a Yugo y a Adamai.—Ustedes no pequeño selatrop y su hermano dragón, debo hablar aún con ustedes, en especial contigo Yugo.—reveló el Xelor dejando su mano en el suelo para que Yugo y Adamai subieran.
Fue un salto grande, pero no le costó nada al Dios, ya estaban ahora en su dimensión, la dimensión del Dios Xelor, donde se podía ver como mucho relojes hacían tik tak.
—Bien, llegamos. Bienvenidos a mi dimensión, Yugo y Adamai.—pronunció el Xelor, para luego tomar una apariencia más pequeña, cosa que sorprendió a Yugo.—Como dije, no se de cuanto tiempo hablamos, pero hay que estar preparados por si vienen.—agrego el Xelor y Yugo levanto una ceja.
—Entonces, ¿por que enviaste a todos al mundo de los Doce?—pregunto el selatrop.
—Por que ellos, no necesitan un entrenamiento Yugo, tu si. Tu cuerpo apesar de los años, aun conserva una apariencia joven, pero esto supone una desventaja. He estudiado muchas cosas aqui en mi dimensión y a ustedes también, cada libro que ves aqui contiene información de antaño. Y en cada uno de ellos, es lo mismo, un selatrop joven nunca podra ser igual a un adulto.—dijo el Xelor.
—¿Es por la experiencia?—pregunto Yugo.
—No es asi, hermano. Un selatrop adulto crea mas Wakfu en su cuerpo. Aunque domines tus poderes, nunca llegaras a ese nivel.—pronuncio Adamai.—Recuerda a Qilby, él podia hacer mas cosas, pero asumo que no nos enseño todo.—agrego Adamai.
—Qilby... también poseo información sobre él, aunque solamente son libros de leyendas y nada mas, dicen como lo venciste, pero solamente eso, que la Hermaldad del Tofu triunfo.—dijo el Dios Xelor.—Pero su hermano tiene razón, joven selatrop. Un selatrop adulto tiene poderes tan únicos, son tan poderosos como su hermano dragón. Pueden sentir con mayor influencia el Wakfu, incluso no tienen que concentrarse para verlo. La creación de portales supera a la imaginación, pueden crear millones y su Wakfu no se veria alterado, pero hay mas...—revelo el Xelor, Yugo miro a Adamai y supo en su mirada de que era verdad todo eso.
—Pero, es imposible que crezca en unos años, mi cuerpo no a cambiado nada. En cambio Adamai...—dijo el selatrop.
—Yo use los Dofus Selatrops para avanzar mi crecimiento y que fuera permanente.—dijo el dragón.
—Que bien, ahora ni tenemos los Dofus ni nada.—dijo Yugo cerrando los ojos abatido.
—No se rinda aún pequeño selatrop, yo le ayudare a sacar todo su potencial.—pronuncio el Dios Xelor.
Amalia y todos que se encontraban en el mundo de los Doce se sorprendieron al ver que Yugo no salia del portal y tampoco Adamai.
—¿Estara bien Yugo, papá?—pregunto Flopin preocupado por su tío.
—No se preocupen, aunque no me caiga muy bien, el Dios Xelor es muy inteligente. Asi que no se preocupen por él, mejor volvamos, por lo que se Pipun necesitara ayuda para reparar su casa.—dijo Gúltar con una sonrisa.
—¡Si, el tío Gúltar vendra con nosotros!—gritaron Flopin y Elely.
—Si quieren puedo ir con ustedes, Eva.—pronuncio la sadida.
—No, Amalia, mejor vuelve al Reino Sadida. Yo ire cuando pueda para visitar al Rey.—dijo la ocra.
—Cierto, papá... Cuidate entonces.—pronuncio la princesa, quien volteo a ver a Dathura.—¿Vendras conmigo? Tengo el presentimiento de que alguien te extraña mucho por allá.—agrego.
—Ogrest... pero, después de todo lo que le hice sufrir... aún... yo...—Dathura callo, se sentia avergonzada, ella nunca hubiera deseado eso para él.
—Ve, Dathura, nosotras te acompañaremos si quieres.—pronuncio Kali mientras sujetaba de la mano a Kaskarina.
—Cuando terminemos de ayudar a mi padre, ¿podemos jugar Kaskarina?—pregunto Elely.
—¡Claro!—respondio la osamodas.
—¿Y ustedes que haran?—pregunto Gúltar a Black Bump y Ush.
—No estaria mal ir a Bonta o a Astrub, sera divertido hacerle una visita a mis hermanos.—bromeo Ush entre risas.—Vamos, Bump, seguro podras tener los calzones de Kriss el Guarro.—agrego Ush, caminando al lado de Bump.
Los demas no opinaron nada al respecto sobre lo dicho.
—¡Buena suerte, Elely y Flopin!—grito Kaskarina en forma de despedida.
—¡Cuidate, Kaskarina!—grito en respuesta Elely.
—¡Adios, mocosos!—grito Ruel entre risas.
Al final toda la familia Percedal se fue junto a Gúltar.
—Entonces, Ruel, ¿vendras?—pregunto Amalia.
—No, aunque sin duda me gusta su bien extensa gastronomia, creo que Arpagona y yo debemos hablar y recuperar el tiempo perdido.—dijo Ruel con una sonrisa, Arpagona se soprendio pero sonrió contenta ante esto.
—Quien lo diria del tacaño de Ruel, es un gusto conocerte, Arpagona. Pasen a visitar cuando quieran.—dijo Amalia con una sonrisa.
—Igualmente, bien Ruel mio, nos vamos.—pronuncio la mujer y asi fue como la pareja de anutrofs se fueron.
—Vayamos al portar Zaap.—dijo Amalia, el aire se sentia ironicamente mas ligero y fresco, sin duda se sentia bien sentir denuevo a la naturaleza, a Dathura le pasaba lo mismo, al final, la naturaleza en la torre de Oropo solo era una representación de su alma, es decir que eran falsas.
Fue asi que la Hermaldad del Tofu, se separo, mientras aun tenian la preocupación de por que Adamai y Yugo aun se quedaron en el Inglorium.
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La semilla de un Dios. [Wakfu]
RandomMuchos piensan que el Dios Sadida no tuvo un hijo, aparte del que nació del Dios Yopuka y Lacrima, su muñeca. Pero la historia que te contaré nadie, absolutamente nadie la conoce. Es una historia vieja, que era un simple rumor que se fue olvidando p...