Capítulo 45: Zurcalia, la dimensión divina.

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Después de tener la charla en la posada y llegar a un acuerdo, todos se retiraron a sus habitaciones para prepararse para la gran batalla.

Si lo que contaban los rumores era cierto y si lo que decía el señor Ciross era cierto, debían preocuparse y estar precavidos. Por suerte en el equipo habían dos ocra, quiénes estaban pensando en un plan para poder derrotar a Ciro Momore con solamente la información que poseían.

—Es muy poca y algunas pueden no tener veracidad, mamá.—dijo Flopin, con una mirada muy concentrada.

—Es cierto, ¿cómo podemos hacerle frente si además tiene un Dofus?—dijo la ocra de ojos verdes.

—¡Pues muy simple! ¡Al estilo más único, el estilo yopuka de la familia Percedal!—grito Elely con una sonrisa mientras lanzaba golpes al aire.

—Podemos usar el factor sorpresa, mamá.—dijo de repente llamando la atención de la ocra.

—¡Tienes razón! Podemos usar el terreno a nuestro favor, lo importante es tomar el Dofus y listo.—pronuncio Evangelyne con una sonrisa.—Es un buen plan, digno de mi pequeño.—halago la ocra, mientras Elely mostraba una cara de asco por eso.

—Niño de mami. Ugh, asco.—dijo su hermana.

Pero Flopin no le presto atención a esto.

—Vamos, aún puedes usar el estilo yopuka, Elely.—animo el pequeño ocra a su hermana melliza.

Está un poco renuente terminó sonriendo, mientras alzaba al pequeño Pin entre sus brazos.

—¡Vamos, Pin, a reventar cabezas!—grito la yopuka, Pin respondió soltando unas risas divertido. Aunque seguro el bebé no entendió para nada a su hermana mayor.

—El plan es bueno, sin duda.—dijo Ciross, entrando en la conversación de repente.—Pero debemos estar preparados para cualquier cosa.—agrego él.

—Oh, vamos, no te preocupes, Ciross. Contamos con unos fuertes semidioses.—dijo el rey despreocupadamente.

Ciross se sorprendió al oír esto.

—¿Ellos son semidioses?—pregunto, Evangelyne se sorprendió por esto.

—¿Amalia le contó, su majestad?—preguntó la ocra apenada.

—Bueno, en su mayoría fueron sus hazañas, las de la Hermandad del Tofu. Después de todo vencer a Ogrest es algo que da de hablar, ¿no cree?—respondio el rey, con una sonrisa.

—Oh, los héroes de la Hermandad del Tofu, sin duda he oído hablar de ustedes. No creí que los conocería.—dijo Ciross.

—¡Bueno, muchas cosas no se esperan pero pasan, forjalanza!—grito Tinta Negra, levantando su tentáculo.

—Por cierto, ¿no les preocupa acompañarnos?—pregunto Eva mirando a Elena fijamente.

—La verdad si, pero nosotros no somos de abandonar cuando alguien necesita una mano... o un tentáculo, o varios...—dijo Elena.—Bueno, por lo que escuché este Cire Momore es alguien de temer, ¿no? Me preocupa que podamos contra él.—agrego la pirata.

—No te preocupes, ladrona de mar.—dijo Frida en su traje steam.—Ese Cire Momore conocerá todo nuestro calibre. Además de nuestro extenso arsenal.—agrego entre risas la mujer.

—No te preocupes, Elena. No dejaré que nada te suceda, confía en mí.—dijo el General, apoyando su mano en el hombro de la fémina para darle consuelo.

Elena no pudo evitar sentir su rostro arder, apesar de no ver el rostro de ese hombre, ella se sintió conmovida por sus palabras.

—¡Oye! ¡Ni se te ocurra echarle ojitos a mi hija!—grito el molusco con un evidente enojo en su rostro.

La semilla de un Dios. [Wakfu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora