Capitulo 38: Sir Tristepin de Percedal, el legendario héroe eterno.

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Tanto Wakfu en un simple y ovalado huevo, tanto poder en una sola cosa. Así de poderosos son los Dofus en si.

Pero eso parecía no compararse con la furia que desprendía ese selatrop, Qilby parecía furioso, completamente fuera de sí.

—¡DÁMELA, DÁMELA, DÁMELA! ¡DAME A MI HERMANA, MALDITO YOPUKA!—grito el selatrop, corriendo con su guadaña en mano, parecía que de sus ojos salían cantidades extremas de Wakfu, haciendo que la cicatriz que le dejo en la cara Baltazar se viera más escalofriante.

Todo Qilby en si era escalofriante, pero está vez parecía...

¿Un dragón?

Si, o más bien un monstruo.

—¡Maldición!—grito Pinpan, esquivando el ataque, por poco y ni lo cuenta...

—¡DÁMELA, MI HERMANA, DAR! ¡¿QUE TAL ESTÁS QUERIDO HERMANO CHIBI?! ¡¿BALTAZAR, NO TE SIENTES UN POCO MUERTO?! ¡TU CABEZA, TU CABEZA!—Qilby ya no parecía para nada cuerdo, parecía hablar de muchas cosas como si no estuviera del todo consciente de la pelea.—¡TE ARRANCARÉ A TI TAMBIÉN LA CABEZA!—agrego él y denuevo se tiro contra el yopuka, con una fuerte sacudida de esa guadaña de Wakfu, hizo que un gran corte se formará en el pecho de Pinpan, este tuvo que retroceder y alejarse de Qilby, terminando así donde Adamai estaba perdiendo cada vez más Wakfu, Qilby no lo dejaba morir, pero le quitaba el Wakfu para que no pudiera darle pelea.

Pinpan vio esto, tal vez no haya tenido mucho tiempo con Adamai, pero lo consideraba parte de sus amigos, después de todo, si Yugo confiaba otra vez en su hermano, él también confiaría en él.

Volteo a ver la pelea, sentía su sudor resbalar.

Vamos, ¿donde estaba esa emoción que sentía al pelear?

No, sin duda la sentía, pero algo más sentía aparte de la emoción de irse a los puños contra Qilby.

Preocupación.

Sentía una enorme preocupación.

¿Que pasaría si...?

¿Si esta batalla no la contaba?

Si moría aquí, ¿que sería de Eva y los niños?

Antes de que sus pensamientos tomarán un camino que nunca imaginó que pensaría, sintió como alguien tomaba su brazo. Para sorpresa de él, era Adamai.

—M-Mira, no estaré mu-mucho tiempo consciente. Ese maldito está tomando mi Wakfu, pero... te daré lo que me queda a ti, úsalo bien, ¿si? Ni se te ocurra morir, tonto yopuka.—dijo Adamai con una sonrisa torcida.—Ahora ve y dale una buena paliza a ese imbécil.—agrego el dragón. Pinpan abrió sus ojos sorprendio al sentir denuevo esa sensación, más...

Más Wakfu, tanto que sentía como se desbordaba. Sus pupilas tomaron un color amarillento y su aura de dios se hizo presente, además que sus manos se impregnaron de un color azulado, parecía similares a las marcas de Yugo, pero eran un tanto distintas por qué no estaban por toda su piel.

Rubilax sentía que se quemaba, pero no le preocupaba, ahora mismo podía sentir una emoción muy fuerte en su portador.

Esa emoción que cada yopuka tenía, pero está era más grande que la de ningún otro.

—¡HARÉ QUE ESE BASTARDO PAGUÉ!—grito Pinpan con una voz furiosa.

Ahora sí, la pelea comenzaba.

—¡DEVUÉLVEME A SINONOME, MALDITA ESCORIA!—grito Qilby y una pila de portales comenzaron a aparecer, eran más, muchos, demasiados. Era como si la habitación en si fueran portales.

Pinpan tomo fuertemente a Rubilax, está vez era una espada, una grande llena de un aura dorada con mucho Wakfu escapándose por todas partes.

Pinpan no se movió, esperaba el ataque del loco, cuando por fin Qilby salió de uno de los portales este se encontraba cerca de Pinpan, a su lado derecho.

Tal vez Qilby se confió de más, pero Tristepin fue capaz de darle con su espada, haciéndole un corte enorme en el abdomen.

—¡DÁMELA, DÁMELA!—parecía que Qilby estaba tan cegado que nisiquiera podía sentir dolor, solo estaba iracundo mientras movía su guadaña de un lado para otro y se desaparecía entre portales.

Qilby no estaba siguiendo un plan establecido, enserio tomar a ese huevo o mejor dicho, comerse a Sinonome lo afecto bastante.

—¡Ja, le dimos en donde más le duele!—grito Rubilax.

—No creo que sea eso, Ruby. Lo hiciste perder el control.—pronuncio Pinpan, quién ahora mismo carecía de pupilas, por qué sus ojos completamente estaban bañados en una luz y en Wakfu de una manera asombrosa.

—Vamos no seas un agu-

Rubilax no pudo terminar, por qué Qilby ya se encontraba enfrente de ellos, meneando su guadaña de un lado para otro con una mirada completamente sádica en su rostro. Pinpan intentaba defenderse y atacar, lo segundo parecía ser más fácil, pero Qilby no parecía sentir ningún tipo de dolor y no se detenía.

—¡SINONOME! ¿Por qué elegiste a Yugo como rey, Chibi? ¡NO ME COMPRENDES YUGO, NUNCA LO HAS HECHO!—gritaba Qilby con odio.—¡TENÍA...! ¡TENÍA TANTOS PLANES PARA TODOS, PARA NUESTRO PUEBLO! ¡UN FUTURO COMPLETAMENTE DESLUMBRANTE NOS ESPERABA! ¡¿POR QUÉ?! ¡DAME A MI HERMANA! ¡¿POR QUÉ SIEMPRE TIENES QUE INTERPONERTE, YUGO?!—gritaba Qilby, quién en algunas veces se reía como si fuera un chiste de lo más gracioso.

No había gracia en ninguna parte.

Solamente era él, moviéndose de una forma rápida que Pinpan no podía alcanzar a perseguir con la mirada, por eso se quedaba quieto. Pero solamente estaba mantenimiento una postura de defensa en vez de combate. Y estaba fracasando estrepitosamente.

—¡R-Ruby!—grito Pinpan, a diferencia de Qilby...

Parecía que él se estaba cansando. ¿Es que el Selacubo también le estaba absorbiendo el Wakfu?

—¿Ruby? ¡¿Por qué no respondes?!—grito preocupado Pinpan.

—¿Quieres callarte, mocoso? Estoy intentando mantener fuerzas.—Rubilax se oía cansado, aunque no quería transmitir eso en su voz.

Pinpan se sintió aliviado por esto, pero está distracción fue perfecta para Qilby, quién se posicionó atrás de Pinpan.

—¿Acaso mentías cuando decías que pensabas en todos por igual, Yugo?—murmuro Qilby, Pinpan sintió un escalofrío en su cuerpo, fue ahí que Qilby lo tomó del cuello con fuerza y con sus manos le abrió fuertemente la boca.—Te cortaré la lengua, para que sepas que no deberías... ¡NUNCA TOCAR A SINONOME!—grito Qilby, quién parecía algo estable...

Un poco nada más.

Qilby alzó la guadaña, Tristepin forcejeaba pero parecía inútil, su fuerza... Su Wakfu, parecían tan débiles ahora.

Qilby, con la guadaña en mano hizo una sacudida para intentar cortar el estómago de Pinpan y así conseguir devuelta a su hermana. Su plan no funcionó, por qué Rubilax había salvado al yopuka.

—S-Sera mejor irnos. Lo siento, amigo.—dijo Rubilax cansado, busco entre su bolsa una pócima del recuerdo, pero antes de tomarsela pudo sentir como algo filoso cortaba la piel de su espalda...

Cuando pudo beber todo el contenido y desaparecer, Qilby solamente chasqueó la lengua molesto.

—¡MALDICIÓN!—grito el selatrop.—Sinonome, ¿estás ahí?—agrego él, con una mirada melancólica.

Sin duda el exceso de Wakfu le estaba afectando más de lo que debería.

La semilla de un Dios. [Wakfu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora