Capitulo 26: El extraño portal.

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—Tengan un buen viaje.—pronuncio Maude con una sonrisa, antes de que todos se subieran al vehículo.

—¡NO TE OLVIDES DE REGRESAR A VISITARNOS, VIEJO STROUD!—grito Tolot con una sonrisa enorme.

—¡Mi hijo será el mejor en el jalabol, ya verás, Yugo!—grito Kriss con una sonrisa.

—Lo estaré esperando.—contesto él, emocionado.

—No decidas el futuro de nuestro recién nacido.—dijo Maude cruzada de brazos.

—¡Vamos, el jalabol está en su sangre cielo! ¡Tengo la certeza!—grito Kriss con una sonrisa, Maude solo sonrió.

Todos se subieron al vehículo de Ruel, denuevo había que ir a un portal Zaap. En el viaje, Elely tenía una sonrisa resplandeciente mientras sujetaba la vestimenta del equipo.

—Sera un buen recuerdo, ¿verdad?—dijo Eva con una sonrisa maternal hacia Elely.

—¡SI, LO COLGARÉ EN MI CUARTO!—grito la yopuka completamente emocionada.

—¿Ansiosa por volver, Amalia?—pregunto Yugo con una sonrisa mientras acariciaba la mano de su novia.

—¿Y ver la cara de mi hermano?—solto ella y ambos se rieron, Yugo le dio un pequeño beso.

—No sabes cuánto deseo ver al mío. No quiero que lo de Oropo se repita, no lo soportaría.—dijo Yugo, con una mirada melancólica.

—Yo lo sien-

—No te disculpes. Se lo mucho que te preocupas por mí, en verdad te lo agradezco.—interrumpio Yugo con una sonrisa.

—¿Y lo has pensando?—pregunto Amalia confundiendo al selatrop.

—¿Que cosa?—pregunto él, mientras se acurrucaba más cerca de ella.

Esta rió, un poco avergonzada.

—P-Pues ya sabes. Dijiste que... estamos comprometidos.—dijo la sadida.

—Si, lo estamos.—Yugo no sabia por dónde estaba conduciendo la conversación y eso lo tenía confundido.

Amalia sonrojada desvío la mirada, atrayendo la atención y mirada de su novio.

—Oye, ¿que sucede?—pregunto él, acariciando la mejilla de la morena.

—¿Cuando quieres c-casarte?—Yugo se sonrojo por completo ante lo dicho.

—¿C-Cuando?—solto Yugo sorprendido.

—¡N-No digo que sea ahora! P-Perdón si fue tan repentino... tuve un poco de curiosidad, es que no lo hablamos... y...—intento explicarse Amalia con mucha vergüenza.

Yugo rió encantado y le dio un beso suavemente.

—Bueno, no sabría decirte. Solamente quiero estar contigo, por siempre. Quiero besarte, quiero acariciarte. Tu eres todo lo que necesito, pero... ahora mismo como está todo, recuperar a mi pueblo será difícil y además, está el problema de Ad, yo no quiero hacerte cargar con todo eso.—dijo Yugo y Amalia frunció el ceño.

—¡Primero, si vamos a hacer eso debes dejar esa actitud! ¡Los problemas que tenemos lo resolveremos juntos! ¡Por qué somos un equipo, Yugo! Yo prometí ayudarte y mantendré esa promesa.—Yugo sintió sus mejillas arder, no podía contener su alegría, abrazo más a Amalia y sonrió contento como un bobo enamorado,y es que lo era.

—Te amo.—pronuncio él, completamente agradecido por sus palabras.

—Yo quiero apoyarte completamente. Así que no me tires a un lado y déjame hacerlo.—Amalia con una sonrisa también lo abrazo y acarició su cabeza.

—No lo haré.—pronuncio Yugo, quién correspondió el beso que le había dado su novia.

—¡Hemos llegado!—grito Arpagona desde la zona de mando. Ruel se encontraba durmiendo, había conducido todo la noche.

—¡ABUELO RUEL, DESPIERTA!—grito Elely jalando el pelo del viejo anutrof y con pelo, nos referimos a su barba.

—¡ABUELO RUEL!—grito Flopin ayudando a su hermana a despertarlo.

Abu Ru—pronuncio el pequeño yopuka dándole manotazos encima del viejo.

Este por todos los gritos se levantó de un brinco, siendo recibido por la descendencia Percedal entre risas.

—¡Váyanse de aquí mocosos!—grito Ruel, espantando a los niños, este se levantó del sofá con una sonrisa y se acercó a Arpagona.

Esta sonrió al verlo.

—Hola, querida.—dijo Ruel para darle un suave beso en los labios.

—Tu dormilón, vamos a bajar.—dijo Arpagona tomando la mano de su ex-marido. O bueno, marido ¿cierto?

El divorcio no era algo que habían hecho oficial. Y ahora poco importaba.

—¿Ya llegamos?—pregunto Ruel en un bostezo.

El frondoso bosque fue la respuesta que recibió, para luego verse rodeado por un montón de sadidas felices, sin duda ellos disfrutaban que la princesa se fuera y volvería para celebrar. Un poco más y se parecerían a los pandawas con tanta fiesta y locura.

—¡Hija mía!—grito su padre contento de verla, aunque un tanto confundido.—¿Que pasó? ¿Todos están bien?—pregunto el rey con la morena en brazos.

—No te preocupes, estamos bien. Hemos venido a hablar con el Maestro Joris.—contesto Amalia.

—Oh, vienen en buen momento. El Maestro Joris y yo, queremos que vean algo, es de suma importancia.—dijo el rey confundiendo a la Hermandad del Tofu.—En especial tu, Yugo.—agrego el rey, confundiendo al selatrop.

Todos se dirigieron al castillo.

—Bienvenidos, Hermandad del Tofu.—pronuncio Joris, al verlos entrar por la enorme puerta.

—Joris, acompáñanos.—dijo el rey, el de pequeña estatura asintió ante lo dicho.—Por favor, ustedes quédense aquí.—agrego refiriéndose a la familia Percedal y a los Stroud.

—Como ordené, mi rey.—dijo Eva, bajando la cabeza con respeto.

—¿Eeeeh? ¿Por qué?—solto Elely queriendo saber lo que ocultaban, pero el rey sadida junto a Amalia y Yugo se fueron, dejando a los demás atrás.

—Son órdenes del rey, cielo. Ven, vamos a jugar con Pin.—dijo su madre con una sonrisa alzando su mano hacia la niña. Esta un poco renuente acepto la mano y comenzaron a dirigirse hacia el jardín, Pinpan con una sonrisa cargo a su hijo y fueron corriendo rápidamente siguiendo a su esposa.

—¡ESPERA, PAPÁÁÁÁÁÁÁÁ!—grito Flopin siendo ignorando por su propio padre.

Ruel solamente alzó los hombros.

—Bueno, ¿quieres hacer algo, cariño?—pregunto el hombre con una sonrisa.

La mujer sonrió.

—¿Que tal tener un momento solamente tu y yo, cielo?—pregunto Arpagona pegándose al brazo de su esposo.

—Me parece genial.—contesto Ruel con una sonrisa.

Sin esperarlo, Amalia y Yugo se dirigían al lugar donde se encontraba el Árbol de la Vida, ese mismo que guarda en cada hoja la vida de todo ser vivo, Yugo abrió sus ojos sorprendido.

—¿Eso de ahí es un portal selatrop?—pregunto Yugo.

—Si y uno un tanto inestable, el rey lo encontró en unas de sus sesiones con el Árbol de la Vida.—dijo el Maestro Joris, sorprendiendo a los dos jóvenes.

—Pero, ¿por qué? Yo soy el único selatrop en el Mundo de los Doce. Esto es extraño.—pronuncio Yugo completamente confundido.

Y más confundido estaban todos, cuando el portal comenzó a responder a la presencia de Yugo.

De un momento a otro, el portal se contrajo y hubo una explosión, haciendo que cada individuo saliera disparado por los aires. Las hojas del Árbol de la Vida se mecieron suavemente, como si hubiera respondido al latido de algo.

Todo quedó en un profundo silencio.

Y todos quedaron inconscientes por el impacto.

La semilla de un Dios. [Wakfu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora