Cayendo y cayendo, es lo que sentía, como si estuviera cayendo lentamente.
Parecía una interminable, aunque para él seguía siendo tiempo muy escaso, pues él había vivido muchos años. Demasiados años.Fue ahí que sintió el grito de alguien en sus oídos, era la voz de Adamai y fue ahí que su "viaje" terminó.
—Oh, vaya. Tenemos a un invitado.—pronuncio Qilby, con una sonrisa. Adamai seguía gritando mientras lloraba, podía sentir a su hermano Yugo sufrir. ¿Que habría pasado?
Baltazar miró de reojo a Adamai y sintió rabia al ver al traidor de Qilby.
—¡TRAIDOR!—grito Baltazar con furia y corrió a enfrentarse a su hermano.
—Pero mira nada más.—pronuncio Qilby con una sonrisa macabra.—Baltazar, el sabio mostrando violencia. ¿No eras tú quien siempre decía que había que poner la otra mejilla, hermano?—pregunto con burla Qilby.
—¡NO MANIPULES MIS PALABRAS PARA TU PLACER PERSONAL!—grito furioso el dragón.—¡Y NO SOY TU HERMANO!—agrego, mientras intentaba aunque sea dañarlo.
—Oh, vamos hermano. Tu sabes mejor que nadie, que no estás hecho para esto.—decia Qilby mientras esquivaba los ataques de Baltazar, esto hacia enfurecer más al orgulloso dragón.
—¡HICISTE QUE AÑOS DE PAZ! ¡QUE AÑOS DE GLORÍA Y BIENESTAR SE VOLVIERAN UNA COMPLETA ANIQUILACIÓN!—grito iracundo Baltazar con mucho odio en su mirada. Qilby solamente sonreía, como el maniático loco que era.
—Era necesario, querido Baltazar.—decia Qilby con ese característico tono que a Baltazar le parecía más que repugnante.
—¡MILES, NO, MILLONES DE VIDAS SE PERDIERON! ¡ADULTOS, INCLUSO HASTA NIÑOS! ¡TODO POR TU ESTÚPIDO Y ASQUEROSO EGOÍSMO!—grito Baltazar, quién pudo terminar encima de Qilby, este aún así, se veía calmado. Baltazar con una mirada llena de odio y rencor, rasguñaba la cara de su hermano con total disposición. Qilby intentaba separarse de Baltazar, pero este se lo impedía con mucha furia.—¡AQUÍ ACABARÁ TODO, QILBY! ¡SOLO RÍNDETE!—solto Baltazar, mientras le hacía un rasguño más grave en la cara a su hermano, Qilby grito con dolor y se vio ahí, como la herida se volvía algo azulada mientras la sangre caía. Wakfu...
—¡SI QUE ERES ESTÚPIDO MAS NO PODER, BALTAZAR!—grito Qilby, dándole una patada a un sorprendido Baltazar.
—T-Tú... maldita escoria...—murmuro Baltazar mirando a su hermano con total repugnancia, para ver cómo poco a poco esa herida, se volvía de un color violeta con tonalidades rosadas.
—¡ASI MISMO, QUERIDO HERMANO! ¡ASI COMO PIENSAS ES EXACTAMENTE LO QUE VES!—grito Qilby con una sonrisa totalmente perturbadora.—¡ABSORBIENDO EL WAKFU DE TODO ESTE PLANETA, POCO A POCO ME FUSIONARE CON EL SELACUBO! ¡¿Y DESPUÉS?!—Qilby callo y solamente hizo aparecer una enorme guadaña en sus manos.—Lamentable ya no estarás en ese momento para presenciarlo hermano.—dijo con una voz tan fría, que Baltazar se paralizó por un momento.
Baltazar suavemente paso sus manos por sus codos y antebrazos, al instante, una poderosa estela azulada comenzó a surgir de afuera de su cuerpo.
—¡DESTRUIRÉ UNA PARTE DE TI Y TE QUITARÉ ESA MALDITA SONRISA DE TU REPUGNANTE CARA!—grito Baltazar y sin más aviso, la pelea a muerte comenzó, Qilby se movía con una habilidad y velocidad sorprende, la guadaña que usaba parecía irradiar una estela rosada... Stasis, el Wakfu que poco a poco se estaba corrompiendo. Su hermano en verdad quería matarlo, pero él tenía una misión, darle tiempo necesario a Yugo, tal vez unos días o unas horas, pero intentaría parar o distraer temporalmente a Qilby para que no utilizará esa máquina. Baltazar por poco y no esquiva un mortal ataque de esa guadaña, agachó sus rodillas y pude evitarlo, por muy poco...
—Admítelo, Baltazar. Nuestra existencia es tan larga, tan infinita, incluso podemos gobernar el Inglorium, ser los próximos Dioses Selatrops. Pero en cambio, aquí siguen...—decia Qilby mientras jugueteaba con su guadaña y mostraba una sonrisa de superioridad.—¡DESEANDO LOS PLACERES MUNDANOS Y UNA VIDA RELATIVAMENTE ESTÚPIDA!—agrego él, mientras entraba en un portal y de pronto aparecieron miles de estos. Baltazar miraba a todos lados con la guardia alta, pero no pude evitar algunos golpes en el hombre y cerca de su mejilla.—¡VAMOS, HERMANO! ¡HAY TANTAS POSIBILIDADES, TANTAS COSAS! ¡PODEMOS SER LOS GOBERNANTES DE UNA NUEVA ERA!—Qilby reía a carcajadas como un desquiciado, aunque no se le veía en la sala.
—¡¿UNA NUEVA ERA?! ¡¿MATANDO A TODO UN PLANETA?! ¡¿ESO PARA TI ES UNA NUEVA ERA?!—grito Baltazar, completamente enfadado. Pero era imposible predecir a su hermano.
—Sin duda, eres un completo estúpido, Baltazar.—regaño Qilby, mientras dejaba que la guadaña cortará la piel de su hermano como si fuera una fina tela. La cabeza se separó de su cuerpo y cayó, rodando. Adamai cuando pudo estabilizarse se encontró con la peor escena que pudo haber presenciado.
Baltazar decapitado mientras Qilby estaba de pie frente al cuerpo.
—No te preocupes, Baltazar. Lo entenderás, yo haré que lo entiendas.—pronuncio Qilby, mientras dejaba libre el Wakfu de su hermano para que volviera a su huevo. El mismo Wakfu se concentró, creando un nuevo huevo para los próximos gemelos.
Adamai no supo como reaccionar, su estómago quería devolver lo que había en él, tenía tantas náuseas, tanta ira...
Pero sobre todo, tristeza y confusión. Nunca espero ver a Baltazar ahí, nunca espero que todo esto terminará así. Se acercó al huevo, pero Qilby fue más rápido que él y lo tomó entre sus manos.—Tu también lo comprenderás, Adamai. Incluso Yugo, todos lo comprenderán.—dijo Qilby con un rostro serio, esta vez sin su sonrisa de desquiciado.—Y después, me lo agradecerán.—agrego él y su boca se curvo, haciendo esa sonrisa completamente repugnante.
Por otro lado, un destrozado Yugo caminaba hacia su reencuentro con la familia Percedal y Stroud, en conclusión, los integrantes que aún quedaban de la Hermandad del Tofu.
—¿Que pasó?—pregunto Pinpan con completa seriedad, mientras Eva se encontraba llorando mientras veía todo el pueblo de esa manera.
Yugo desvío la mirada, sintiendo que las lágrimas denuevo saldrían sin control alguno.
—A-Amalia... Ella...
—¡¿Donde esta mi hermana?!—grito Armand, quién junto al Rey y unos pocos ciudadanos pudieron sobrevivir, gracias a Amalia mayormente, ella fue la que los alejó de todo mientas intentaba proteger a todos.
Yugo al verlo, se sintió más mal, bajo su rostro cuando pudo ver al preocupado padre de Amalia.
—¿Donde esta mi hija, Yugo?—pregunto el sadida, Yugo bajo más la cabeza, con completo dolor.
— A-Amalia está... muerta.—pronuncio con una voz tan desgarradora, que él mismo, su voz era de puro dolor.
El padre y el hermano, junto al pueblo soltaron lágrimas de completo sufrir.
Y en una parte más alejada del Bosque Sadida, un campo de protección caía mientras el grito desgarrador de un pequeño se oía.
—¡Glip! ¿Que sucede?—pregunto un selatrop mientras sujetaba al pequeño.
Cuando el selatrop tocó el rostro del infante para limpiar su mejilla, sintió un profundo dolor paralizante y luego las lágrimas cayeron.
—R-Rey Y-Yugo...—murmuro el selatrop.—¡Llamen al Rey Yugo!—grito esta vez, en voz alta.
Todo parecía, volverse aún peor.
ESTÁS LEYENDO
La semilla de un Dios. [Wakfu]
LosoweMuchos piensan que el Dios Sadida no tuvo un hijo, aparte del que nació del Dios Yopuka y Lacrima, su muñeca. Pero la historia que te contaré nadie, absolutamente nadie la conoce. Es una historia vieja, que era un simple rumor que se fue olvidando p...