Cuando hablaban de Nueva Sufokia siempre la gente decía que era una ciudad muy buena, tecnológica y sobre todo, que era custodiaba por un rey, tal vez algo presumido, pero que busco lo mejor para su pueblo.
El simple acto de Amalia lo hizo recapacitar sobre cómo debía regir cuando sería rey, el príncipe malcriado se esforzó todo este tiempo para gobernar y así fue.
Ahora que Eva podía verlo, no sabía dónde había quedado ese príncipe tan... ¿único?
—Bienvenida, Evangelyne de Percedal.—pronuncio el rey, sentado en el trono.
Eva se arrodilló ante él, seguido por sus hijos, aunque Elely, como siempre, se mostraba malhumorada al hacerlo, a quien únicamente ella se arrodillaría sería a quien logrará vencerla, claro, si es que no le ganaba en la revancha.
¡Pero ya qué!
—Es un honor volverlo a ver, su majestad.—pronuncio con educación la ocra, el rey sonrió ante esto.
—Levantase, ya el Maestro Joris me explico la situación. Aunque es evidente como es a simple vista; catastrófica, ni más ni menos.—dijo el rey, finalizando en un suspiro.
Evangelyne hizo lo que el rey le pidió y se levantó junto a sus hijos, el rey también se levantó de su trono y se acercó a paso firme hacia la ocra.
—Como sé la gravedad del asunto, dispondré una flota del más capacitado equipo Steam para la misión. Buscaremos esos Dofus Primordiales.—dijo Adale con una sonrisa.
—Gracias por su generoso gesto, majestad. ¿Cuando partiremos?—pregunto Eva, el rey se giro y comenzó a caminar.
—Partiremos lo más pronto posible. Y dígame, ¿cómo está la princesa Sheran Sharm? He oído que va a casarse, pero no me ha llegado ninguna carta de invitación.—pronuncio el rey con una ceja levantada.
Evangelyne mostró una mirada melancólica al oírle preguntar por su querida amiga.
—Le contaré, ¿podemos retirarnos? El viaje a sido largo y preferimos desempacar todo.—dijo la ocra, el rey soltó un grito de sorpresa.
—¡Que maleducado de mi parte! Por supuesto, pueden retirarse. La esperaré en el muelle, tengo unos asuntos pendientes allá.—dijo el rey, Evangelyne hizo una leve reverencia y se llevó con ella a los niños.
—¿Que tanto hablaron?—pregunto Elena, quién junto a su padre se quedaron en la entrada esperando. Ellos se mantenían alejados de la política y de los reyes.
—Nada importante. Saldremos pronto a buscar los Dofus Primordiales, el rey nos brindo una de sus flotas.—explico la ocra.
Elena no estaba del todo convencida, pero dejo pasarlo, aunque le preocupaba la cara que tenía Evangelyne.
—¿Estás bien, querida Evangelyne?—pregunto Tinta Negra, quién se encontraba en la cabeza de su hija.
—No te preocupes, solo vámonos.—pronuncio la ocra quién quería irse ya a desempacar, muchas cosas habían pasado y ella nisiquiera podía sentar cabeza para que se enfriara todo.
Su amiga fallecida.
La desaparición de su esposo.
La masacre del pueblo Sadida.
Cómo el mundo cada vez parecía morirse...
Y todo esto lo estaban presenciando sus hijos, ella debería ser el pilar ahora, pero se sentía tan débil, con Pinpan aquí parecía la carga un poco más llevadera.
—¿Familia Percedal?—una desconocida había hecho acto de presencia, pero solamente era una de las sirvientas del rey Adale.
—¿Si?—solto Eva confundida por la presencia, ya había ido con el rey hacia unos minutos atrás.
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La semilla de un Dios. [Wakfu]
De TodoMuchos piensan que el Dios Sadida no tuvo un hijo, aparte del que nació del Dios Yopuka y Lacrima, su muñeca. Pero la historia que te contaré nadie, absolutamente nadie la conoce. Es una historia vieja, que era un simple rumor que se fue olvidando p...