Capítulo 5: Hace falta un rey.

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El reino Sadida estaba teniendo una crisis política, o más bien, una pelea entre hermanos, mientras su padre, bien cansado de la discusión veía como los dos imponían su punto con tanto ahínco.

-¡Así han sido las tradiciones, Amalia!-grito su hermano, Armand con fuerza.

-¡¿Las tradiciones?! ¡¿Qué tiene de malo que reine sola?!-grito Amalia furiosa.

La razón de esta disputa es que las tradiciones Sadidas eran muy específicas, cada Sadida amaba la vida y la respetaba, por eso, cada rey o reina tenían una pareja o parejas, para así procrear vida y así, su linaje continuaría existiendo.

-¡Amalia entiéndelo! ¡El pueblo te necesita y ahora más después de todo ese caos!-grito Armand.

Y Amalia, aunque no quería admitirlo, su hermano tenía un punto. Después de todo eso, después de lo de Oropo y de atravesarán el portal y volvieran al mundo de los doce, dónde tuvieron que dar largas explicaciones de lo que había pasado. Eso en el caso de ella, ya había pasado un año desde que Dathura, Kali y Kaskarina vivían con los sadidas, Kali estaba un poco extrañada, pero al final acepto la propuesta.

Al final de cuentas, el Reino Sadida parecía el lugar más seguro para ellas dos.

-¡¿Por qué no pueden esperar?! ¡No es primordial tener un rey ahora!-grito Amalia.

-¡Si lo es! ¡Y no solo un rey, una reina también, Amalia!-contrataco su hermano.-Mirate, estás creciendo, ya eres toda una mujer. ¿Crees que como tu hermano quiero entregarte a cualquiera? Quiero que eligas tú a tu rey, no intervendre, pero es necesario darle esperanza al pueblo.-aconsejo su hermano, algo que sorprendió a Amalia, su hermano había cambiado, incluso pensó en que sería un rey digno.

-¿Esa será la esperanza del pueblo? ¿Un matrimonio? Pero, ¿por qué a mí? Todos te aclamaban, no lo entiendo.-comento ella confundida.

-¿Ahora vas a decir que no entiendes? Hermana, salvaste al mundo, a todos, incluso yo... te considero digna de que asumas el trono.-Amalia sin duda ya había visto todo, ¿su hermano mostrándole ese gran respeto?

Miro a su padre, buscando explicación. El rey sonrió a su hija.

-Tu hermano tiene razón, pequeña. Estás lista, el pueblo lo sabe y aclama tu nombre.-dijo el rey.

-¿Debo elegir con quién casarme?-solto sin poder creerlo.

El rey asintió.-Cada rey o reina Sadida han tenido una pareja con quién gobernar, a alguien de confianza, a alguien que te de un punto de vista distinto al tuyo, a alguien que entiende tus decisiones y te ayuda a mejorar el reino.-pronuncio el rey con melancolía, pues recordó a su amada esposa, a la cual eligió, su belleza no opacaba lo sabía y poderosa que era.

Incluso, se sentía orgulloso de que su hija sacará esa hermosa apariencia de su madre, cómo también la terquedad de esta.

-Hace falta un rey, Amalia.-dijo su hermano.-¿Qué decisión tomarás al respecto?-agrego él.

-Yo... lo pensaré.-y así mismo, como lo dijo, lo hizo, fue a pensarlo, pero a la casa de su querida amiga Evangelyne y su esposo Tristepin.

Los niños, Elely y Flopin se encontraban jugando con su hermano pequeño, quien ya había obtenido dientes, pues se le veía en su boca cositas blancas pero aún no eran completamente dientes de leche.

-Bien, ¿qué pasa?-pregunto la ocra, Tristepin, su esposo, estaba junto a Rubilax haciéndose cargo de una misión para llevar dinero a la casa. Mientras ella cuidaba de los niños, se turnaban cada día y está vez le tocaba a Tristepin.

-Pues... debo casarme.-solto Amalia. Eva, quien estaba tomando tranquilamente su té mañanero se atragantó al oír eso y escupió todo por la sorpresa.

-¡¿Qué?! ¡¿Casarte?! ¡¿Alguien denuevo pidió tu mano?!-grito la ocra sorprendida.

-No, ya sabes cómo son los Sadidas y como vemos un matrimonio, aparte de lo político, lo vemos como algo sagrado, como una esperanza. Mi hermano y mi padre dicen que debo tomar mi trono y escoger a un candidato para así traer esperanza al pueblo.-informo la Sadida con mucha seriedad.

La ocra no quería ser entrometida, pero sabía bien, que algo sentimental hacia que Amalia no dijiera "si" tan rápidamente.

-¿Y que hay de Yugo? ¿Decidirás tomar a alguien más como tu esposo?-pregunto Eva.

-Yugo dejo muy en claro lo nuestro y aunque no quiero aceptarlo, debo aceptar su desicion.-respondio la de melena verdorsa para terminar soltando un suspiro.

-Entonces...

-Lo haré, buscaré pretendientes.-solto la Sadida.-Pero necesito tu ayuda, Eva. Confío mucho en tu palabra y me gustaría que estuvieras presente, quiero alguien que cumpla las cualidades de un rey.-pidio Amalia suplicante.

-Pero entonces, será un rey para el pueblo no una pareja para ti.-dijo la habilidosa con el arco.

-No, puede ser los dos. Puedo buscar un hombre que me interese y que a su vez sea el correcto para ser rey.-dijo la amante de los árboles.-Y si al final, solo consigo a un rey pero no mi pareja está bien, puedo tratar de mejorar nuestro matrimonio para que sea agradable.-termino de decir la futura reina.

-¿Se lo dirás a Yugo?-pregunto Eva.

-Son solo cosas del reino, no hace falta que Yugo este involucrado en esto.-dijo Amalia alzando los hombros.

-Pero...

-Además, nisiquera sabemos dónde está. Estaba tratando de reunir los Dofus con el maestro Joris y ya no supimos nada de él.-pronuncio Amalia, pues Yugo le había enviado a todos una carta de que estaría desaparecido un tiempo con Joris, tampoco reveló nada de importancia sobre qué pasó en el Ingrorium y por qué se quedó más tiempo.

-Creo que fue a visitar a su padre con Adamai, aunque no sé mucho.-comento Eva.

-Por esa razón no quiero informarle, no quiero enviar mensajes a todas partes y que se enteren que la princesa Sadida está buscando pretendientes. Cuando voy a seleccionar candidatos.-dijo ella con seguridad.

-Tienes un punto ahí. ¿Y a quienes escogiste?-pregunto Eva interesada.

-Unos 20.-la Sadida saco unos papeles, dónde estaba todo anotado con respeto a los candidatos.-Unos tienen buenos logros y una actitud elocuente y estratégica, ideal para un rey. Otros comparten ideas sobre como mejor al reino Sadida, las cuales considero algo acertadas.-comento Amalia.

-¿Te pusiste a trabajar en esto desde el momento en que te avisaron?-pregunto soprendida la ocra.

-Si, reduci una lista muy extensa en esto.-respondio la futura reina Sadida, Eva soprendida tomo unos papeles.

-Pero con esta información no puedes conocerlos del todo.-comento la de orejas puntiagudas.

-Por eso haré un banquete, será una audición para conocerlos. Por eso quiero que estés conmigo, quiero que me ayudes a elegir correctamente.-Eva no estaba muy de acuerdo con esto, en verdad quería que Yugo y Amalia pudieran tener su historia de amor como Tristepin y ella, pero parece que el destino no quería eso.

-Esta bien, te ayudaré.-pronuncio la de ojos verdes.

Amalia con una sonrisa se lanzo a abrazar a la ocra.

-¡Gracias, Evangelyne!-grito Amalia feliz.

Parece que Amalia tendría una pareja y a su vez rey.

¿Qué estaría haciendo Yugo en un momento como este?

La semilla de un Dios. [Wakfu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora