Capítulo 9: Siglos.

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Amalia estaba con un humor muy pésimo, pues sentía que todo se le salía de las manos, ya que el banquete fue decorado de una manera muy...

—¡Ya te dije que esa decoración no debe ser! ¡Aún no vamos a celebrar mi boda!—grito Amalia con furia, por qué el decorador de interiores no quería aceptar su error.

—El blanco angelical es lo nuevo de hoy, con un poco de blanco floral. ¿Por qué la queja? Si resalta su belleza.—pronuncio el decorador con arrogancia.

—¡Esa es la decoración que se usa en una boda, no en un banquete!—grito la princesa enfadada, ya le irritaba tener que usar obligatoriamente un vestido blanco, cuando claramente aún no había decidido a nadie.

Suspiro, no quería que le saliera alguna enfermedad por la cólera que le hacía pasar el decorador.

—Como sea, vete.—pronuncio ella y no quiso sonar tan directa, pero es que estaba completamente mal. El chef se confundió y puso un plato que no debía, pues uno de los invitados era alérgico a él y ella no quería que hubiera un escándalo de esa magnitud. Incluso podrían atacar políticamente al Reino Sadida y acusarlos de envenenamiento.

También estaba la música, un músico no quería tocar una variedad de piezas, solo la que él le gustaban, cuando entre los invitados estaría una persona muy sensible a la música. Por eso pidió una música lenta y suave.

—Sabes que no puedes cumplir las exigencias de todos.—dijo Eva con una sonrisa al ver a su amiga sentada con una cara seria.

—Lo sé, pero no quiero que el banquete le desagrade a la mayoría. ¡Y ahora con esta decoración todos pensaran que me estoy casando! ¡Cuando le dije bien que era una decoración morada!—grito Amalia con cólera.—¿Por qué todo está saliendo mal? Al final sólo me decidí por 2 candidatos, pero no quiero que se lleven una mala impresión de mi.—pronuncio ella.

—¿Dos candidatos? No me dijiste nada.—pronuncio Eva, alzando una ceja.

—Eran lo que más parecían aceptar con el ideal de rey. Además que los otros ya tenían compromiso y unos ya estaban casados, creo que alguien me trajo información un tanto errónea.—informo Amalia, para luego suspirar.

—¿Y cuál es el alérgico o el que es muy sensible a la música?—pregunto Eva con una sonrisa.

—Ah, eso, el alérgico es uno de los invitados de la esposa de Armand. El sensible a la música es este.—pronuncio Amalia sacando la hoja con la información del candidato.

—¿Un sadida? Espera, es un vigilante, ¿le pediste su mano a uno?—pregunto sorprendida Evangelyne.

—Los sadidas podemos ser sensibles a muchas cosas, además él tiene ideas muy buenas para el Reino Sadida. Dijo que sería bueno tener un centro de vigilancia en zonas más empinadas, por qué ahí es donde flaquea la misma. También dijo que para eliminar las plagas hiciéramos un sistema de riego, pues muchos animales de aquí le temen al agua. Y para nuestro problema con enredaderas, él propuso que la conviertieramos en modos más rápidos para los centinelas de viajar por el bosque sin usar un dragopavo.—Amalia parecía muy emocionada y era por qué ese tal vigilante había tenido ideas buenas e incluso unas iguales que las suyas.

—Vaya, parece que te llevarías muy bien con él.—pronuncio Eva.

Amalia se sonrojo por esto.

—Eso creo, él tiene muy buenas ideas para hacer al pueblo más seguro y funcional, creo que sería un buen rey.—pronuncio la princesa.

—Y una pareja para ti.—le hizo recordar la ocra.

Amalia suspiro.

—No lo sé.—murmuro ella.

La semilla de un Dios. [Wakfu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora