Dentro de una cueva, llena de oro a rebosar, donde sin duda Ruel estaría encantado de estar, llena de kamas por todas partes, pero esa no era la principal atracción de Eva, ni de ningún miembro del grupo. Solo querían algo, el Dofus que tal vez estaría en el tesoro, pero no un simple Dofus, sino un Dofus Primordial que haría que la salvación del Mundo de los Doce este asegurada.
—¡No seas precipitada, Elely!—grito Flopin atrás de una roca, Elely, quién también estaba escondida chasqueó su lengua, pues su obvia intención de salir había sido impedida por su hermano.
—¡Esta bien!—grito la yopuka.
El ruido pesado de los movimientos de la armadura se ponían oír, era un sonido metálico lento y a la vez retumbante.
—Atras de mi, su majestad.—dijo Frida en voz baja, mientras con el brazo robótico protegía el cuerpo de su rey.
Con cada paso de la armadura se podía oír como los kamas en el suelo producían un ruido, Ciross con su lanza se encontraba atrás, en la misma roca que Evangelyne. El espacio era sumamente reducido en esa cueva.
—Serviré como distracción para usted, señorita Evangelyne.—dijo Ciross.
Eva asintió con la cabeza, era momento de poner en marcha su estrategia, la ocra tenso la cuerda de su arco, encontrando el tacto muy satisfactorio, la cuerda estaba en un estado perfecto.
—De acuerdo, a mi señal.—pronuncio ella.—Tres...—comenzo la cuenta regresiva, Eva se coloca al lado contrario, ella iría atrás y atacaría a la armadura desde su lado derecho.
—¡Prepárate, Elely!—la yopuka, al igual que todos serían parte fundamental en el ataque conjunto, ella se posicionó a la orden de su hermano sin ninguna queja, se colocó en cuclillas y su gran guantelete lo colocó hacia atrás, con él se impulsaría.
—¡Dos...!—grito la ocra para todos.
Frida comenzó a cargar los proyectiles de su traje Steam, los cuales lanzaría cuando fuera su turno de ataque.
Mientras todos se preparaban, Elena y Tinta Negra tenían la misión más importante, atrás de ellos estaba el General.
—¿Recuerdas como dijo Eva que era ese Dofus?—pregunto Tinta Negra en la cabeza de Elena.
—¡Ahora no es momento de preguntar eso!—grito la muchacha, que sigilosamente sin ser capta por Cire Momore estaba acercándose al lugar donde estaban los cofres y tesoros más llamativos de todo el lugar.
—¡Uno...!—el grito de Eva dictó el comienzo de la batalla, tanto Ciross como ella salieron de su escondite, él forjalanza fue directamente hacia donde se encontraba la armadura viviente.
Empuñando su confiable lanza comenzó a atacarla, la armadura, que poseían una descomunal espada también comenzó a atacar, se podía ver como la cera de la vela caída lentamente apesar de la furiosa batalla que estaban teniendo ambos.
—¡Toma esto!—grito Ciross, quién con gran maestría hizo un golpe certero con su lanza hasta alcanzar el peto de Cire Momore, apesar de esto, no recibió ningún daño, confundiendo al hombre. Este momento de confusión le vino bien a la armadura, quién con un movimiento de la enorme espada hizo que Ciross se estrellara contra la pared de la cueva.
Eva, al ver esto, comenzó a tirar muchas flechas para ver si podía debilitarla, pero no ocurría nada, Cire Momore seguía caminando como si esto no le afectará, quería acabar con su oponente, es decir darle muerte a Ciross.
—¡Toma unas flechas heladas!—grito ella, quién con rapidez hizo que varias flechas congelantes fueran lanzadas en el escarpe de Cire Momore, esto al menos funcionó, logrando inmovilizar a la armadura. Eva con preocupación corrió hasta Ciross para ver cómo se encontraba.—¿Alguna herida grave?—pregunto la ocra.
—No se preocupe.—respondio el forjalanza, levantándose de los escombros que cayeron por el golpe.
—¡PUES ES MI TURNO, ZOQUETES! ¡TOMA ESTO, UN REGALITO DE SUFOKIA!—grito Frida entre carcajadas, lanzado un montón de misiles hacia la armadura congelada.
Elely se emociono al ver la actitud descontrolada de Frida y se unió a ella, Eva miró esto con desaprobación.
—¡Hagamos puré a esa cosa!—grito Elely, quién se acercó con su guante para comenzar su batalla cuerpo a cuerpo.
—¡ESA ES LA ACTITUD, MOCOSA!—grito Frida con una enorme sonrisa.
—Que modales.—pronuncio el rey.
Ambas, Elely y Frida comenzaron la batalla, y Flopin por consecuencia de su hermana se vio obligado a participar.
—¡Flecha de Retroceso!—grito Flopin al ver que la enorme espada de Cire Momore iba hacia su hermana, obviamente él no iba a permitirlo.
Elely sonrió cuando vio a su hermano atrás de ella, quién en un rápido movimiento se situó al lado de su hermano.
—¿Quieres apostar quién lo derrota primero?—pregunto Elely con una sonrisa.
Flopin no quería caer en su absurdo juego, pero suspiro, sabiendo que ella no lo dejaría en paz hasta que aceptara. Además que su estilo competitivo no le dejaría rechazarla tan fácilmente.
—¡Ja, te apuesto a que lo hago primero que tú!—grito él, con una sonrisa presumida levantando su confiada ballesta.
—¡Eso lo veremos!—grito Elely, fue así que una rivalidad entre hermanos, como también un pelea en conjunto comenzó.
—¡ESTOS NIÑOS SI SABEN LA EMOCIÓN QUE PROVOCA LA BATALLA!—grito Frida contenta, sacando más misiles de su traje, a ese paso se quedaría sin más. Aunque eso para ella no parecía importarle, solamente se encontraba presionando en botón como una loca.
—Bien, hagamos esto niños. Quédese aquí, señor Ciross.—dijo Evangelyne, quién dejo al forjalanza en donde estaba el rey.
—Ja, se ve que mis huesos ya no soportan tanto aguante.—dijo el hombre con un suspiro.
Eva con una sonrisa se retiro y se posicionó al lado de sus hijos.
—¡Bien, Flopin! ¡Vamos a hacerlo como te enseñé!—grito Eva y Flopin con su ballesta asintió.
—¡Si, mamá!—grito ella con una sonrisa.
—¡No es justo!—grito Elely frunciendo el ceño.
Pero sin esperalo, un gran ruido se escuchó a lo lejos, la enorme luz que caía suavemente sobre los kamas fue oscurecida y algo cayó desde arriba, confundiendo a toda la familia Percedal y a Frida, por qué eso cayó atrás de ellos.
—Ruby, ¿por qué todo da vueltas?—cuando Eva oyó esa voz no pudo evitar sentirse tan enormemente feliz.
—¡P-Pinpan!—grito ella.
—¡Papá!—gritaron los niños también felices.
Vaya giro de los acontecimientos.
ESTÁS LEYENDO
La semilla de un Dios. [Wakfu]
RandomMuchos piensan que el Dios Sadida no tuvo un hijo, aparte del que nació del Dios Yopuka y Lacrima, su muñeca. Pero la historia que te contaré nadie, absolutamente nadie la conoce. Es una historia vieja, que era un simple rumor que se fue olvidando p...