Aunque Yugo dijo que sería al instante su casamiento, en realidad no fue así y esto lo molestó un poco. Tenía que esperar algunos días para preparar todo, Amalia insistía en que había que esperar un poco, por qué ella quería que su padre estuviera presente, Yugo se disculpó al no tener en cuenta todo lo que había que preparar. También invitó a su padre Alibert, quién llegó cargando a Gruga y a Chibi, estos miraron todo con alegría, por qué todo estaba adornado de una manera hermosa, las flores de color blanco esparcidas por todos lados, aunque también habían algunas rosadas y rojas. Yugo se encontraba ahora mismo recibiendo a su querido padre adoptivo.
—¡Papá!—grito él al ver al anutrof, Alibert sonrió y dejó a Gruga y a Chibi en el suelo y abrazo a su hijo, quién ya le pasaba en altura.
—Me alegro mucho por ti, Yugo. Todo se ve hermoso.—comento su padre, con una sonrisa de oreja a oreja, aunque no pudo evitar soltar unas lágrimas.—O-Oh, perdón, me prometí que no lloraría y mírame...—dijo el anutrof, mientras se secaba las lágrimas de felicidad que salían de sus ojos.
Yugo también sonrió y le dio una palmada en el hombro a su padre.
—Me alegra que hayas podido venir, papá.—pronuncio Yugo, contento.
—¿Y perderme la boda de mi hijo? ¡Eso nunca!—grito su padre con total convicción, esto hizo reír al selatrop más grande.
—Siempre es agradable oír al viejo Alibert.—dijo Ruel, entrando junto a su esposa, Arpagona.
—¡Pero mira quién está aquí, el viejo Ruel Stroud!—grito Alibert, quién hace meses que no veía a su viejo amigo.
Ambos se acercaron al otro y se abrazaron.
—¿Que es de tu vida, amigo?—pregunto Ruel, con una sonrisa.
Yugo sonrió y comenzó a caminar, alejándose para que ambos viejos amigos hablarán de sus cosas, iba a pasar por la puerta, cuando su hermano Adamai se interpuso con su cola de dragón.
—Ni creas que te dejaré ir a ver a Amalia, Yugo.—pronuncio Ad, con una sonrisa burlona en su cara.
—¡Vamos, déjame pasar, Ad!—grito Yugo, Adamai negó con la cabeza.
—No puedes ver a la novia antes de la boda.—dijo Adamai, Yugo frunció el ceño por esto.
—¡Pero si al final voy a verla! ¡¿Que importa si es antes o después?!—grito el selatrop.
—Asi son las cosas, Yugo.—pronuncio el dragón, quién en su interior poco le importaba dejarlo pasar a ver a Amalia o no, simplemente se estaba divirtiendo molestando a su hermano mellizo.
—¡Vamos, Ad! ¡Hazlo por mí, tu hermano!—suplico Yugo.
—No.—tajante fue la repuesta del reptil, fue en ese momento que apareció Az y se paró en el hombro del dragón.
—¡No! ¡¿Tú también, Az?!—grito Yugo, quién sintió la traición más grande en su vida, su amigo Az y Adamai, conspirando juntos...
—Lamentablemente así son las cosas, Yugo.—dijo Pinpan, quién también se colocó al lado de Adamai. El dragón se alejo un poco y ambos se quedaron enfrente de la puerta, siendo como un muro entre Yugo y Amalia, quién se encontraba en otra habitación cambiándose para la boda.
—¡¿También convenciste a Pinpan?!—grito con sorpresa Yugo.
—Él fue el más fácil de convencer de los dos.—respondio Adamai.
Yugo miró fijamente a su amigo yopuka buscando una explicación.
—Me tentó con el pan de Xav, sabes que no puedo negarme a su delicioso pan...—explico Pinpan.
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La semilla de un Dios. [Wakfu]
AcakMuchos piensan que el Dios Sadida no tuvo un hijo, aparte del que nació del Dios Yopuka y Lacrima, su muñeca. Pero la historia que te contaré nadie, absolutamente nadie la conoce. Es una historia vieja, que era un simple rumor que se fue olvidando p...