Capítulo 20: Vaya, vaya...

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Adamai, sintió el suelo, pero abajo de él no había nada, cuando abrió los ojos, solo pudo contraerlos por la impresión.

No podía ser verdad, no podía...

¿Que había hecho? Cierto, el Selacubo, lo encontró y luego...

¿Y luego que?

—Vaya, vaya... mira quién vino a visitarme.—pronuncio una voz que casi le hacía sentir repugnancia, o mejor dicho, ya la estaba sintiendo.

Miró con enojo como se le acercaba esa... ¿persona? Nisiquiera podría considerarse alguien que mereciera respeto alguno.

Se acercó tan cerca de él, que sus rostros estaban uno al lado de otro, sintió asco, al ver su cara, tan cerca de él.

—Qilby.—solto él, con mucha repugnancia.

—Oh, me alegra que recuerdes mi nombre, querido hermano.—dijo en un tono alegre, el selatrop de estatura alta.

—¡Yo hace tiempo que deje de ser tu hermano, maldito traidor!—grito Adamai, con furia en su ser.

—¡VUELVE A REPETIR ESO Y TE VENDRÁ MUY MAL, PEQUEÑA LAGARTIJA!—grito iracundo Qilby, para luego volver a su habitual cara de calma o de despreocupación.—En verdad debo agradecerte, Adamai. Viniste a visitarme y trajiste a todos contigo.—luego de esa frase, Qilby se echó a reír.

Adamai se dio cuenta, tarde, pero se dio cuenta, esto era lo que se suponía quería evitar.

Mierda.

¡MIERDA!, ¡MIERDA!, ¡MIERDA!

No podía ser cierto, ahora Qilby, tenía-

—No creas que el juego será así de fácil, maldita porquería.—pronuncio él y se impulsó tan rápido, para obtener todos los Dofus selatrops.—¡SI CREES QUE ME QUEDARÉ AQUÍ SENTADO SIN HACER NADA PARA IMPEDÍRTELO, VAS DE INGENUO, QILBY!—grito Adamai, con el ceño fruncido.

Qilby sonrió.

—Vamos, Adamai. Hazle caso a tu hermano mayor.—pronuncio el selatrop mientras caminaba a paso lento hacia él con la mano extendida.

—Repito, vas de ingenuo, Qilby. No te daré ni un solo Dofus.—Qilby se echó a reír a carcajadas por lo dicho por el dragón.

—Bien, entonces. ¡TE QUITARÉ ESOS DOFUS DE TUS GARRAS MORIBUNDAS!—grito y Qilby hizo dos portales, de los cuales saco una guadaña de Wakfu, con una sonrisa de los más diabólica salto hacia Adamai mientras se reía como un desquiciado.

Y así, su pelea en la Dimensión Blanca comenzó.

—Estoy muy preocupado por Adamai, ¿se habrá perdido en el bosque?—pregunto Yugo, completamente nervioso.

El muchacho se movía de acá para allá, pensando en muchas cosas a la vez, aumentando más la preocupación por su hermano.

—Tranquilo, Yugo. No te preocupes, Adamai es fuerte, seguro se está divirtiendo en una pelea. ¡Ese maldito, no me invito!—dijo Pinpan, enojado al final, aunque no estaba del todo equivocado, pero Adamai no estaba "divirtiéndose" en la pelea.

—¡Pero le pudo pasar algo! ¡Tal vez se perdió o algo!—Yugo no quería volver a perderlo, no otra vez, no a Adamai...

—Yugo, ya es de noche, mañana todos regresaremos a buscarlo, ten confianza, seguro lo encontraremos muy pronto.—pronuncio Amalia con una sonrisa tranquilizadora.

—Amalia tiene razón Yugo, estos viejos huesos no podrán buscar a tu hermano por la noche.—dijo Ruel con una sonrisa.—Pero sin duda te ayudaré a buscarlo mañana, tienes mi palabra de anutrof.—agrego él.

—Pues esa palabra no vale mucho.—dijo Eva entre risas.

—¡¿Que?! ¡Retractate, ocra inculta!—grito Ruel, apuntando a Eva.

Yugo soltó unas risas, contagiando a toda la sala. Pero aún así miró preocupado hacia la ventana, sentía...

Sentía que su hermano estaba ahí y que ahora, más que nunca, lo necesitaba.

—¡¿COMO PUDISTE TRAERME AQUÍ?!—grito Adamai mientras esquivaba la guadaña de Wakfu.

—¡COMO SI NO LO SUPIERAS, TONTO DRAGÓN! ¡DEBERÍA AGRADECERLE A OROPO, POR ÉL Y POR TI, ES QUE ESTAS AQUI AHORA MISMO!—grito el selatrop riéndose como un desquiciado, mientras intentaba cortar a Adamai por la mitad.

—¡ESO NO TIENE NINGÚN MALDITO SENTIDO!—grito él, sin creerselo, el Selacubo soportaba muchas cosas, ¿cómo es que ahora Qilby tenía el control incluso desde adentro?

Luego de eso, pensó en los niños selatrop, eso fue suficiente distracción para que Qilby obtuviera un golpe de ventaja. Adamai al no esperarlo, tosió y cayó en el "suelo", para con dificultad levantarse.

—¡ES MUY FÁCIL SI LO PIENSAS, EL SELACUBO ACTÚA POR EL WAKFU REUNIDO, ES UNA MÁQUINA DE GRAN VALOR! ¡PERO USTEDES, ESA EXPLOSIÓN...! ¡ESA EXPLOSIÓN FUE SUFICIENTE PARA QUE ESTA DIMENSIÓN SUFRIERA UNA FISURA!—grito Qilby, paseándose cómodamente, como si estuviera dando una clase en una escuela.

—L-Los niñ-ños, ¿que-e hici-iste con ellos?—pregunto Adamai, sin importarle sangrar ahora por el abdomen, esa guadaña le atravesó completamente esa zona.

—¿Esos niños? ¡Ja, el estúpido de Yugo sabía muy bien lo que había al crear estás dimensiones! Aunque quisiera, ya no puedo acceder a ella, ya no más...—respondio Qilby, sin tener nada que perder por esa información.—¡PERO LÁSTIMA PARA ELLOS! ¡¿NO ES ASI, QUERIDO HERMANO?! ¡NO PUEDEN VOLVER A CASA HASTA QUE YO LLEGUE HASTA ELLOS!—agrego el selatrop, volvió a atacar al dragón.

—¡NADIE IRÁ CONTIGO, QILBY! ¡NADIE Y MENOS ESOS NIÑOS!—Adamai como pudo se sostuvo de la espalda de Qilby y lo mordió, enterrando sus colmillos en la piel ajena para luego arrebatarle un buen pedazo de carne y luego escupirlo.

—¡NO PUEDO CREERLO, ÉL TAN PORTADO ADAMAI! ¡ÉL HERMANO QUE SIEMPRE SEGUÍA LO CORRECTO! Es el mismo que ahora me quiere matar, ¡que conmovedor!—grito el selatrop, fingiendo limpiarse una lágrima de los ojos.

—¡DÉJAME DE LLAMARME ASÍ! ¡MI HERMANO ES YUGO, NO TU ASQUEROSO TRAIDOR!—grito otra vez Adamai abriendo la boca con rabia para tirarse otra vez había él. Sin esperarlo, Qilby le hizo un corte, pero por suerte, Adamai fue más rápido.

Que bien, otra cicatriz a la lista. Y encima en la cara, Qilby río a carcajadas al oírle decir eso, para luego sacudir su guadaña y quitarle la sangre que había en ella.

—Es cierto, muy cierto, Adamai. Mi única hermana es Sinonome, ¡no ustedes! ¡USTEDES QUE NO ENTIENDEN NADA, AL IGUAL QUE ESE ESTÚPIDO BALTAZAR!—grito enojado Qilby, alzando el huevo de su hermano, con el Wakfu de ella, su guadaña se hizo más filosa y larga. Adamai, no espero que Qilby se teletrasportara atrás de él, como el maldito traidor que es... siempre da por la espalda, o eso pensaba Adamai, pero Qilby estaba a su lado y con la guadaña en mano, la balanceo, haciéndole un corte profundo a Adamai, los Dofus Selatrops quedaron suspendidos en el aire. Adamai confundido jadeaba, al menos hizo lo correcto, ¿no? No uso... a los Dofus...

Adamai veía borroso, ¿que pasaba? ¿Ese golpe le afectó mucho? ¿Cuanto Wakfu era eso? ¿No era solamente el Wakfu de Sinonome y Qilby? No...

El Selacubo también...

Mierda, se descuido.

—Tu también, incluso en tu vida pasada, no eras más que un maldito estúpido, Adamai.—pronuncio Qilby, acercándose al cuerpo jadeante de su hermano.—Gracias, por esta cálida reunión familiar. ¿Que te parece si le hacemos una visita a Yugo? Seguro... le encantará, ¿no crees, Ad?—sintiendo tanta repugnancia al oírle llamarle por ese apodo.

Solamente... Solamente su hermano tenía ese derecho, pero se sentía tan débil que lo que salió solamente fue un insulto:—V-Vete a la m-mierda, ma-aldito.

La semilla de un Dios. [Wakfu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora